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La Mañana Junín de los Andes

De Junín de los Andes a París para consagrarse en el derecho internacional

Ramiro Soules, nacido hace 23 años en la localidad neuquina, fue uno de los cuatro estudiantes de derecho de la UBA que obtuvieron el primer puesto en un concurso de arbitraje.

Así, como hace cinco meses, la Selección argentina de fútbol encabezada por el mejor jugador del mundo se consagraba por tercera vez campeón del mundo, el 11 de mayo pasado un equipo de estudiantes de la Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires (UBA) ganó la 18 edición del Concurso de Arbitraje Internacional de París tras superar en la final a la Universidad de Versalles, Francia, y de esta manera obtener por tercera vez este prestigioso certamen. Y así, como en el equipo de Lionel Scaloni uno de los campeones del mundo en Qatar, Marcos “Huevo” Acuña, es oriundo de la provincia de Neuquén, más precisamente de Zapala; uno de los integrantes del equipo que se quedó con el primer puesto en la 18 edición del Concurso de Arbitraje Internacional, Ramiro Soules, nació hace 23 años en Junín de los Andes.

Soules compartió este premio junto a los estudiantes Josefina Pagani, Anabella Macarri y Ramiro Cedarri. Para lograrlo (para la Facultad de Derecho fue la tercera, las anteriores en 2018 y 2020) los estudiantes debieron transitar una exigente preparación.

La competencia es una propuesta educativa con formato competitivo que tiene como propósito fomentar el estudio del derecho comercial internacional y el arbitraje como método de resolución de conflictos.

Los estudiantes de distintas universidades actúan como abogados de las partes en un caso simulado, debiendo defender los intereses de sus hipotéticos clientes frente a tribunales arbitrales integrados por prestigiosos árbitros internacionales, abogados y académicos, quienes tienen a su cargo la tarea de evaluar y calificar las presentaciones, tanto escritas como orales, de los equipos.

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Ramiro Soules integró el equipo ganador de la Facultad de Derecho de la UBA con otros tres estudiantes de la carrera.

Ramiro Soules integró el equipo ganador de la Facultad de Derecho de la UBA con otros tres estudiantes de la carrera.

Después de cursar la escuela secundaria en la EPET 4 de Junín de los Andes, donde nació el 14 de abril del año 2000, Ramiro decidió irse a Buenos Aires para estudiar en la Facultad de Derecho de la UBA.

La competencia es una propuesta educativa con formato competitivo que tiene como propósito fomentar el estudio del derecho comercial internacional y el arbitraje como método de resolución de conflictos.

“Cuando comencé con la carrera me interesé en Derecho Económico y Empresarial, que es todo lo que tiene relación con el manejo de las empresas e involucra el tema de las nuevas tecnologías. A esto le sumo el Derecho Internacioonal que tiene que ver con las relaciones entre los estados, la competencia de arbitraje sobre inversiones que no sólo involucra a las empresas sino también a los estados”, explica a LMNeuquén desde París, ciudad que luego de la competencia comenzó a recorrer y disfrutar antes de su regreso a Argentina.

Ramiro confiesa que cuando se enteró que existía esta competencia le dieron ganas de participar para eso se fue preparando, al mismo tiempo que transitaba las materias de la carrera. “Si uno tiene la suficiente pasión y compromiso puede hacer las cosas”, asegura. Y agrega: “No solo me preparaba en todo lo relacionado al Derecho sino también perfeccionando el francés porque es un certamen que es desarrollado completamente en ese idioma”, subraya.

Para llegar a participar de este concurso organizado por el Instituto de Estudios Políticos de París y la Corte de Arbitraje de la Cámara de Comercio Internacional (CCI), los estudiantes fueron previamente seleccionados a mediados del año pasado, luego de participar de unos cursos dictado por profesores de la facultad y luego presentar ensayos con su defensa en francés. El oriundo de Junín de los Andes cuenta que el ensayo que desarrolló para la selección “fue sobre trato justo y equitativo de los inversores”.

“Después de presentar el ensayo tuvimos una entrevista y en base a eso se designa a cuatro estudiantes y fui uno de los seleccionados”, señala. La preparación que llevó varios meses consistió “en una primera parte en la elaboración del escrito de la demanda, donde uno representa al inversor y vuelca todos los argumentos de éste demandando al Estado, y la segunda parte consiste en la defensa del Estado para decir que no hay ningún tipo de derecho a la compensación por parte del inversor”.

En esta etapa, las y los estudiantes fueron entrenados por destacados profesionales de la abogacía. “Los coaches que son profesores y profesionales que se dedican a inversiones y arbitraje nos fueron ayudando en todo el proceso”, comenta el joven. “Algunos de ellos han participado en las competencias. La competencia no solo te da conocimientos específicos sino también un futuro en el arbitraje y te da esta posibilidad de trabajar profesionalmente en el arbitraje”, describe.

