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Atormentado

Darín será un desertor militar en Kóblic, que el jueves hace su estreno en la pantalla grande. El actor interpreta a un angustiado piloto de los vuelos de la muerte.

Buenos Aires.- Rodado la mayor parte en San Antonio de Areco, con algunos interiores en España, Ricardo Darín nuevamente está en la gran pantalla con Kóblic, film que tiene la dirección de Sebastián Borensztein y a Oscar Martínez como otra de las figuras.

La película, tercera del realizador -las anteriores fueron las comedias negras La suerte está echada y la exitosa Un cuento chino-, es una suerte de thriller con algo de western, como lo definió su director, con eje en un capitán de la Marina de Guerra, piloto de avión, que sufre sus propias contradicciones en un momento difícil. El film, que requirió una cuidadosa recreación de época, ya que transcurre en 1977 en plena dictadura cívico-militar argentina, toma como eje al capitán culposo de un vuelo de la muerte.
El guión, del mismo Borensztein con Alejandro Ocon, quien para TV fue guionista de episodios de series como Tiempo final, Sangre fría e Historias de sexo de gente común, entre otras, muestra a este personaje en su huida tras no obedecer órdenes de sus superiores durante una de esas acciones que fueron parte del terrorismo de Estado durante la última dictadura.

La cinta, presentada oficialmente el último sábado a los medios, "no fue fácil de hacer", según dijo Darín a Télam. "Nos costó mucho, no es una historia fácil sino compleja y sensible, que puede herir algunas susceptibilidades. No sé si el personaje tiene razón o no, no lo sabemos, es alguien que huye, en principio no se sabe de qué, y que se enfrenta a un personaje oscuro y ordinario", señaló el actor que viene de brillar con Truman, producción con la que conquistó España al ganar el premio Goya como mejor actor y mejor película.

Tras ese hecho que lo decidió a dejar el uniforme y partir con destino a un pueblo perdido, para dejar pasar el tiempo sin revelar demasiado de sí mismo, Kóblic (nombre del personaje), según sintetizó Darín, no es "ni un héroe ni un antihéroe", descubre el costado oscuro de Colonia Elena y la presencia de un comisario siniestro que se convertirá en su peor enemigo y lo forzará a tomar las riendas de su destino, sin importar el medio.

Borensztein aclara que "Kóblic no existe, es un personaje de ficción, lo que sabemos todos es el contexto histórico, que hubo cientos de vuelos, cada uno debe haber sido un infierno y uno puede imaginar que puede haber pasado de todo. Lo que recreamos con Alejandro (Ocón) es la idea de un tipo que entra en una contradicción, una crisis interna que es su motor emocional, un hombre que es parte del horror del que él mismo pretende escapar".

1977 Año de plena dictadura militar en el que se ambientó la cinta de Borensztein.

Vuelos del dolor


El horror del que se esconde Tomás Kóblic es la imagen de tres personas vivas que son lanzadas al Río de la Plata por la puerta trasera de un avión, una escena que se hizo común durante los años de la última dictadura como método de los militares para deshacerse de opositores al régimen.

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