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La cereza, ante un panorama crítico

Problemas. Las heladas y el viento afectaron a las plantas y la cosecha acumula 10 días de demora, con la consiguiente pérdida de las primicias. Caerá el volumen de producción.

Neuquén.- Las heladas tardías de septiembre retrasaron la cosecha de cerezas en la Patagonia Norte y afectaron a buena parte de la producción. Además, la amenaza de lluvias durante noviembre genera una gran incertidumbre.

"Fuimos muy perjudicados por el frío y la lluvia y nubosidad que impidió que trabajaran las abejas en la polinización. Tuvimos que realizar 12 defensas activas", explicó el productor Luis Franzan, quien señaló que ya se acumula un retraso de 10 días para la cosecha, con lo cual no se llegará a ingresar fruta a los mercados internacionales en los primeros días de noviembre para captar las primicias, es decir, los mejores precios de inicio de temporada. Estimó que los envíos iniciarían en la segunda quincena de noviembre.

Franzan señaló que por las heladas convectivas, con vientos que afectaron la eficacia de las defensas con riego, perdió el 50% de la producción. Aseguró que este año se realizaron todas las tareas culturales, con lo cual el costo por kilo va a ser alto, por lo que la única opción es competir con las cerezas de mejor calidad para conseguir mayores precios. Como habrá menor volumen de producción, esta temporada se requerirá mucha menos mano de obra.

"Hay un retraso de entre una semana y diez días. De todos modos, estamos trabajando para volver a operar con vuelos desde la región. Estaba planificado que el primer vuelo saliera en la semana 48, y se atrasó hasta la semana 49, con lo cual por ahora seguimos en carrera", explicó a Economía y Petróleo, Aníbal Caminiti, coordinador del Programa de Fruta Fina del Centro Pyme-Adeneu.

El especialista indicó que noviembre puede traer malas sorpresas, en un año con temperaturas altas en otoño y heladas tardías en la primavera, a lo que se sumaron las jornadas de vientos fuertes que afectaron a las plantas que tuvieron entre dos y tres generaciones de flores.

Si las condiciones climáticas no acompañan, se corre el riesgo de retrasar aún más la cosecha y tener una salida tardía a los mercados internacionales, con lo cual la producción de cereza local se juntaría con la chilena. Para la cereza del Alto Valle es fundamental ingresar en destino antes que el grueso de la producción de otros países para competir con mejores cotizaciones. Es la única forma de disputarle mercado a Chile, que produce 15 veces más que la Argentina.

Caminiti reconoció que "no va a ser una buena temporada como la del año pasado". Según datos del Centro Pyme, las exportaciones de cerezas de la Argentina durante la temporada 2014/2015 superaron las 4000 toneladas, y la mitad correspondió a Neuquén y Río Negro. Se espera que este año la producción merme entre al menos un 30%. Otra de las cuestiones que preocupa al sector es la logística. Según explicó Caminiti, hay un cuello de botella a la hora de sacar la fruta al exterior por el Aeropuerto de Ezeiza, que no cuenta con suficientes bodegas disponibles para toda la producción. Además, en noviembre parte de ese stock seguirá ocupado por el arándano.

"Si pudiéramos exportar desde Neuquén nos posicionaríamos mejor, sobre todo porque se espera triplicar el volumen de cerezas de acá a 2018, y Ezeiza es un cuello de botella", indicó el especialista.
En diciembre pasado se concretó la primera exportación de frutas desde el aeropuerto neuquino, cuando un cargamento de 100 toneladas de cerezas producidas por cinco empresas de la región partió hacia Hong Kong.

Ese mercado es uno de los más con mayor potencial para la cereza regional, ya que la demanda de América y Europa está amesetada y presenta problemas de competitividad. Como el país no tiene protocolos sanitarios con China, la cereza nacional debe entrar al gigante asiático de forma indirecta, lo cual complica aún más la competencia con Chile.

Combo fatal

-6º En septiembre hubo temperaturas de entre 4 y 6 grados bajo cero en el sector productivo de Neuquén, que afectaron a la floración de los cerezos. Además, los vientos perjudicaron las tareas de defensa, lo cual se sumó a la nubosidad que atentó contra la actividad de polinización de las flores por parte de las abejas. Todo ese combo provocó un grave desorden fenomenológico en las plantas de cereza.

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