"Jamás dice lo que tiene en mente, sólo hace que uno lo adivine. Y deja correr las valoraciones".
Bergoglio no se va a desentender del escenario político argentino sencillamente porque la política corre por su sangre y es capaz de jugar a fondo tal como lo hizo para acercar a EE.UU. con Cuba, o con la crisis de los refugiados en Europa.
No la tiene fácil como Papa porque, como dice Magister, además de ser jesuita es "peronista" y ambas posiciones comportan una conducta que sólo parecería admitir la adhesión o el rechazo, sin términos medios.
Se especuló con que Bergoglio podría venir a Argentina para la conmemoración de la Independencia; sin embargo, el veterano sacerdote prefirió postergar su posible viaje sin fecha, acaso a la espera de un escenario distinto. Mientras tanto, con Bergoglio habrá que acostumbrarse a cierta inefabilidad gestual de la que son afectos tanto jesuitas como peronistas.
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