Las subas podrían llegar al 100%, con valores que podrían escalar hasta los $120.000.
A todos los aumentos de servicios públicos que viene habiendo se suma una mala noticia para los inquilinos, que en enero tendrán incrementos del 100% en los alquileres en algunas zonas. Así, por ejemplo, en la provincia de Buenos Aires alguien que pagaba $60.000 ahora deberá abonar cerca de $120.000 durante todo el año.
El problema para los inquilinos es que a la inflación general se suma la vigencia de la polémica Ley de Alquileres, que casi se reforma en mayo pero finalmente mantuvo los puntos más cuestionados: la duración de los contratos sigue siendo de tres años (y no dos años como antes) y los aumentos son anuales (y no semestrales).
Así, la escasa oferta de propiedades para alquilar por la vigencia de esta Ley hace que hoy el precio para un monoambiente en la provincia de Buenos Aires ronde los $73.000, para un dos ambientes $92.000, y para un tres ambientes $120.000. Y en algunos barrios de CABA, como Puerto Madero, Palermo, Recoleta y Belgrano, los valores son entre 30% y 40% más altos.
Desde el mercado inmobiliario aseguran que para salir de este escenario es necesaria una nueva Ley de Alquileres que incluya, entre otras cosas, una actualización semestral de precios y la posibilidad de desalojo por falta de pago. Esto debería complementarse con políticas de fomento del alquiler, como rebajas de impuestos y tasas nacionales, provinciales y municipales para los propietarios.
También sería importante, dicen desde el sector inmobiliario, lanzar una línea de crédito hipotecario para primera vivienda con tasas accesibles para la clase media, y que el Estado incentive la construcción de edificios con destino a locación residencial por 10 años.
Por la vigencia de la Ley de Alquileres, se estima que la oferta de viviendas para alquilar descendió un 30% y que esos inmuebles fueron a la venta. Por ejemplo en Buenos Aires se calculan que de 156.000 unidades en venta actualmente, unas 40.000 son de propietarios que antes las destinaban al mercado de alquileres.
La nueva ley, cuyo espíritu era proteger al inquilino, terminó en verdad perjudicando al mercado de alquileres, sostienen desde el sector inmobiliario. Entre los puntos polémicos, los propietarios se quejan de que amplía los arreglos los a la propiedad a su cargo. Si bien siempre el dueño se hizo cargo de cualquier arreglo que no haya sido responsabilidad del inquilino, ahora se agrega que si no responde o se niega a hacer una reparación urgente, el inquilino podrá hacerlas por sí mismo y transferirle luego el costo. Entre los problemas que puede generar esto último, dicen los propietarios, es que no habrá certeza de si el monto pasado es real.
Por otra parte, los propietarios se quejan de que la ley amplía las posibilidades de garantías y esta mayor variedad les genera intranquilidad. Si bien la más usada es el título de una propiedad inmueble, ahora se suman los avales bancarios, seguros de caución, garantías de fianza y garantías personales, que se documentan con recibos de sueldo, certificados de ingresos o equivalentes.
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