De conductor de TV a la ruta: cumplió su sueño y viajó en moto al glaciar Perito Moreno
Gastón Blanchet es conductor del noticiero de Telefe pero su pasión también es la moto. Hace pocos días cumplió una de sus grandes metas a bordo de dos ruedas.
Cuando las luces del estudio de Telefe Neuquén se apagan, en la calle se encienden otras. Unas que cargan con un sueño de años, que iluminan una inexplicable pasión y que, en noviembre del 2022, tienen una única misión: guiar a Gastón Blanchet hasta el glaciar Perito Moreno, en Santa Cruz, una de las denominadas octavas maravillas del mundo. De profesión, él es locutor y periodista, reconocido por miles de televidentes que lo siguen cada noche al frente del noticiero más visto del Alto Valle. Pero también es un aficionado de las motos, las aventuras y las historias. Se descoloca al encontrarse, por primera vez, “del otro lado” de la noticia. Dice que es tímido, aunque lo disimula bastante bien. Lo innegable: su decisión.
Es viernes 18 de noviembre a las 7 de la mañana y Gastón arranca su moto en Cinco Saltos. Pareciera ser el inicio de un largo viaje que le espera por delante junto a tres amigos, pero en realidad es el resultado de cuatro meses de preparación y de 15 años de profundo deseo. Son cinco mil kilómetros entre ida y vuelta; y casi diez días de travesía con paradas en tres localidades de la imponente Patagonia: Cholila, Perito Moreno y El Chaltén.
Sobre esas mismas ruedas ya anduvo la Ruta 40 en la Cordillera neuquina, pero ahora le espera conocer el tramo ubicado al sur del sur. Lo más complejo serán los denominados “73 malditos”: un trecho de 73 kilómetros que nunca fue asfaltado y que conecta a las localidades Gobernador Gregores y Tres Lagos, en Santa Cruz. Es un terreno arcilloso y con mucha piedra suelta que, en combinación con los típicos fuertes vientos de la zona, complica el andar y la estabilidad de las motos. De hecho, le tocó circular en medio de lluvias y ráfagas que superaron los 90 kilómetros por hora, pero confesó que “valió la pena cada metro”.
“Para mí no era conquistar nada. Muchos, que los respeto, quieren llegar a determinado lugar como una conquista. Para mí todo era una experiencia, desde que salí y empezamos a bajar por lugares que yo no conocía. La idea era vivir la Ruta 40 como una experiencia, no conquistarlo sino admirar eso: la historia de los lugares, la dificultad, los paisajes, la gente”, enumeró y sumó que en esa zona “hay gente muy muy noble, desprendida de todo con lo que uno está tan contaminado”.
No debe existir persona que no haya admirado el glaciar Perito Moreno en alguna foto, video o postal. Pero estos soportes no se acercan a una pisca de lo que en verdad el lugar expone en vivo. “Es otro planeta, como viajar a Marte”, intentó sintetizar el viajero y admitió: “Cuando bajamos ahí, se me caían las lágrimas porque no lo podés creer”.
La Laguna de los Tres, en El Chaltén, fue otro de los lugares ineludibles a los que llegó el grupo, desde donde se puede admirar el Monte Fitz Roy, aunque el tiempo no jugó una buena pasada. "Es una caminata de 20 kilómetros y fue durísimo, nos agarraron dos lluvias y no pude ver el Monte porque acá es muy particular el tema del tiempo, se nubló y llovió, pero igual llegamos".
El viaje de Gastón también estuvo profundamente marcado por su interés en la historia de los lugares y personajes extranjeros que habitaron la Patagonia hace cientos de años. Es el caso de Butch Cassidy y Sundance Kid, dos famosos pistoleros y ladrones estadounidenses que, allá por el 1900, se escondieron en una cabaña en Cholila, todavía en pie. "Esas cosas a mí me gustan en el camino también, es una historia muy rica la del sur", señaló.
Del sacrificio al reconocimiento
Siendo “el del noticiero” o siendo un simple motociclista anónimo: en un contexto u otro, Gastón suele ser blanco de pedidos de fotos o de saludos amistosos por parte de gente totalmente desconocida. Son situaciones usuales a las que todavía no se acostumbra, pero reconoce que es agradable el cariño que le demuestran. “No lo tengo para nada incorporado y me agarran en situaciones desprevenidas. Yo creo que uno va y es anónimo, y vas y hacés tus cosas. Pero siempre aparece alguien que te reconoce. Es lindo, pero me da cierta vergüenza, no me acostumbro, es raro”, admitió y se explayó: “Yo soy muy tímido, nunca me imaginé que iba a trabajar de esto. A mí toda la vida me gustó la radio, es otra relación con el público, pero siempre se me dieron trabajos en televisión. Entonces todavía me sorprendo, me da vergüenza cuando te reconocen. El otro día iba caminando por la Avenida Argentina y te saludan, o te miran raro como diciendo ‘yo a ese lo tengo de algún lado’ y quedan mirándote”.
