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La Mañana Mundial

La increíble cábala de la madre de un campeón del mundo: "El cumple más feliz de mi vida"

Sarita, la mamá del Huevo Acuña, no quiso mufarla y tomó una decisión con una fecha importante de su vida. Los deseos se cumplieron. Los detalles.

Si el Huevo es campeón del mundo, su madre también. Es que, si bien todo el mérito lo tiene el jugador zapalino de la Scaloneta, Sara del Prado fue clave en su vida. Hizo las mil y una para que a Marcos no le falte nada de chico y a pulmón y criando a cuatro hijos a la vez logró que el más chiquito de todos se destacara en el fútbol y llegara a levantar ahora la Copa del Mundo.

Pues bien, la anécdota que por ahí no se sabe es que Sarita cumplió años el sábado, justo un día antes a la dura e histórica final ante Francia. Y más allá de que su entorno íntimo (Jéssica, Walter, Fabiana, Brisa y el resto de los familiares) le cantaron el feliz cumple ese día, no quiso saber nada con festejar un día antes de la dramática definición.

En un país donde las cábalas se respetan tanto, no hubiera estado mal tampoco celebrar en la fecha exacta aunque “de los nervios no la hubiéramos pasado lindo”, comenta Sarita, que tanto el viernes como el domingo abrió las puertas de su casa de par en par a LM Neuquén para palpitar el broche de oro de Qatar 2022.

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Entonces, todo quedó para el domingo con el riesgo de que un resultado adverso podía malograr la fiesta y frustrar los planes. Valiente y corajuda como cuando apuntalaba el sueño del Huevito, ella asumió ese desafío.

Y todo salió perfecto. Vio por la tele, desde la casa de toda la vida, a Marcos en lo más alto a lo que se puede aspirar y luego sí, llegó otro momento “Deseado”.

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Apagó las 56 velitas con una torta especial con la imagen del 8 de la selección vestido de celeste y blanco. Tuvo un cotillón mundialista la celebración íntima. No faltó la Copa del Mundo ni los posters del crack que vivió allí hasta adolescente. Todo bien regado con el espumante de moda.

Lo cierto es que para Sarita “fue el cumpleaños más feliz de mi vida, no puedo creerlo, la gente no para de llamar”. Demás está decir que se le cumplieron los deseos que pidió al soplar...

Dicen que el 56 en la jerga quinielera es la caída. Menos mal que Sarita no se dejó llevar por las supersticiones y creyó, como siempre lo hizo, en su hijo y en la Scaloneta. Ella es campeona de la vida y se merece el momento increíble que está pasando. Ella siempre estuvo, siempre “cumplió”. ¡Felicidades genia!

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