La descalificación
La columna de Bernardo Stamateas. Licenciado en Psicología, sexólogo clínico y escritor (www.stamateas.com.ar)
Lo cierto es que todos tenemos defectos, incluida nuestra pareja.
Entender este hecho nos permite vivir una vida mucho más distendida y feliz, además de brindarnos una cuota más elevada de tolerancia y comprensión.
Entonces, cuando alguien venga a hablarte mal de tu compañero/a, podrás responder: "Todos tenemos defectos, nadie se salva de ello".
El gran problema en la mayoría de las parejas no es lo que cada uno sabe del otro, lo que hace mal o no hace, sino en realidad lo que no sabe, lo que no ve que puede llegar a lograr. Eso es precisamente lo que los mantiene estancados y enfocados en lo negativo del otro.
Sólo cuando ambos se predisponen a aprender, a crecer, a sanar lo que sea necesario, la pareja ingresa en una nueva etapa de reconocimiento y de consolidación.
¿Qué se esconde detrás de un descalificador? Una persona insegura. Por eso mira a su alrededor en lugar de mirar hacia adentro.
El descalificador no posee capacidad de introspección. En cambio, alguien que desea superarse, en vez de mirar los defectos ajenos, declara: "Tengo mucho que corregir en mi vida, así que no voy a perder tiempo mirando los defectos de mi pareja. Y si soy consciente de alguno, voy a aprender de eso para no repetir lo mismo".
Sólo quien está decidido a avanzar y tiene claro hacia dónde se dirige en la vida puede ser libre de la descalificación.
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