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Hace 79 años comenzaba la integración regional

El 20 de febrero de 1937 se inauguraba el puente sobre el río Neuquén.

MARIO CIPPITELLI
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NEUQUÉN
"Gobernador: no sé si usted se dio cuenta, pero la empresa está terminando la construcción del puente mucho antes de lo previsto", le dijo el empresario Otto Neumann a Enrique Pilotto. "Puede ser... no me había dado cuenta. Pero, ¿qué le preocupa?", preguntó el mandatario. "Que se va a inaugurar y no hay nada previsto... debería ser una fiesta para los dos pueblos", insistió. En efecto, la empresa alemana Geopé había trabajado tan intensamente que el plazo de entrega de la obra se había adelantado casi dos meses.

La obra del puente había generado muchísima intensidad entre los pobladores de Neuquén y Cipolletti, dado que por primera vez el paso entre los dos pueblos dejaría de ser complicado. Ya no dependerían más de balsas y botes o de aquellos vados que históricamente habían utilizado los campesinos para el arreo de ganado.

920 mil pesos fue el costo de construcción. El puente tiene 9 tramos de 51 metros cada uno.

El gobernador Carlos H. Rodríguez fue el impulsor de aquel proyecto en 1932, cuando se dio cuenta de que no había posibilidades de integración y desarrollo sin una vía importante que comunicara las dos provincias. Si bien el puente-dique Cordero ya había sido construido, la distancia para llegar de una provincia a la otra era una incomodidad en aquella época. Por eso, razonó que sería importante montar uno nuevo que corriera paralelo al viejo puente ferroviario que se alzaba sobre las aguas del Neuquén.

La obra no fue sencilla y por eso demandó tanto tiempo. Fueron casi cinco años de excavaciones, movimiento de suelos, cálculos y mucha fuerza humana para instalar los pilotes en el lecho del río, y luego los nueve tramos de hormigón que estarían contenidos por arcos del mismo material.

Por desgracia, Rodríguez nunca pudo ver concretada aquella obra que lo desvelaba, porque murió en 1934, tres años antes de que se terminara.

En 1935 se colocó la piedra fundamental durante un acto al que asistieron autoridades de ambas provincias. Por Neuquén estuvo el nuevo gobernador Enrique Pilotto y el juez letrado Juan Julián Lastra, y por Río Negro, Adalberto Pagano y el presidente de la Comisión de Fomento de Cipolletti, Jorge González Larrosa. Por Vialidad Nacional, asistió el ingeniero Pablo Cantaluppi, jefe de la seccional 12.

"En realidad, la piedra fundamental debió colocarse cuando la obra fue adjudicada a la empresa constructora y antes de su iniciación, pero hemos presenciado la colocación de tantas piedras fundamentales para monumentos u obras públicas cuya ejecución jamás se realizó, que me parece muy bien y preferible que nosotros estemos en retardo y que esta piedra simbólica y tradicional la coloquemos recién en este momento en que tenemos la suerte de contemplar las obras de nuestro puente ya iniciadas en plena ejecución, y convertido realidad tangible el viejo sueño tantas veces acariciado y otras tantas veces fracasado", expresó Pilotto durante el acto de inauguración.

La obra siguió avanzando a un ritmo increíble bajo la atenta mirada de miles de neuquinos y cipoleños que desbordaban de ansiedad.

Por eso, cuando el empresario Neumann hizo notar que el proyecto estaba casi finalizado a principios de 1937, el gobernador Pilotto no dudó. Formó una comisión de festejos y se montó una intensa campaña para recaudar fondos para aquel día histórico. Tanto en Neuquén como en Cipolletti se hicieron numerosas actividades; comerciantes y empresarios donaron todo tipo de mercaderías para que nadie se perdiera la fiesta popular.

El 20 de febrero de ese año, columnas de vecinos de ambas ciudades partieron rumbo al puente para participar de su inauguración, en una peregrinación alegre. Los pocos autos que había en aquel entonces también se sumaron a la caravana, con bocinazos convocando a los pobladores para que fueran al río.

Un asado popular preparado desde temprano permitió un singular almuerzo de integración entre la gente de ambas ciudades, de cara al puente adornado con guirnaldas y banderas argentinas y una gran cinta en el ingreso que fue cortada por las autoridades.

El puente carretero se había inaugurado. Atrás habían quedado las balsas, los botes y la tradición milenaria de los arrieros. Un coloso se levantaba sobre el río Neuquén para ilustrar un nuevo capítulo de la historia regional.

(Agradecemos a Alejandro Tuzio, nieto del ingeniero Pablo Cantaluppi, por su invalorable colaboración en la entrega de documentos históricos)

FRASE
"Este es un acto demostrativo de la eficacia de la Ley Nacional de Vialidad, que destina el producto de sobreprecio de venta de la nafta a la construcción de puentes y caminos".
Pablo Cantaluppi Ingeniero de Vialidad, durante su discurso.

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