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Sube la edad de las mamás primerizas en la provincia

El promedio es de 24 años y se incrementó a partir de 2016.

Por Pablo Montanaro - [email protected]

En los últimos tres años se incrementó la edad de las neuquinas que se convirtieron en madres por primera vez. Las estadísticas de la subsecretaría de Salud -a las que tuvo acceso LM Neuquén- indican que entre 2016 y 2018 la edad de las mujeres primigestas (en su primera gestación) fue de 24 años, mientras que en años anteriores el promedio se ubicó en los 23.

Por otra parte, en los últimos años en la provincia de Neuquén disminuyó el porcentaje de mujeres primigestas. Las estadísticas señalan que en 2008, del total de nacidos vivos con residencia en Neuquén (11.383), el 37,5% correspondió a primigestas. En tanto, hasta octubre de 2018, de 9126 nacidos vivos el 33,5% fueron de madres primerizas.

Esta baja también se registró en 2014, ya que de los nacidos vivos (11.676) el 37,1% fueron primigestas; en 2015, de 11.592 nacimientos el 36,1%; en 2016, de 11.021 nacidos vivos el 35,9%; y en 2017, de 10.224 el 34,7%.

Cecilia Maisler, jefa del departamento de Maternidad e Infancia del Ministerio de Salud, consideró que la edad promedio de las mujeres que se convierten en madres en la provincia está vinculada a diversos factores. “Entre ellos podemos mencionar la inserción en el mercado laboral y el actual cambio de paradigma cultural del ser mujer que hace que se vaya retrasando la maternidad. Antes el promedio era 21 años, ahora es 24, y estimo que seguirá en ascenso”, describió.

Uno de los factores que destacó Maisler es la colocación de implantes subdérmicos en las jóvenes para evitar embarazos. Este dispositivo se coloca gratis en hospitales públicos a las mujeres de entre 15 y 24 años, sin ningún otro requisito mas que la ausencia de cobertura de una obra social. En un principio estaba destinado a la población adolescente de 15 a 19 años y posteriormente se amplió el rango etario a 24 años. Tiene el mismo efecto que las pastillas anticonceptivas y dura tres años colocado.

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“La colocación del implante en las jóvenes les permite continuar con su proyecto de vida. A los 24 o 25 años cambia su proyecto de vida, puede formar una familia. La colocación del implante subdérmico seguramente mueve la curva de ascenso”, agregó.

Aclaró que en las edades extremas, adolescentes de 14 o 15 años y mujeres de 40 años, el riesgo de complicaciones en el embarazo y en el parto son más probables. “De todos modos, el embarazo durante toda la edad fértil de la mujer entre los 20 y 34 años es el período en que hay mayor cantidad de nacimientos tanto en público como en privado, porque están terminando de estudiar o de insertarse en el mercado laboral, se van reacomodando y hacen su proyecto de vida”, explicó.

Precisó que la tendencia de postergar la maternidad se repite a nivel mundial. “En los países desarrollados se está dando que la mujer posterga el embarazo y tiene menos hijos. Me imagino que en nuestro país iremos por el mismo camino”, sostuvo.

OPINIÓN | Desoír los mandatos culturales

Nélida Bonaccorsi Centro Interdisciplinario de Estudios de Género, UNCo

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Las jóvenes de clase media o alta consideran que ser madre no es una obligación sino una opción de vida. Por lo tanto, planifican la maternidad de acuerdo con sus trabajos, estudios y estabilidad en la pareja. Tienen la posibilidad de evitar el embarazo debido al conocimiento de métodos anticonceptivos de gestación, como también de acceder a la gestación mediante nuevas técnicas reproductivas y extender su primer embarazo hasta los 40 años, algo inimaginable en otras épocas.

Diferente ocurre con las jóvenes de sectores vulnerables que históricamente se embarazan en edades tempranas porque no tienen posibilidades de planificar su embarazo por distintos motivos: desconocimiento de métodos anticonceptivos -tanto ella como su pareja-, recursos económicos para acceder regularmente a controles o por la creencia muy arraigada de que si es madre será “respetada” en su entorno.

Sin embargo, en los últimos años en Neuquén esta tendencia se ha revertido. Según muestran las estadísticas, las jóvenes de sectores bajos retrasan más su primera gestación. Esto podría explicarse por la Educación Sexual Integral que se imparte en las escuelas y también por la concientización que reciben junto al reparto gratuito de anticonceptivos en los centros de salud de los barrios. En síntesis, un gran sector de jóvenes han internalizado la libertad de elección de ser madres y se animan a desoír los mandatos culturales.

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