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El Ruso Auer y el juego de las diferencias

La defensa de uno de los acusados por el crimen del agenciero afirmó que no participó del hecho y entregó una pericia con la cual busca desvincularlo del caso.

El crimen de Miguel “Ruso” Auer no fue al azar, eso está más que claro para la fiscalía, pero para la defensa de uno de los cuatro detenidos existe una “casualidad muy grande” en el parecido de su cliente con uno de los integrantes de la banda. Tal es así que realizaron una pericia para demostrarlo, pero la duda que se quiere instalar, para los investigadores del caso, es inviable.

Tras publicar LMN el informe especial “El Ruso Auer, en la cueva de la traición”, donde narramos toda la trama del crimen y describimos el rol de cada uno de los acusados –Miguel Livello, amigo y entregador; Marcelo Sosa, el asesino; Jorge Falconi, a cargo del plan; y Gabriel Castro Herrera, el entre, también conocido como el hombre del bastón–, el abogado defensor de Castro, Elio García, apareció en escena asegurando que su cliente no tenía nada que ver con el hecho y que todo se trataba de una gran casualidad en el parecido del hombre del bastón con Castro.

Fue así que realizaron una pericia comparativa del rostro y también de la voz. Para ello, requirieron las imágenes de la cámara de la cueva del Ruso, ubicada en diagonal 9 de Julio 45, y los mensajes de audio que estaban en el celular de la víctima.

Con esos elementos, el conocido perito Enrique Prueger se encargó de hacer las comparativas y determinó que Castro no es el hombre del bastón.

La pericia fue derivada hace dos meses a la fiscalía, pero para ellos hay más elementos que vinculan a Castro con el hecho. Vale recordar que la causa fue declarada investigación compleja y está bajo siete llaves.

Ruso Auer

La teoría fiscal

A los fines de entender y de que el lector pueda emitir su propio juicio, le acercaremos cada uno de los elementos que intrigan en este caso.

Gabriel Castro está acusado como coautor de homicidio triplemente agravado por criminis causa en concurso premeditado y arma de fuego. Además, le dictaron la prisión preventiva por seis meses en el marco de la investigación.

Castro es un hombre de 62 años que fue contactado por la banda para que actuar como la llave de la puerta de entrada a la cueva de Auer. La cosa es así. Livello, amigo íntimo del Ruso, Sosa y Falconi tenían tantas deudas como desesperación porque los acreedores les aparecían hasta debajo de las piedras. Son tipos abocados a negocios non sanctos e incluso Livello tenía deudas con Auer.

Fue Livello quien le sugirió a Sosa dar un golpe en la cueva del Ruso, pero como él no podía hacerlo, Sosa buscó a su vecino Falconi, ambos mendocinos con fama de pesados.

Ellos se encargaron de buscar a Castro. ¿Cómo lo eligieron? Es un dato más que interesante que podría develarse en cualquier momento. Para la defensa de Castro fue un golpe de mala suerte, pero ya ahondaremos en los dichos de Elio García.

La idea era ponerle al Ruso un señuelo que no lo hiciera desconfiar. Por eso Livello estableció el contacto y lo hicieron pasar por un viejo jubilado que quería cambiar unos ahorritos que tenía en dólares.

Castro personificó a un jubilado de boina y lentes que, como rengueaba, se valía de un bastón para caminar.

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El personaje montado era amable y ahí está en juego el conocimiento que tenía Livello del Ruso, que era un tipo de entrar fácilmente en confianza y que no vería al viejito que ponían de señuelo como un potencial riesgo sino que le daría una mano con el cambio de los billetes estadounidenses.

Como dijimos, nada fue al azar, todo estaba planificado. Incluso, el personaje que puso en escena Castro, porque al saber de las cámaras se cubrió el rostro con la boina y los lentes.

El 24 de octubre al mediodía, el golpe se desmadró por la ansiedad no contenida de Sosa, que le ejecutó dos tiros a quemarropa al Ruso. Sosa, Falconi y Castro desaparecieron del lugar con las manos vacías y a toda velocidad.

El Ruso murió el 4 de noviembre y la investigación permitió que cinco días después cayeran Sosa y Falconi en Mendoza y Castro en su casa del barrio Progreso. La fiscalía los acusó y desde entonces están con prisión preventiva. El 8 de marzo fue capturado Livello en inmediaciones de una chacra de Centenario.

Ahora, la fiscalía avanza en los detalles de la trama y los únicos dichos que han surgido fueron brindados en las respectivas audiencias públicas de formulación de cargos. Por ahora, reina el hermetismo.

El abogado penalista Elio García había sido denunciado por lesiones, pero no se pudo demostrar y fue sobreseído.
El abogado Elio García denunció que hubo cierta resistencia de la Fiscalía a brindarle los audios y las imágenes.

El abogado Elio García denunció que hubo cierta resistencia de la Fiscalía a brindarle los audios y las imágenes.

La coartada

Castro es conocido en la barriada del Progreso por ser alcohólico y estar en una situación socioeconómica emergente. Pese a ello, llamó la atención que el abogado no fuera un integrante del Ministerio Público de la Defensa que asiste a las personas imputadas en situación de vulnerabilidad.

Lejos de este supuesto, Castro contrató a un abogado particular y también a un perito reconocido. Este es un dato interesante a los fines de comprender a futuro la trama.

