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El Peral, flamante indicación geográfica en Valle de Uco

Es un distrito histórico de Tupungato, que cuenta con viñas de malbec y semillón, en su mayoría por arriba de los 1000 metros sobre el nivel de mar.

Promulgada por el Boletín Oficial del 25 de enero pasado, la Indicación Geográfica El Peral queda debidamente protegida para su uso en las etiquetas, así como para evitar que otros la usen como marca comercial. Dicho así, es casi un trámite notarial. Pero la verdad es que el reconocimiento y protección de este distrito del departamento de Tupungato pone en perspectiva otros elementos importantes.

El Peral es un distrito histórico de Tupungato, en el norte del Valle de Uco. Recostado al pie de la cordillera, es una fracción delgada de tierra que, entre sus particularidades, tres resultan centrales: pegada a la ciudad de Tupungato, ofrece viñas centenarias de Semillón y Malbec; la altura, ya que el distrito arranca a los 1100 metros y asciende a la Cordillera Frontal, en las estribaciones del Cordón del Plata; una serie de plantaciones nuevas que alcanzan los 1550 metros a la fecha.

Precisamente estas últimas fueron las que motivaron el desarrollo de la IG. Plantadas desde 2005 por Chandon Argentina, la finca Cepas del Plata inscribe a la región en una versión moderna de la vitivinicultura. La empresa fue la responsable de realizar el pedido de protección de la Indicación Geográfica en 2019.

“Se hizo un trabajo de campo con la Facultad de Ciencias Agrarias de la Universidad de Cuyo y se llevó a cabo una investigación para recabar información meteorológica de una serie de 10 años para poder tener la caracterización climática del lugar. Dentro del proceso, tuvimos algunas dificultades porque el trabajo de campo no se pudo realizar en los primeros meses de 2020 por las restricciones previstas por el Covid-19, pero ya para fines de año se pudo hacer los estudios de suelo” define Mario Sonzogni, ingeniero agrónomo Jefe de Viñedos de Chandon Argentina.

Los suelos de El Peral varían mucho con la pendiente. Pasan de una zona con ciertas arcillas y cantos rodados en la base a una rica en depósitos de carbonatos más arriba, hacia las estribaciones de las Sierras del Jaboncillo.

Marcar la diferencia

El reconocimiento de El Peral es, además de oportuno, interesante por varios motivos. Oportuno, porque se inscribe en un movimiento de largo plazo en el que trabaja el vino en Argentina, reconociendo el valor de sus terruños y protegiéndolos. Interesante, porque subraya y potencia aquello que la hace relevante en un contexto amplio. Por ejemplo, El Peral es de los pocos lugares de Uco con viñas viejas, ya que allí se plantó a comienzos del siglo XX porque se podía canalizar el agua. Hasta ahora, los vinos de allí sólo podían inscribirse como Tupungato, lo que no le hacía justicia a esta distinción.

Buena parte de Tupungato está plantado con viñas nuevas –no más de 15 años– y en materia de Semillón y Malbec, por ejemplo, El Peral es único por su patrimonio. “El Peral tiene un capital de viñedos centenarios. Con Malbec y Semillón muy viejos. Como se consideraba zona fría para tintos en el pasado y ahí se plantaba Semillón”, explica Estela Perinetti, quien elabora un viñedo familiar en la zona con Las Estelas.

El otro punto indiscutible de este reconocimiento es darle relevancia a un toponímico local que ahora las bodegas pueden ponderar. No serán muchos, por ahora, porque en la zona hay un puñado de productores, pero fieles. A Chandon se le sumarán empresas menores como Las Estelas, Oíd Mortal, Michelini i Mufato que ponen foco en la zona, sin mencionar las otras tantas que adquieren su uva.

Proteger para hacer crece

Ahora que El Peral adquiere el estatuto de Indicación Geográfica las bodegas pueden detallarlo en el origen y en la etiqueta de sus vinos. Para el consumidor se abre así una puerta más por la que explorar los sabores que ofrece. Y al mismo tiempo, la industria se evita posibles fraudes o usos indebidos de la marca común como sí ha sucedido en otras regiones. Al fin y al cabo, de eso se trata una Indicación Geográfica, de reconocer el valor diferencia de un lugar en la producción de vinos.

Nadie lo dice mejor que Pablo Marino, enólogo de Oíd Mortal: “El Peral es pasado y futuro del vino en la región. Aportó buena parte del material genético plantado hoy en el Valle de Uco y hoy ofrece un refugio para viñas viejas”, explica.

>> Cordón El Cepillo

El 5 de diciembre pasado el Instituto Nacional de Vitivinicultura aprobó la creación de la Indicación geográfica Cordón El Cepillo para San Carlos, Valle de Uco. Con ella se completó la estructuración de las IG conforme a la estructura de suelos armada por el cono aluvial del Río Tunuyán, como resultado de 10 años de trabajo. La zona es relativamente nueva.

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