El fuego en el ejemplar milenario se habría desatado por una fogata mal apagada en un predio en Villa La Angostura.
Pese a los pedidos realizados por Parques Nacionales para que solo se acampe y realicen fogatas en lugares habilitados, todavía hay quienes hacen caso omiso y no toman los recaudos necesarios. Esto quedó reflejado en el trabajo que tuvieron que realizar un equipo de Bomberos Voluntarios para apagar el fuego interno de una araucaria.
Aunque ocurrió el 25 de diciembre del año pasado, se conoció en las últimas horas. Ese día Sandra Smith estaba de guardia cuando les avisaron que “de una araucaria salía humo”, sin comprender todo si se trataba de un principio de incendio se acercaron al lugar. Pero con lo que se encontraron fue justamente lo que se les había descripto.
“Era en un predio privado, en Villa La Angostura. Familiares de los dueños estaban haciendo una recorrida y vieron el humo, no podían entender bien lo que estaba pasando así que empezaron a escarbar. Ahí empezaron a caer brasas encendidas y vieron que estaba prendida por dentro”, relató Sandra a LMNeuquén.
Ante esta situación comenzaron a intentar apagar de afuera hacia adentro, pero era un trabajo sumamente arduo porque la parte que se encontraba encendida era el interior. “Una vez que se enfrió un poco por fuera, con la motosierra abrimos una pequeña ventana, mis compañeros me miraron y me preguntaron si me animaba a entrar porque soy la más chiquita. Yo no lo dudé y entré enseguida”, contó.
Fue así como con su 1.59 metro ingresó al interior de la araucaria y comenzó los trabajos de enfriamiento desde el interior. “Mis compañeros me asistieron en todo momento. Ante cualquier eventualidad que pudiera pasar ellos estaban ahí sosteniéndome”, aseveró.
Este último esfuerzo los llevó a poder dejar la araucaria a salvo. “Fue bastante duro. Trabajamos desde las 13, hasta las 19 más o menos. Toda la tarde estuvimos abocados a apagar el incendio y salvar ese ejemplar milenario”, indicó Sandra.
Aunque no tiene certezas de qué fue lo que originó el fuego, los indicios hacen que cobre fuerza la teoría de que prendieron un fogón en ese sitio, espacio no autorizado, y aunque lo apagaron no lo hicieron correctamente. “La gente no tiene idea de lo rápido que agarra fuego la raíz de una araucaria y aunque no se vea el fuego la está consumiendo por dentro”, explicó la bombera.
De este modo, lograron salvar la araucaria milenaria y al mismo tiempo evitar que el fuego se propagara.
Una vocación por ayudar a los demás
A sus jóvenes 30 años, Sandra lleva casi una década siendo Bombera Voluntaria. “Acá es un pueblo chico. Yo veía a mis vecinos que salían a hacer rescates y siempre sentí que tenía que ayudar. Creo que en realidad mi vocación siempre fue ayudar a los demás”, observó.
Sin embargo, terminó de decidirse cuando fue testigo de un accidente y como los bomberos de la localidad ayudaban a las personas atrapadas- “En ese momento pensé: ‘Esto es lo mío’. Y me inscribí para comenzar el curso”, rememoró.
Fue así como, decidió dedicarse enteramente a su vocación para ayudar a la comunidad, algo que le inculca a sus dos pequeños hijos. “Tengo dos nenes. Mi marido también es bombero. Ambos estamos comprometidos con ayudar a la gente y es algo que intentamos transmitir”, aseveró.
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