En medio de sus travesías ruteras, tampoco faltan los viajeros curiosos que lo encuentran en el camino y se sorprenden del tremendo vehículo y equipamiento que lleva encima, que en su totalidad puede llegar a pesar 400 kilos. Obviamente, sus pares -muchos extranjeros- también pasan a ser amigos de ruta y, en el rubro, se genera una hermandad singular.
Pero para llegar a ser “el del noticiero”, corrió mucha agua bajo el puente. Gastón es oriundo de Cinco Saltos, donde casi toda la vida vivió con su mamá. A los 8 o 9 años, con motivo de su cumpleaños, ella lo llevó a comprarse una bicicleta y él lo único que podía mirar era una Moto XR con cilindrada de 80 centímetros cúbicos, para niños, impecablemente exhibida afuera del local. “Ni bien la vi, me subí. Mi vieja me subió al auto y me dijo ‘mirá, yo nunca en la vida te voy a comprar una moto, así que no me jodas más, cuando vos tengas tu plata te comprás lo que vos quieras’”, relató con gracia la anécdota que más lo marcó.
Pasaron unos diez años hasta que, con ayuda de su abuela, se compró una Scooter con la que iba a General Roca para estudiar Comunicación Social. El primer año universitario vivió allá, pero la situación económica no lo favorecía para sostener eso y, luego, tampoco pudo mantener el viaje que le implicaba un traslado de más de 100 kilómetros diarios. Entonces decidió irse a Mendoza, donde estudiar le resultó un poco más fácil porque vive su papá y la mayoría de su familia. Allí terminó la carrera mientras trabajaba.
En 2007 volvió al Alto Valle y, al poco tiempo, luego de atravesar un casting encontró su primera experiencia laboral televisiva en el noticiero El Puente, por Canal 8. En el período de diciembre a marzo no tenía transmisión, por lo que llegado el último mes del 2014 -a punto de quedarse sin trabajo- fue convocado por Canal 7. Inicialmente fue una suplencia, después tomó la posta como cronista en los móviles y, desde diciembre del 2021, sumó a sus tareas de movilero la conducción de la edición nocturna del noticiero. “Sigo haciendo móvil en la calle y me encanta, es lo mío. Me gusta el contacto con la gente, ir a cubrir algo si hay cierta tensión, contar las historias, me gusta estar ahí”, precisó. En Cinco Saltos, además, tiene su propia radio (Radio Urbana), donde todas las mañanas sale al aire con su programa periodístico.
A medida que fue progresando en los trabajos, también pudo renovar sus motos, acondicionarlas y sumar equipamiento para hacer viajes largos, algo que empezó a experimentar hace unos diez años. Así, recorrió desde el norte neuquino hasta Esquel, Mendoza y San Luis. Cumplido el sueño del glaciar Perito Moreno, el próximo gran destino, dice, será el salar de Uyuni, en Bolivia.
¿Pero qué es lo que tanto le atrae a Gastón de andar en moto? “Es la única manera de estar en contacto con los elementos, estás expuesto al viento, a la lluvia, al frío. Cuando vos vas en el auto vas escuchando música, en tu mundo. Cuando vas en la moto no te podés distraer, vas adentro del casco, pensando cosas. Y después, lógico: es mi cable tierra. Yo agarro la moto y siento que me desenchufa”, explicó, y sumó que la moto también tiene esa “mística” casi inentendible. “Donde vos llegás con la moto, siempre hay personas que se acercan, se quieren sacar fotos, te preguntan a dónde van, algo que no pasa con el auto claramente. Es algo que llama la atención, no sé por qué exactamente, quizás es porque todos en algún punto soñaron con la moto”, estimó.
La moto, también un prejuicio
El mismo grado de admiración con el que carga la moto viajera en la ruta, también lo tiene de prejuicio la moto callejera y barrial. Las diferencias se dan por diversos motivos pero, para Gastón, una parte de la respuesta está en la educación vial. “Nosotros vemos mucha gente que anda en moto diariamente y que no tiene el casco que realmente tiene que usar, no tienen la indumentaria, se exponen y además manejan mal. Esto no es una bicicleta con motor, requiere mucha responsabilidad”, señaló y marcó, incluso, que “cuando por ahí no estoy bien anímicamente trato de no subirme, porque esto requiere una concentración muy especial y estás jugando con tu vida”.
En su caso, aprendió a andar en moto solo, sin siquiera tener a nadie cercano como referencia, por lo que le parece fundamental que existan escuelas de manejo para motos.
“Lo que más me gustaría es que haya más campañas de concientización. Y creo que el mundo debería ir al uso de las motos porque son más pequeñas, es más barato moverte, mantenerla, es más práctico. Vos ves todos los días autos con una sola persona, es ilógico. El mundo está yendo para ese lado: o bicicleta o moto”, planteó.
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