De hecho, un tanto molesto por la inquietud de este medio, su abogado Elio García reconoció a LMN: “Me contrató su hijo que trabaja en el rubro petrolero”.

Luego, el letrado aclaró: “Castro padece de alcoholismo, es muy limitado en su habla y no tiene nada que ver con el hecho, por eso fue que hicimos la pericia con Prueger”.

Acá es donde pasamos a ilustrar la teoría de la defensa, más conocida como coartada.

“Castro ese día (24 de octubre) estuvo en su casa con dos personas tomando vino en el rango horario en que la fiscalía establece el crimen. En dos oportunidades, las personas que estaban con él fueron a comprar vino a un almacén del barrio”, describió Elio García.

“Hace 10 días solicitamos a la fiscalía que les tome testimonio a estas personas, toda vez que la obligación de la fiscalía es la objetividad en la búsqueda de la verdad y no probar su teoría”, disparó el abogado.

Enrique Prueger

Ante la pregunta obligada sobre cómo llega Castro a esa situación de quedar vinculado en un crimen, el defensor explicó: “Él recuerda haber perdido el celular hace muchos años en un local bailable del centro. Es todo muy difuso para Castro, en cambio los testigos son claros al asegurar que no sabe usar un celular y encima a la hora de hablar es bastante precario”, describió García.

Este punto es interesante porque el perito Enrique Prueger entiende que quien encontró ese celular, sin clave de acceso, podría ser alguno de los involucrados en el crimen del Ruso. Esto, dentro de sus supuestos, los llevó a revisar el contenido del celular y vieron fotos de su dueño, por lo que de ahí salió armar un personaje parecido. Y tan parecido resultó ser que fue necesario hacer una pericia buscando detalles muy particulares.

“Castro está desesperado porque sabe que es inocente, en este caso es un perejil, por eso vamos a solicitar una audiencia de control de investigación para introducir formalmente esta pericia y pedir que sea desvinculado de la causa”, reveló su estrategia García.

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La pericia

Es necesario entender que una pericia de estas características no es para nada sencilla porque la imagen puede variar de acuerdo con la cámara que la capta, el ángulo, el juego de luces y sombras, y los elementos adicionales que cubren el rostro, en este caso la boina y los lentes.

Las expresiones faciales también son muy sensibles a la hora del análisis porque no es lo mismo un rostro tenso que uno relajado.

Aclaradas las variables, el perito Prueger explicó de entrada: “La verdad es que son personas muy parecidas, por lo que aplicamos técnicas biométricas y de análisis de voz”.

Prueger está convencido de que “al personaje lo armaron con fotos que podrían haber encontrado en el celular que perdió Castro. Por eso es importante que cuando una persona pierde el celular no solo notifique a la compañía que le brinda el servicio, sino que haga una exposición policial porque les puede pasar como a Castro, que se está comiendo un garrón de arriba”.

Luego, aclaró: “Castro es un analfabeto funcional y alcohólico que no sabía que tenía que hacer una denuncia por la pérdida del celular”.

Para realizar la pericia, como dijimos, al perito le facilitaron las cámaras de la cueva para recuperar la imagen del hombre del bastón y también mensajes de audio que fueron secuestrados del celular del Ruso.

Con respecto a la voz, Prueger explicó que “se analiza con un software determinando la intensidad, tono, timbre y duración”. “La voz en el audio que recibió Auer no es la misma de Castro”, sentenció el perito.

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El juego de las diferencias

El equipo del Instituto Prueger analizó la imagen de la cámara de seguridad y una foto que tomaron ellos, pero si bien quisieron replicar el mismo ángulo de la cámara de seguridad, tienen uno similar, aunque no es el mismo.

El ideal de máxima habría sido poder trasladar a Castro al edificio de diagonal 9 de Julio para hacer capturas con la cámara de seguridad, incluso poniéndole lentes y boina. De esa forma, el margen de error se disminuye en forma significativa.

No obstante, en el análisis de distintos aspectos del rostro observaron siete diferencias. La ubicación de las comisuras del parpado izquierdo, la nariz, cicatrices en la zona del bigote, pliegues y características del mentón, la forma de la boca, los dientes y el pabellón auricular derecho.

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Si bien Prueger rescata estos siete aspectos a lo largo de las 34 páginas donde informa los resultados de la pericia, el detalle de pabellón auricular para él es el más claro a los fines populares, el resto corresponde a un ojo entrenado.

Prueger protesta contra la fiscalía, porque no entiende cómo puede ser que, teniendo la pericia en sus manos, no lo hayan desvinculado a Castro y saca a relucir su trabajo en casos de alto impacto social como Tolaba, Nahuelcar y Fernanda Pereyra en los que a aportó pericias claves.

Vale recordar que la vida del perito está compuesta por éxitos y fracasos, como la de cualquier profesional.

Acá se entra en un terreno fangoso, porque habría que conocer todos los elementos con los que cuenta la fiscalía para sostener la detención de Castro. A veces con una pericia no basta porque pueden existir otras evidencias que pongan en escena al acusado, en este caso Castro. Lo cierto es que todo se develará o en la audiencia de control de investigación o directamente en el juicio por jurados al que llegaría el crimen del Ruso Auer antes de que concluya el año si todo marcha sobre ruedas.

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