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La Mañana Sergio Massa

El 25 de Mayo de Massa: entre el ministro de Alberto y el precandidato de Cristina

El ministro de Economía aguanta la lluvia ácida de la inflación y mantiene sus aspiraciones en el rio revuelto de un panperonismo que ya no le factura el vínculo que tiene con Estados Unidos.

A diferencia de muchos dirigentes del Frente de Todos, Sergio Massa pudo estar en los dos principales escenarios políticos de este 25 de mayo. Durante la semana amagó con un viaje a Paraguay para encontrarse con el presidente electo Santiago Peña, pero reprogramó el vuelo sin dudarlo apenas Máximo Kirchner lo invitó a sumarse al escenario. De ese modo el ministro de Economía estuvo durante la tarde en la Plaza de Mayo, ubicado en un lugar privilegiado: atrás de la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner y al lado del ministro del Interior Eduardo "Wado" De Pedro y de Máximo. No fue la primera vez en el día que estuvo allí: por la mañana acompañó a Alberto Fernández en el último Tedeum de su mandato y también estuvo entre los primeros funcionarios detrás del Presidente.

La doble presencia refleja el interés estratégico de Massa por mantener su precandidatura presidencial y sostener su rol como ministro de Economía. En su entorno algunos le aconsejan que mantenga el cargo y la aspiración de pelear por la presidencia al mismo tiempo, pero siempre y cuando sea el único candidato del Frente de Todos. El viernes pasado encabezó la reunión de la conducción del Frente Renovador para convocar a un plenario dentro de 15 días.

Quizás los ánimos sean distintos después de este 25 de mayo, pero la semana pasada llamó a su partido para que se reuna, defina candidaturas y establezca "si participamos o no en el FdT, cómo participamos y cómo se diseña el frente, y cuál es la nueva realidad del frente de todos en términos de representación política, electoral". El encuentro será el próximo 10 de junio y concluirá con la nominación de Massa como precandidato presidencial. Será una señal de largada para una campaña que sólo será posible si hay un pacto que evite una competencia interna dentro del panperonismo para dirimir al candidato del oficialismo.

Si no se concreta una negociación de unidad, el panperonismo hará uso del instrumento de las primarias que ideó Néstor Kirchner hace 20 años, poco después de asumir la presidencia el 25 de mayo de 2003, y que fue transformado en ley del Congreso sobre la finalización del primer mandato de Cristina. Desde entonces el peronismo siempre fue con un candidato único a las PASO. Si la unidad no se concreta, este 13 de agosto Massa no jugaría como precandidato presidencial e impulsaría al gobernador reelecto de Salta, Gustavo Sáenz, como competidor del FR. El impulso que le dieron al mandatario norteño desde el quinto piso del Palacio de Hacienda confirma que el massismo no tiene previsto poner en duda su permanencia dentro del Frente de Todos, pero si no hay PASO, su principal dirigente podría prescindir de la boleta presidencial.

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Sergio Massa junto a Wado de Pedro y Cristina en el acto del 25 de Mayo.

Sergio Massa junto a Wado de Pedro y Cristina en el acto del 25 de Mayo.

El tema no es ajeno a las charlas que el tigrense tiene con Cristina. La titular del Senado lo respalda y sigue en detalle cada uno de sus movimientos. No elude la estrecha relación que tiene con los Estados Unidos y fue una de las primeras en enterarse que la subsecretaria de Estado, Wendy Sherman, le dijo que la Casa Blanca lo consideraba el interlocutor más confiable dentro de un panperonismo pródigo en funcionarios de buena relación con el bipartidismo estadounidense. El ministro goza de muy buenos vínculos con demócratas y republicanos, un atributo que pocos dirigentes pronorteamericanos tienen. Eso ya no forma parte de las durísimas críticas que le disparaban en el kirchnerismo.

