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Soledad Pastorutti: "Mi historia es la que le interesa a la gente"

La Gringa. Con dos fechas, llega este fin de semana a Casino Magic para adelantar algunas canciones de su nuevo disco, que contó con la producción de Carlos Vives.

Por Luis Castillo - [email protected]

Desde hace tiempo Carlos Vives tenía ganas de trabajar con Soledad. Los planetas se alinearon y juntos llegaron a una canción que resume toda la carrera de la Sole: “La Gringa”, un tema casi biográfico, pegadizo, que anticipa lo que será la próxima producción de la cantante santafesina. Precisamente, previo a sus actuaciones en el Teatro Ópera (en octubre), Pastorutti presentará mañana y el domingo en Casino Magic parte del nuevo material. Antes, la cantante dio detalles sobre lo que significa este disco, su vínculo con Carlos Vives, su cambio como mujer y lo que sintió al grabar con Los Palmeras.

- ¿Cómo se da la conexión de Carlos Vives para el nuevo disco?

Nos conocemos desde el año 99 cuando grabé en Miami, y después siempre lo crucé en un montón de festivales. Siempre me decía que quería trabajar conmigo, hacer alguna colaboración o producirme un disco. La última vez que vino a la Argentina me citó en Sony y me mostró una canción que tenía para mí. Me ofreció su estudio, su gente y accedí.

- ¿Qué les aportó a tus canciones o cuál fue tu búsqueda?

Carlos Vives es alegría, modernidad y tradicionalismo al mismo tiempo. Siento que es el claro ejemplo de lo que quisiera hacer con mi música en Argentina. Confío mucho en su manera de ver las cosas y, sobre todo, porque quiere mucho al país. No es un tipo que desconoce lo que ocurre. Me gusta el desprejuicio que tiene al escribir una canción y decir lo que tiene ganas de decir sin importar lo que opine el resto. Eso fue lo que me aportó: el desprejuicio.

- ¿En qué se parecen Vives y Soledad?

En la energía que tenemos. Somos dos personas que subimos al escenario a disfrutar con la gente y amamos la música local de nuestros países. Pretendemos que esa misma música pueda traspasar las fronteras. Es interminable la lista.

- Estás trabajando con Claudia Brant en la composición, ¿cuándo surgió eso y por qué?

Le grabé un tema (“Una mañana no la sentí”) en un disco junto a Gian Marco. Siempre la respeté y la quise mucho. Esta vez, la conexión fue por Cheche Alara (artífice de álbumes de Thalía), que es el otro productor del disco. Nos juntamos los tres en Los Ángeles y compusimos cinco canciones de las cuales tres van a formar parte del disco. Claudia es ganadora de muchos premios Grammy y yo como compositora tengo mucho que aprender.

- “La Gringa” es una de las nuevas canciones. ¿Hace cuánto tenías ganas de hacer un tema tan autorreferencial?

Generalmente, cuando escribo lo hago autorreferencialmente. Me sale escribir más de las cosas que me pasan a mí que hacer un análisis profundo de otras cuestiones. Siento que mi historia es la historia que le interesa a la gente, porque tengo que ver con mucha gente que la lucha, que trabaja y que sueña. “La Gringa” es un poco la reivindicación de aquellos inmigrantes que vinieron a la Argentina y que han ayudado mucho al país. Soy un claro ejemplo de una descendiente de ellos. Fue agradecerle a mi familia, a sus mujeres que han sido fuertes, lo que yo soy.

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- Con “La Gringa” parece que tomás un poco de distancia del folclore. ¿Cómo definirías el sonido del disco?

Siento que es un disco muy variado y la gente va disfrutar de muchos sabores muy cercanos a Soledad. El show va estar buenísimo porque vamos a presentar canciones que todavía no suenan. Hay muchos mensajes positivos para hacerle una caricia al alma a la gente que pretende ver un artista popular y pasarla bien.

- A la hora de escribir, ¿las cantantes rinden más cuando están enojadas o enamoradas?

Parece que las mujeres enojadas con el amor funcionamos mejor que las que están enamoradas y son más naif (risas). Siento que el balance es lo importante. Cuando canté canciones de amor, de por sí eran todas de desamor. Igual siento que una cosa no tiene que quitar la otra, porque los estados de ánimo del ser humano deben estar presentes en la canción. Si me das a elegir, me gustan mucho las historias de la gente humilde que trabaja, de la gente laburante que vive dignamente y sueña con un futuro mejor. El folclore debe representar todos esos estados y esas situaciones.

- “Aunque me digas que no” fue otro adelanto que hace foco en el amor no correspondido. ¿En qué momento de tu vida te paraste para darle vida a la canción?

