El oscuro aguantadero de las "mil denuncias" en el centro de Centenario

Centenario crece y cambió su fachada en su centro histórico, con una nueva plaza, luces led y la venta de viejas propiedades de los antiguos pioneros. Pero hay algo que no cambia en este paisaje que ya no huele a peras ni manzanas: un viejo aguantadero en el corazón del Casco Viejo, que lo apodaron “el aguantadero de las mil denuncias”.

Se trata de un predio de 7.000 metros cuadrados ubicado en diagonal a la remozada plaza San Martín y contiguo a un parque gastronómico al aire libre, con patio cervecero y food trucks, que le cambió la fachada al centro centenariense.

Ese terreno era propiedad de la ex empresa de ómnibus Centenario SRL y desde hace más de 15 años que se convirtió en una boca de lobo. Lo compró una empresa local, dedicada al movimiento de suelo, que también apuesta al mercado inmobiliario.

El viejo edificio derrumbado está ubicado en la calle Primeros Pobladores, entre Lanín y Darrieux, a menos de dos cuadras de la Municipalidad. Durante años, en los ’70, funcionaba una cancha de pelota paleta, propiedad del Club Social y Deportivo Centenario.

Pero esto es historia vieja y hoy la empresa aún no comunicó que hará con el terreno. Lo cierto es que tampoco cerca el predio y se desconoce si la Municipalidad -a través de las empresas tercerizadas- limpian el terreno y envían multas al Juzgado de Faltas, como sí o hacen con los demás terrenos baldíos de la ciudad. En este caso, serían sanciones millonarias.

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El predio de ex empresa de ómnibus Centenario SRL. Es una aguantadero en pleno centro. Nadie construye ni tampoco alambran.

Gentileza

El lugar está lleno de yuyos, es un gran baldío y es el sitio perfecto para que grupos de jóvenes (y también delincuentes) no sólo se junten a tomar bebidas alcohólicas, sino también para arrojar piedras a las casas linderas. Los fines de semana se escuchan gritos y hasta peleas que provienen del oscuro lugar.

Durante años, hubo varios reclamos a la Defensoría del Vecino, en las tres gestiones, (Daniel Egea, Andrés Peralta y Olga “Pina” Alfonso”), denuncias en la Comisaría Quinta, pero nunca pasó nada. La lluvia de piedras y la inseguridad son parte del paisaje, de día y de noche. Y los vecinos ya no saben qué hacer ni a quien acudir con el reclamo.

“Hace diez años que estamos así, no tiene solución, dicen que va una hace runa edificio, pero ni siquiera cercan el lugar”, comentó un vecino a LMNeuquén, que vive frente al baldío, con paredes derrumbadas y grafitis.

La polémica se reaviva por ciclos, cada vez que los vecinos sufren piedrazos en los patios y ventanas. No saben desde donde vuelan los proyectiles y ladrillos.

Las denuncias por las malezas e inseguridad que hay en es aguantadero vienen desde 2006, cuando dejó de funcionar la empresa de colectivos que tenía en ese lugar las oficinas. En la década de los noventa existían numerosas casas y propiedades abandonadas en el centro de la ciudad. Algunas se fueron demoliendo y otras ocupando por familias. Pero la situación del edificio de la ex empresa Centenario, es crónica.

Debido a la amplitud del terreno, cada tanto se pueden ver camionetas y vecinos que arrojan basura dentro del predio. Hasta el Municipio tuvo que poner un cartel, en su momento, para que no usen el lugar como microbasural.

El viejo edificio del Club Centenario es uno de los pocos donde aún no se construye nada. Estuvo a la venta durante años a la espera de inversiones y de un cambio en el Código de Edificación, para hacer edificios de más de seis plantas. Es un terreno lugar muy costoso, en el centro de la ciudad, done una parte está alquilada a los food trucks y otra, es un aguantadero y basural a cielo abierto.