Hay problemas de infraestructura, falta de presupuesto e insumos.
El dispositivo para atender a niños y adolescentes judicializados está en franco deterioro debido a las falencias de infraestructura, presupuestarias y de índole laboral, que ponen en jaque su normal funcionamiento. Así lo aseguraron operadores de hogares dependientes del Ministerio de Desarrollo Social.
Sólo un grupo de trabajadores que pertenece a planta estuvo de acuerdo en identificarse, en tanto que los restantes 20 indicaron que temen que al denunciar esta situación no se les renueven los contratos administrativos anuales que vencen a fin de año. "Más allá del reclamo del pago de horas extra, de la reducción horaria, estamos denunciando que se está desvirtuando la tarea y el rol del operador y los hogares. Están poniendo en un hogar a una paciente psiquiátrica con adolescentes. Están mezclando los perfiles. No es que los trabajadores no estén capacitados, sólo que están desbordados. El tema es que falta compromiso por parte del Ejecutivo", advirtió Marité Rivera, delegada de ATE en Desarrollo Social, quien los acompañó en su reclamo.
En este contexto, los operadores denunciaron la falta de seguimiento a adolescentes que sobrellevan problemas de adicciones. Otros reclamaron la apertura de una institución donde haya mejores condiciones para recibir a los jóvenes con patologías psiquiátricas. Y otros de los reclamos que plantearon es el de que haya fondos suficientes para poder dar la atención con una alimentación de mejor calidad.
Algunos plantearon que no están cobrando horas extra, ni perciben francos compensatorios. "Tengo varias capacitaciones que las he pagado de mi bolsillo para poder estar mejor ante la tarea que nos compete. He realizado el taller de primeros auxilios psicológicos, que fue lo que me ayudó muchísimo como para enfrentar la tarea diariamente", intervino Ana Acuña, operadora del hogar Yampai.
El personal se mostró preocupado por el devenir diario de casi 40 niños, adolescentes y adultos con discapacidad. Y marcaron la necesidad de que intervengan desde Salud: "No hay garantías para los trabajadores, pero los chicos están está cada vez peor, es grave", aseguró Rivera.
Lozano dice que hay "disposición para que no falte nada"
"No hemos tenido de parte de los directores ningún tipo de observación acerca de cuestiones edilicias o de una necesidad de incremento del presupuesto. Tampoco nos lo hicieron saber ni los operadores ni los gremios", sostuvo la subsecretaria de Familia, Niñez y Adolescencia de la provincia, Encarnación Lozano.
Dijo que si se presentan problemas edilicios, cuentan con un equipo permanente de trabajo que se encarga de hacer las refacciones del deterioro propio del uso diario, mientras que los arreglos de mayor envergadura los realiza Obras Públicas. "El presupuesto está. Hay disposición para que no falte nada. Hay destinados 3800 pesos para cada niño o adolescente para la compra de indumentaria por semestre. Hace dos semanas se envió la partida. Son los operadores quienes acompañan a los jóvenes a comprarla", agregó.
La funcionaria corroboró que por cada hogar se envía un monto general que varía, pero va de los 20 mil a los 25 mil pesos mensuales.
"No he tenido ningún reclamo de que falten alimentos", dijo Lozano y negó que haya chicos con esquizofrenia en alguno de los diez hogares que alberga a una población de unas 80 personas.
Los niños pasan de un lugar a otro
Según explicaron los operadores, los niños pasan de una institución a otra de acuerdo con la edad. Dijeron que en el hogar Yampai viven unos diez chicos y chicas de 6 a 11 años y cuentan con tres operadores por turnos de 12 horas; en Ayelén conviven nueve adolescentes y adultos con diferentes discapacidades y pacientes psiquiátricos, asistidos por unos 16 operadores distribuidos en dos turnos de 12 horas.
En el hogar Convivencia residen unos cinco chicos con causas judiciales, algunos con adicciones, atendidos por unos 12 operadores en turnos de ocho horas. Viven seis adolescentes varones con causas judicializadas contenidos por 15 operadores en turnos de 12 horas.
Amancay tiene unas nueve adolescentes mujeres de 12 a 16 años con 16 operadores distribuidos en turnos de ocho horas.
Señalaron que las tres operadoras que trabajan en el refugio Madre Teresa están bajo contrato administrativo y que "tienen miedo de hablar", atienden a mujeres con hijos que han sido víctimas de violencia .
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