La propuesta lanzada por el jefe de los fiscales, José Gerez, tiene un fundamento de base muy sólido: "Ocho de cada diez crímenes en Neuquén son por droga", le aseguró a LMN. De ahí la urgencia de intervenir rápidamente en el territorio para acabar con los kioscos y los asesinatos de jóvenes en los barrios.
Por día, un kiosco de droga mueve 15 mil pesos, por lo que es necesario mantener a flote una estructura de pibes que vigilen, distribuyan y, si es necesario, que vayan a pegar unos tiros para tener al vecindario a raya.
Esta actividad genera una espiral de delitos conexos como los robos, ajustes de cuentas y enfrentamientos entre grupos antagónicos por pujas territoriales que permiten manejar la comercialización en las barriadas populares. Meterse de lleno contra los narcos locales y desbaratar sus negocios será toda una demostración de fuerza por parte del Ministerio Público Fiscal, si es que la Legislatura adhiere a la ley nacional de narcotráfico. Después veremos si los dejan trabajar, porque detrás de estos kioscos hay nombres propios de punteros ligados al poder político y sindical de Neuquén.
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