Hugh Hefner es uno de los cerebros de la industria del erotismo.
Mansión: La residencia de Hugh Hefner siempre estuvo colmada de mujeres exuberantes.
Mientras la revista triunfaba en Estados Unidos y fuera de allí, Hef se convirtió en algo más que un conquistador en batín. Su sonrisa lasciva se transformaba en un semblante serio cuando exponía en los programas de televisión sus puntos de vista sobre la liberalidad sexual o los derechos de homosexuales y lesbianas. Su visión era: "Bibliotecarias, abogados e incluso tu propia secretaria se servirá de Playboy como una herramienta para reencontrarse a sí mismo".
Suele olvidarse que en los años 60 Hefner se posicionó a favor de la igualdad entre negros y blancos, permitiendo que grandes del jazz como Ella Fitzgerald, Sammy Davis Jr., Dizzy Gillespie o Dick Gregory actuasen en sus programas de televisión y en los clubes Playboy. Algunas parejas negras se mezclaban en estos locales con las "conejitas" blancas, en una época en la que era raro ver algo así.
Objeto de placer para hombres
Hugh Hefner sigue siendo una piedra en el zapato para las feministas. Algunas activistas se indignaron cuando Hef habló de "chicas" durante un debate, aunque en realidad se refería a mujeres adultas. La feminista estadounidense Susan Brownmiller llegó a preguntarle si él se atrevería a aparecer en público con una colita de conejo en el trasero. Playboy mostraba un estilo de vida "cool" y de libertad sexual, pero también un mundo en el que las mujeres eran rebajadas a objetos.
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