Tenía la idea desde hace tiempo. Cuando compongo canciones de amor escribo de los dos tipos. En este caso, es la historia de una amiga que no deja de amar a una persona a pesar de la distancia, la no correspondencia… Es un amor del bueno, del grande, que cuando se siente no se puede parar. El amor no entiende de razones. Se siente y no se puede manejar. Ese es el verdadero amor, y me inspiré un poco en esa historia.

- ¿A veces te ha costado o te cuesta decir todo lo que tenés adentro?

Me sigue costando. Es muy difícil meter el “sincericidio”. En un país como el nuestro, donde todo está muy polarizado, nos agarramos de titulares y no profundizamos. A veces es preferible callar a intentar explicar lo inexplicable. Es muy difícil cambiar las cosas de diferentes personas. La gente te ve como te quiere ver, y como artista popular trato de respetar eso, incluso cuando no estoy de acuerdo. Trato de hablar del sentido común y no me pondría nunca desde el lugar del juez, porque no soy quién para hacerlo.

- Son como 20 años de carrera. ¿Con qué cosas aún pelea internamente Soledad?

Peleo con mis propios prejuicios. Por más que uno quiera despojarse de ellos, los tiene. A veces digo ‘¿por qué no soy más libre?’, y en líneas generales lo soy, pero me gustaría ser mucho más despojada y más caradura de lo que soy. Que todo me importe menos (risas).

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- Actualmente hay una Sole más sensual, ¿ese cambio fue buscado por vos o te sentís una mujer más segura?

Desde hace un tiempo hasta que comenzamos a hacer TV fuimos buscando un cambio estético para fortalecer la imagen desde otro lugar. Eso no quita a la cantante. Para mí, no tiene que ver el talento a cómo te ves, pero evidentemente a una gran parte de la sociedad le entran por los ojos algunas cuestiones. Como uno tiene que sobrevivir o tiene que mantenerse en el tiempo, jugamos el juego de los tiempos de hoy. No me siento una mujer fatal, y como todas las mujeres tengo mis defectos e inseguridades. Jugar es divertido y no creo que me haya ido de donde verdaderamente soy.

- ¿Cómo vivís el empoderamiento de la mujer con esta revolución que se viene dando?

Creo que el poder no tiene que estar ni de un lado ni del otro. Todos tenemos que tener igualdad de oportunidades. Está bueno que la mujer ha ocupado el lugar que merece o está intentándolo. Me parece bien que pueda hacer el mismo trabajo que puede hacer un hombre y muchas cosas más. No estoy de acuerdo con los fanatismos. Siento que hay mucho que aprender porque es una sociedad que está creciendo. Hay que hacer diferentes lecturas, porque me hace un poquito de ruido que la mujer logre lo que se merece pero también somos las primeras en criticar y no ponernos de acuerdo entre nosotras. Tenemos todavía mucho que aprender para unirnos en una lucha verdadera y de sentido común.

- ¿Cómo ha tomado el tema el ámbito de folclore, que siempre fue muy machista?

Lo tomó como lo tomó toda la sociedad. Como todo cambio, en el inicio descoloca, pero siento que es positivo. Siendo un género machista, me sentí siempre cuidada, querida y respetada. En mi casa mi papá nunca me dijo que por ser mujer no podía cantar o subir a un escenario. Mi marido es un tipo que me ha respetado mucho y mis colegas también lo han hecho. Está pasando que durante muchos años los referentes en la música o política han sido los hombres, pero la gente está aceptando el cambio. El folclore tiene mucho que cambiar porque incluso las letras estaban escritas para hombres, y creo que fui una de las primeras en cambiar el género de muchas letras. Pienso que es un proceso lógico.

- Estuviste de gira por tercera vez en Estados Unidos. ¿Qué mirada tienen de Soledad?

Para muchos soy una cantante de raíz y para otros soy la sucesora de Mercedes Sosa, aunque siento que hay una gran diferencia. Me respetan muchísimo, me quieren y toda la comunidad latina está siempre apoyándome. Valoran mucho que lleve nuestro folclore a lugares tan lejanos. Eso me emociona mucho: ver a una persona lejos de su país lagrimear al escuchar los primeros acordes de “Alfonsina y el mar” es muy movilizante.

- Grabaste con Los Palmeras “La suavecita”. ¿Te ves grabando un disco de cumbia?

Grabo todo lo que me gusta y lo que me sienta bien. La cumbia es parte del folclore latinoamericano y casi te diría que nacional. Como santafesina, la cumbia se convirtió en parte de nuestro folclore. Todos los días en las casas de Santa Fe la gente pone cumbia para alegrarse el alma. Si bien es un ritmo bailable y alegre, muchas veces las letras hablan de realidades que no lo son y eso es lo que trato de hacer yo con mi música.

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