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Los vecinos rescataron un club que desaparecía

Cafim fue condenado por el paso de las topadoras para nuevas obras.

Por Alejandro Olivera - [email protected]

Una orden de desalojo, maquinaria vial y las paredes del predio deportivo completamente destruidas. Con ese panorama se encontraron los directivos del Centro de Actividad Física Integral Municipal (Cafim) a finales de 2015, producto de la ampliación del corredor Doctor Ramón-Leloir que realizó el Municipio. A cuatro años de que el “progreso” lo pusiera al borde de la desaparición, el club resurgió de sus cenizas y busca recuperar el rol social que tuvo tiempo atrás.

Fabián Dastugue, responsable de la institución, recordó con tristeza aquellos días. “Un día llegamos y había máquinas haciendo las perforaciones para encontrar la roca madre”, contó. Agregó que, a pesar de haber hecho varias manifestaciones y de recurrir al Concejo Deliberante, no pudieron detener las obras y la Municipalidad tiró abajo el complejo. “Fue muy doloroso encontrarse con eso”, sentenció.

Por entonces, funcionarios municipales y concejales de la oposición presentaron proyectos de ordenanza y hablaron públicamente de alternativas que, a priori, permitirían que Cafim pudiera continuar con sus actividades. Sin embargo, no hubo nada concreto y el club quedó al borde de la desaparición. Dastugue sostuvo que, cuando todo parecía perdido, surgió una nueva oportunidad. Es que el presidente de la comisión vecinal de Terrazas del Neuquén, Daniel Escontrela, movilizado por la situación, les propuso que retomaran la práctica deportiva en el barrio. “Fue un momento clave porque el club estaba a punto de disolverse y nos ayudó a tramitar el traslado”, puntualizó. Con dificultades, pero también con el apoyo de todo un vecindario, pudieron volver a dictar clases de fútbol, básquet, vóley y educación física integral en las instalaciones del CPEM 25 y la cancha de 14 de Octubre.

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“Creo que le brindamos un buen servicio a la comunidad, aunque estamos de prestado. Trabajamos codo a codo con la vecinal y lo que parecía que iba a ser el final terminó siendo un nuevo comienzo para nosotros”, contó.

Si bien se encuentran en un gran presente deportivo, en el que se destacan los equipos de fútbol que llegaron a instancias decisivas en los clasificatorios para los Juegos Nacionales Evita, ahora apuntan a recobrar el rol social que tenían, cuando recibían a niños y adolescentes de toda la ciudad. “Venían hasta chicos de Gran Neuquén. Como quedaba en Avenida Argentina y Leloir, teníamos chicos de todos lados. Se tomaban un colectivo y venían a jugar”, afirmó.

En la actualidad, unos 600 chicos del centro, Mercantiles, Alta Barda, 14 de Octubre, Rincón de Emilio, Patagonia, entre otros barrios, practican distintas disciplinas. Las autoridades del club no se conforman y sueñan con expandirse para llegar a más niños, especialmente de los sectores más vulnerables. Además, quieren recuperar la colonia de vacaciones para chicos con discapacidades, que perdieron con la demolición del complejo deportivo.

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