Andrés Tejeda, el emprendedor que usa los fracasos como enseñanza para el éxito
Es un referente del ecosistema emprendedor neuquino y busca generar innovación en las empresas lejos de los parámetros exitistas que le temen a equivocarse.
Andrés Tejada dice que siempre fue un emprendedor, aunque no lo sabía. En cada compañía en la que estuvo empleado, trató de aplicar sus conocimientos para sumar cambios e incorporar mejoras que ayudaran a optimizar los procesos de producción. Pronto, entendió que aquellos que buscan hacer algo nuevo suelen cometer errores y que es fundamental tomar cada paso en falso como una oportunidad de aprendizaje y no como algo que hay que esconder. Hoy, busca que los fracasos inspiren a otros neuquinos que están construyendo su carrera empresarial.
Tras acumular experiencia en diferentes empresas, Andrés decidió lanzarse en solitario en 2016. Sabía que quería emprender, pero no sabía muy bien en qué. "Ahí nace el vínculo con el ecosistema emprendedor, con otras personas y organizaciones que buscan sistema más fructífero para desarrollo de emprendimientos y empresas con más conocimientos", dijo y agregó que el objetivo es "crear un espacio equilibrado en donde todos tengamos oportunidades de crecer".
Con experiencia como emprendedor, fomentó el desarrollo de Fuck Up Nights, un espacio de reflexión para que los emprendedores incipientes se encuentren con ejecutivos más posicionados y escuchen todos los errores que ellos cometieron y que los ayudaron a llegar al éxito que queda en evidencia hoy. "Mostramos a gente que fracasó en el camino al éxito y tratamos de ser permeables a eso y no pensar que no todo nos va mal", contó.
"Los eventos de Fuck Up Nights buscan mostrar que en el fracaso hay aprendizaje, hay riqueza, hay conocimiento. No somos fracasadores compulsivos, uno tiene una idea, la lleva adelante, no funcionó, ve por qué no funcionó, aprende rápido y sale otra vez", explicó sobre los eventos, que suelen tener una gran repercusión en la ciudad.
"Es espectacular, cuando empezamos a hablar de lo que nos sale mal, todos nos nivelamos y sentimos conexión muy natural. La gente se siente un par y quieren aprender, la química que se genera es muy enriquecedor, la gente no se va, se queda charlando y quiere saber más", dijo sobre los resultados que tuvieron hasta ahora.
Andrés explicó que muchas veces el fracaso se oculta porque es condenado socialmente. "Somos una sociedad exitista, hay otros países que lo son más, pero hay otros más permeables que entienden que el fracaso es parte del proceso", dijo y agregó que muchos empresarios reconocidos llegan al evento para contar su fracaso por primera vez. "Es movilizante porque muchos no lo habían compartido, y cuando lo cuentan terminan de cerrar su historia", indicó.
Según explicó, hay algunos pequeños pasos que hay que seguir para evitar caer en un espiral de fracasos que no resulte constructivo. "Hay que equivocarse rápido y barato, no montar una megaempresa para tratar de vender un producto o un servicio sino empezar por el camino más rápido para validar si eso funciona y si funciona, ahí hacemos todo lo demás", detalló.
También ponderó la importancia de los equipos. "Hay un dicho que dice un dólar por una idea y un millón por la implementación", dijo y agregó: "A veces nos enamoramos de una idea, creemos que es lo único importante e incluso no la contamos porque pensamos que nos la van a robar, todos creemos que tenemos la idea del nuevo Facebook. Para saber si realmente funciona hay que ponerla en práctica, el desafío es hacer realidad esa idea".
"Ahí aparece otra cuestión, el emprendedor y su idea son claves pero el equipo también es fundamental porque la idea puede ser espectacular pero no sirve si no se puede llevar a cabo", afirmó.
Para el emprendedor, tolerar el fracaso es un paso necesario para asumirlos y verlos como una herramienta de aprendizaje. "Somos muy exitistas, veo equipos de fútbol con técnicos argentinos que supuestamente han fracaso en Argentina pero son recibidos en otros países", señaló.
Aunque parezca ya una frase repetida, su consejo se basa en poner primero al cliente. Insistió en la necesidad de no enamorarse de una ida o crear sólo el producto o servicio que al emprendedor le gusta. Por el contrario, el origen del emprendimiento debe surgir de la observación y la escucha atenta del público. Conocer quiénes son, cómo viven y cuáles son sus necesidades es el primer paso para encontrar una solución que ellos quieran comprar.
"No hay que enamorarse de una idea y forzarla para que tenga demanda sino ver qué necesita el cliente y cómo se lo puedo entregar", expresó. "Si empiezo a escuchar las necesidades del cliente, empieza a aggiornarse y surgen productos y servicios espectaculares", cerró.
Adelante, historias que inspiran, es un ciclo de entrevistas realizado por LMNeuquén, LMPlay y Tecpetrol para contagiar las ganas de ayudar, superarse y transformar el mundo con acciones cotidianas. Deportistas, empresarios, educadores y activistas comparten cómo fue su camino para convertirse en referentes de sus comunidades.
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