Además del oeste, los barrios más acomodados la pasaron mal.
NEUQUÉN
Luego del temporal que sufrió la región desde el domingo hasta la madrugada de ayer, las secuelas salieron a la luz. El oeste, la zona este ribereña y el sur fueron los que más perjudicados se vieron por los 130 milímetros que cayeron y que dejaron calles rotas, basura, barro y casas inundadas. Si bien una breve recorrida basta para ver los estragos que hizo el agua en cuestión de horas, las imágenes a través de un dron permiten ver la magnitud de la catástrofe.
En el oeste volvió el movimiento a la zona comercial, después de dos jornadas en las que la lluvia rompió la tranquilidad de los vecinos y los puso en estado de alerta permanente.
El barrio Gran Neuquén amaneció con los residuos que arrastró el poderoso torrente que bajó de la barda. La basura se depositó en las veredas y calles, por lo que las autoridades trabajaron desde temprano con máquinas para poder removerla.
Luego de pasar la topadora, en algunas zonas quedó medio metro de tierra acumulada en los cordones de las veredas, mientras que cada 20 metros hicieron montañas de residuos que luego fueron recogidas.
Sin embargo, hubo otros sectores del barrio que se vieron particularmente inundados de basura. Botellas, bolsas, asientos de autos y otros elementos plásticos estaban desperdigados por las calles.
San Lorenzo también sufrió, ya que los caminos aún tenían barro y varios vecinos intentaron limpiarlo durante el transcurso de la mañana. Las casas se vieron mayormente afectadas en los patios y las familias trabajaban en conjunto para drenar el agua a través de canaletas. Las bocas de tormenta se encontraban tapadas por el barro y las tapas de cloacas rebalsaban, un problema que se repitió en toda la ciudad.
En el este, Rincón de Emilio fue uno de los barrios que peor la pasó durante el temporal. Sin embargo, lejos de terminarse su sufrimiento, todavía permanece inundado. La zona central, donde hay varios terrenos baldíos, está tapada por el agua y las calles están anegadas, por lo que los vecinos circulan con cuidado.
En el sur de la ciudad, en el sector Río Grande el agua tapó la avenida Olascoaga y llegó hasta la calle Uspallata. Son muchas las zonas que se han tornado intransitables, ya que en algunos puntos llega a haber hasta un metro de profundidad.
El arroyo Durán permaneció en su máxima capacidad y en algunos sectores rebalsó, por lo que inundó varias casas en el cruce de Leguizamón. La Ignacio Rivas también se vio desbordada, ya que se convirtió en un río.
FRASE
“Taparon los zanjones con piedra bocha y la lluvia de ayer se la llevó y tapó la boca de tormenta. En esta cuadra faltan sólo 50 metros de asfalto”. Oscar Vecino del barrio Villa Ceferino
Pérdidas
Bronca de los comerciantes del Bajo
Los comerciantes del Bajo se mostraron molestos por los inconvenientes que tuvieron que enfrentar ante las persistentes lluvias. Aseguraron que no obtuvieron ayuda de las autoridades y que “nadie se hace cargo de las pérdidas”.
Muchos aseguran que lo que mató al Bajo es la elevación de la Ruta 22, porque produjo que el agua se estanque cada vez que llueve”.
Y si faltaba algo, se cortó la energía
El fuerte temporal generó aún más complicaciones en los barrios Rincón de Emilio y Rincón Club de Campo cuando una máquina provocó un corte de luz que obligó a los equipos de CALF a trabajar contra reloj durante la noche para restituir el servicio con trabajos sobre las calles inundadas.
Según explicó Carlos Ciapponi, el presidente de la cooperativa, el accidente se produjo a las seis de la tarde del lunes, cuando una máquina que estaba trabajando sobre un desagüe importante de Rincón de Emilio rompió el bypass de un cable subterráneo y dejó a 550 familias sin luz durante la noche.
Como la lluvia no permitía garantizar la seguridad de los empleados, los trabajos en el taller de transformadores comenzaron ayer a las 3 de la madrugada e involucraron a más de 35 operarios y la ayuda de dos contratistas que colaboraron con el terciado y los postes. “Trabajamos en tiempo récord”, aseguró Ciapponi y aclaró que al mediodía ya se había restituido el servicio para los dos barrios.
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