Las dos coaches que viajaron a París con los estudiantes contaban con la experiencia de haber participado en la edición anterior del certamen pero en esa ocasión como alumnas. En esa oportunidad habían conseguido un reconocimiento pero no llegaron a la final, por eso esta edición la tomaron como una revancha.

Llegar a la final y competir contra una universidad francesa, seguramente les generó una sensación especial a los estudiantes y sus coaches, sin poder dejar de pensar en el final feliz ocurrido el 18 de diciembre de 2022, en el Estadio Lusain de Doha, después de un partido emotivo con una gran cuota de sufrimiento.

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“El premio nos ha generado una gran felicidad y emoción, pero sobre todo orgullo”, dice Ramiro, quien no deja de resaltar el valor que tiene la distinción conseguida en Francia “porque a la etapa final llegaron ocho universidades, siete eran francesas y la octava eramos nosotros, que, de alguna manera, representábamos al resto del mundo”.

Por otra parte, resalta que el evento académico en el que participó ha convocado a más de 60 universidades provenientes de cuatro continentes, representativas de veintidós nacionalidades.

El estudiante destaca las posibilidades que ofrece la universidad pública en nuestro país. “En el caso de nuestra Facultad de Derecho está en el top 50 de las mejores facultades de Derecho del mundo, y es la única pública; y está en ese lugar por el esfuerzo constante de quienes la conforman y eso es muy y hay que valorizarlo”.

Ramiro comenta que si bien le faltan dos años para finalizar la carrera, aún no tiene claro “para qué lado tirará el futuro”, como le gusta decir, en cuanto a la rama por el que transitará después de recibirse.

“En esta competencia adquirí muchos conocimientos que pueden servirme para un futuro”, aclara. En relación al arbitraje, señala que “es una rama del Derecho bastante compleja que en la actualidad tiene mucha competitividad y resulta difícil ganarse la vida con esto”. “Un arbitraje entre un Estado y un inversor no se da muy seguido y requiere de los mejores abogados y es complicado encontrar un trabajo estable en esta rama”, ejemplifica. Igualmente Ramiro no descarta dedicarse, “es una posibilidad”, señala el estudiante de Junín de los Andes.

Ramiro cuenta que su familia siguió a la distancia desde Junín de los Andes todo este largo proceso de ocho meses “donde estuve encerrado estudiando y esforzándome para lograr junto a mis compañeros este resultado. La verdad que fue un gran compromiso y mucho sacrificio pero que valió la pena”.

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Ramiro Soules, el joven de Junín de los Andes, junto a los estudiantes que lograron el primer premio en el Concurso de Arbitraje Internacional de París en el frente de la Cámara de Comercio Internacional.

Ramiro Soules, el joven de Junín de los Andes, junto a los estudiantes que lograron el primer premio en el Concurso de Arbitraje Internacional de París en el frente de la Cámara de Comercio Internacional.

“De Junín de los Andes lo que más extraño es la tranquilidad”

Por estos días, Ramiro Soules disfruta los últimos bellos paisajes y momentos en la ciudad de París antes de emprender el regreso a Buenos Aires para continuar sus estudios de Derecho.

“Tenía el pasaje de vuelta para regresar pero decidí quedarme unos días a cargo mío para aprovechar a recorrer París y disfrutar más relajado después de la intensidad con la que transité todo este tiempo de preparación para participar en el concurso en el que finalmente fuimos premiados”, explica en la conversación con LMNeuquén en la medianoche parisina.

Comenta que tiene previsto visitar Junín de los Andes, “hace tiempo que no voy para mi pueblo natal y la verdad que extraño mucho”. Ramiro no ve la hora de reencontrarse con sus padres y su hermana, quienes residen en la localidad cordillerana.

“Mi familia se puso muy contenta y feliz por el premio que conseguimos porque, a pesar de la distancia, me fueron siguiendo en todo este largo proceso de meses donde estuve abocado al estudio y a la preparación. Ellos están muy orgullosos y contentos de haber llegado tan lejos porque esto requiere de mucho compromiso y esfuerzo, y fue mucho el que tuve que hacer”, explica.

La imposibilidad de viajar a su ciudad natal, el tiempo de dedicación al estudio y la intensidad con la que convivió en este último tiempo, generó en Ramiro una gran fuerza interior para pensar en ese ansiado viaje.

Confiesa que de Junín de los Andes extraña “la paz y tranquilidad” que tiene la localidad. “Disfruto mucho cada vez que voy, además de ese sentimiento de sentirse en el hogar que le es propio. Extraño mucho porque con todo lo que tuve que estar involucrado para prepararme para el certamen, la verdad que uno tiene ganas de volver a vivir esa tranquilidad”, describe el joven premiado en mayo en París.

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