Ninguno de los bautismos que los deportistas realizan alcanza la locura de abusar de un chico, como ocurrió días atrás en un club ribereño. Los maestros están para transmitir valores positivos, tanto deportivos como sociales. En caso contrario, no están cumpliendo con su verdadero rol. Festejar es un acto intrínseco de los deportistas. Para eso lo practican, para celebrar un triunfo, un logro. Por eso, los ritos iniciáticos deben seguir esa misma línea, la de agasajar a las personas, sea niño o adulto, que se animó a superarse a sí mismo.
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