Estremecedor relato que complica a Milagro Sala: "Me pegaba y humillaba"

A la difícil situación judicial que atraviesa Milagro Sala, una sentencia a 13 años de prisión en el marco de la causa conocida como “Pibes Villeros”, la cual cumple en forma domiciliaria, ahora se le sumó un nuevo testimonio en su contra que la deja aún más expuesta en el resto de las causas que tiene en su contra. En esta oportunidad, se trata de Isabel López, una mujer que fue empleada de la Tupac Amaru desde 1998 hasta 2013, año en que decidió alejarse de la agrupación.

En diálogo con TN, López contó los motivos por los que renunció y que se tuvo que ir a vivir al sur del país. “Me cansé de sus humillaciones y constantes faltas de respeto”, comenzó relatando la ex empleada de la Tupac Amaru.

A lo largo de la nota, Isabel fue recordando varios sucesos en que sufrió el maltrato de Milgaro Sala. Entre ellos relató un día previo a Pascua. En aquel entonces ella era encargada de prensa de la organización y Sala la llamó a las 22 y le pidió unos videos que ella no tenía, ante lo cual la líder de la Tupac empezó a golpearla. Según la declaración de López, cuando ella intentó defenderse de los golpes, fue aún peor, ya que Sala habría intensificado su violencia dándole trompadas en la cara.

La víctima precisó que aunque intentó denunciarla, no pudo porque Sala “manejaba toda la justicia de Jujuy”. “Vivía con miedo a que me reprima, me pegue o me haga algo”, dijo. Además afirmó que “Milagro Sala era la dueña de todo”, y que los miembros de la cooperativa eran solo “las personas que ella usaba”.

López fue presidenta de cooperativa, lugar donde ella y sus compañeros hacían las obras y que trabajaban de 7 a 22. “El Estado mandaba un monto de sueldo y nos lo rebajaban, nos pagaban lo que ella quería”, confesó sobre el poder que ejercía la líder de la Tupac sobre sus militantes.

En ese contexto, la mujer aseguró que su vivienda no estuvo a su nombre por mucho tiempo. “Yo tenía miedo de que me sacaran la casa”, puntualizó. Por último, dijo sentir “indignación” cuando escucha decir al presidente Alberto Fernández que Sala es una líder indígena.