Al mes de su supuesta bomba de hidrógeno, ayer hizo una prueba encubierta de un misil balístico.
Es la segunda vez que Corea del Norte -un país con régimen comunista y cerrado al mundo- lanza un cohete de larga distancia, tras la prueba del cohete Unha-3 en abril de 2012. El éxito del lanzamiento la acerca a su meta de contar con misiles de larga distancia que le permitan alcanzar territorio de Estados Unidos, su gran enemigo.
El satélite, según el gobierno de Pyongyang, completa una órbita polar de la Tierra cada 94 minutos. En su recorrido, en dirección sur, el cohete sobrevoló espacio aéreo japonés cerca de la isla de Okinawa. Según el gobierno japonés, la primera fase del cohete cayó en el mar Amarillo, a unos 150 kilómetros de la península coreana. Un segundo objeto fue a parar al mar del Este de China, a unos 250 kilómetros de territorio coreano, y la segunda fase del cohete se hundió a unos 2000 kilómetros de Japón en las aguas del Pacífico.
La asesora de seguridad nacional de la Casa Blanca, Susan Rice, condenó el lanzamiento y anunció que Estados Unidos tomará "todas las medidas necesarias" para defender su seguridad y la de sus aliados ante esta nueva acción "desestabilizadora y provocadora" del régimen de Pyongyang. Y el secretario de Estado, John Kerry, llamó a actuar de modo "firme" y "unido" en el Consejo de Seguridad de la ONU, "con medidas que dejen clara la determinación de la comunidad internacional de hacer frente a la búsqueda por parte de Corea del Norte de capacidades de misiles balísticos".
Te puede interesar...
Lo más leído
Dejá tu comentario