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Entre los festejos y la preocupación por los aludes

La Escuela 81 de Villa Puente Picún Leufú celebró su aniversario número 90.

El director del establecimiento, Marcelo Erdozain, pidió un edificio nuevo para soportar los problemas que generan las lluvias.
 
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El 20 de enero de 2010 una fuerte tormenta revivió las peores imágenes de los pobladores de Villa Puente Picún Leufú. La cantidad de agua caída provocó inundaciones y, nuevamente, la Escuela 81 volvió a sufrir las consecuencias. La entonces directora, Liliana Bauer, estaba en el establecimiento y cuando intentó salir fue arrastrada por el agua.
La historia del colegio es cíclica. “El terreno tiene mucha arcilla y no absorbe el agua. Como estamos en una zona baja y a 50 metros del río Picún Leufú, se inunda todo”, aseguró Marcelo Erdozain, director de la escuela. Relata que durante cada verano, entre enero y marzo, las fuertes lluvias rompen el camino de acceso. “Y muchas veces rompe todo en la escuela. Este verano murió un poblador de Bajada de los Molles. Nos sentimos desprotegidos. Necesitamos un edificio nuevo”, agregó.
El viernes pasado, padres, alumnos, ex alumnos y personal celebraron el aniversario número 90 de la escuela en un acto del que participó la ex directora Liliana Bauer. Luego, todos compartieron un asado en el que las aulas oficiaron de salón de usos múltiples.
A 50 kilómetros de Zapala (40 de asfalto por la Ruta 40 y 8 de una picada de difícil tránsito), la Escuela 81 es la primera de la zona. A 15 kilómetros de la Ruta 40 se encuentra la número 293 y a 25 la número 122 de Bajada de los Molles. “Son 300 familias las que viven en la zona”, explicó Erdozain.
El establecimiento educativo 81, denominado Soldados de la Patria, dicta clases de septiembre a mayo y tiene una matrícula de 24 alumnos. Un vehículo oficial de la Comisión de Fomento de Villa Puente Picún Leufú traslada a la mitad de los estudiantes a la escuela todos los días. Allí cuentan con un comedor escolar y cumplen un horario de 8 a 13 horas.
El colegio fue fundado en 1922 en Barda Negra, donde había una comunidad aborígen. Sin embargo, en 1940 debido a la despoblación la escuela primaria se trasladó a Villa Puente Picún Leufú. Algunos años después, en 1964, se construyó el actual edificio.
En algún momento supo tener una matrícula de 75 alumnos, con dos aulitas chicas, divididos en dos turnos. A ese lugar llegan todos los días el director y el maestro. Además, también participan los docentes especiales de Plástica, Música y Educación Física. Todos viajan todos los días desde Zapala. “Son grados múltiples, no tenés de primero a séptimo grado sino que en un aula tenemos a 12 chicos que van de jardín y primer ciclo hasta tercer grado y en otra aula otros 12 desde cuarto hasta séptimo grado. En el mismo espacio ponemos pizarrones diferentes, pero comparten el lugar”, dijo Erdozain.
Las diferencias con una escuela urbana son muchas. Entre ellas, el tema de los tiempos. “El significado de la escuela para los chicos es muy distinto a la de un colegio urbano. Para ellos la escuela es todo. Acá no hay electricidad ni agua corriente y todo el centro de sus días se concentra en el aula. Encuentran la tecnología como la TV digital, calefacción y muchas cosas que no tienen en sus casas. Así, esto se transforma en el centro de sus vidas”, indicó Erdozain.
Villa Puente Picún Leufú es una zona agrícola y, según sus pobladores, había muchas chacras y se cultivaba mucho. “Ahora empezaron a abandonarse. La mayoría son empleados públicos y abandonaron la tradición de los cultivos. Lo que más se conserva son los crianceros, la mayoría tiene chivos”, dijo Erdozain.
Según explica el director, la mayoría de los chicos encuentra un lugar de esparcimiento en la escuela porque, al regresar a sus hogares, les esperan trabajos con los animales. “En sus casas tienen responsabilidades. No es que se quedan jugando. Muchos participan en las esquilas. Es su fuente de vida”, dijo.

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