Massa le informa de todo a Cristina, tal como acordó el año pasado cuando cerró la negociación para suceder a Silvina Batakis en la silla eléctrica más temida del Gabinete. También le plantea su negativa a medirse en las PASO y acuerda con ella en que no es bueno utilizarlas en este momento electoral de tres tercios, tal como lo dijo la vicepresidenta la semana pasada en la entrevista televisiva que ofreció por primera vez en seis años.

En Economía explican el escenario de los tres tercios desde el prisma de Massa y, al parecer, también de Cristina. Las encuestas arrojan una contienda electoral con un 25% para la ultraderecha, representada en el diputado Javier Milei: otro 25% para Juntos por el Cambio y un 30% para el eventual competidor del FdT. Si hay PASO dentro del oficialismo, quienes reclaman la unidad, aseguran que sería una disputa de "candidatos enanos" que no superan el 15% cada uno.

Por eso Massa pudo en duda su postulación si hay primarias. Si no hay acuerdo jugará a Sáenz. Con esa movida el tigrense jugaría a su "candidato enano" en una competencia donde ya se anotaron De Pedro, el jefe de Gabinete Agustín Rossi, el embajador argentino en Brasil Daniel Scioli. También se sumó el dirigente social Juan Grabois, que lanzó su precandidatura la semana pasada y descargó munición pesada contra Massa: aseguró que no lo acompañará si es precandidato.

A pesar de ese mensaje, la foto que dejó Cristina este jueves en Plaza de Mayo alimentó la idea de la unidad y puso a Massa detrás suyo. En el escenario no estuvieron ni Scioli, ni Rossi, pero sí Grabois, De Pedro y el gobernador bonaerense Axel Kicillof, que busca la reelección y sólo jugaría en la boleta nacional si Cristina se lo pide. En esa foto están posiblemente los próximos precandidatos a los principales lugares de cada categoría. Todos posaron detrás de una vicepresidenta que definió requisitos clave para el próximo candidato: que represente a un programa económico previamente debatido por el FdT que luego renegocie las condiciones con el Fondo Monetario Internacional y sólo pague cuando haya crecimiento.

Cristina volvió a la Plaza de Mayo seis años después del discurso que ofreció el 9 de diciembre de 2015. También lo hizo a un mes del cierre de candidaturas para las PASO. Restan 29 días para que venza el plazo del 24 de junio y los gestos que Cristina dispensó este jueves apuntan a la unidad. Lo hizo en un día litúrgico para el kirchnerismo y repitiendo que ella no es rencorosa. Este 25 de mayo sucedió con Massa al lado, el mismo que fue su jefe de Gabinete y luego confrontó con ella hasta reinvidicar la posibilidad de que la metieran presa. Tal como contó Cristina en la tele, fue Máximo quien los reconcilió para sumarlo al Frente de Todos y perdonarle el acercamiento que tuvo con Mauricio Macri en 2016, luego de la derrota del año anterior. La titular del Senado considera que traerlo de regreso fue un acierto y quizás con esa lectura lo subió hoy al escenario de los 20 años.

Todavía no se sabe si eso alcanza para sellar la unidad que podría empoderarlo como candidato, o si la foto de este jueves (delante de 500.000 personas bajo la lluvia) exhibió a los protagonistas de las próximas elecciones sin que sepa en qué categoría competiran. Cuentan que en el escritorio del Senado están todas las variables, incluso la posibilidad de que Kicillof pelee por la presidencia y que Massa vaya por la provincia. La opción es muy resistida por el gobernador bonaerense y suena como premio consuelo para el titular de Hacienda, pero está entre las hipótesis que se barajan. Cristina insiste en que hay que llegar al balotaje. Entre los precandidatos en danza, Massa aparece como el que podría sumar voluntades por fuera del voto fiel del panperonismo. Otros descreen de esa ventaja. Sostienen que se diluye bajo la lluvia ácida de la inflación y el malhumor que se cocina a la salida de los supermercados.

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