Murió Oscar Rodríguez, referente peronista cipoleño
Su deceso enluta a la militancia del Partido Justicialista y de fuerzas aliadas, lo mismo que a rivales que lo conocieron y respetaron en las diferencias. Sus restos eran velados este martes.
Murió este martes el reconocido dirigente peronista Oscar Rodríguez, tras permanecer internado casi un mes debido a un infarto cardíaco que le provocó daños neurológicos irreversibles, con pérdida de la conciencia, todo agravado en los últimos días por un cuadro infeccioso que apuró el desenlace. La luchó, como siempre hizo en su vida, hasta último momento, pero no pudo recuperarse.
Respetado y querido en el mundo de la política por la pasión que le imprimía a la militancia, Rodríguez nació un 23 de noviembre de 1946, por lo que tenía 76 años en el instante de su partida. Aunque oriundo de Bahía Blanca, de muy pequeño se crio en Cipolletti, cuidad a la que unió su destino para siempre.
El martes 3 de enero, se encontraba con compañeros de la militancia peronista de diversos espacios en la tarea de definir las listas de congresales provinciales para el Congreso del Partido Justicialista de Río Negro. En medio de la reunión, se sintió mal, se desvaneció y tuvieron que efectuarle una reanimación cardiopulmonar (RCP) para que reaccionara. El corazón le volvió a latir, pero el infartó había paralizado el flujo de sangre al cerebro por demasiado tiempo.
La atención médica posterior reveló la gravedad del cuadro y solo quedó esperar el milagro de que volviera en sí y tenerlo de regreso, una vez más, entre quienes lo querían y que ayer inundaron las redes sociales con mensajes de pesar al enterarse de su deceso. Oscar, "el Loco", como le decían de joven por su intenso amor por la vida y por su carácter apasionado y alegre, dejó de existir en la mañana de este martes. El día anterior, el padre Gustavo Varela le había brindado el sagrado sacramento de la extremaunción. El desenlace estaba cerca.
Graduado de arquitecto en la Universidad de Córdoba, Rodríguez se dedicó a lo largo de su vida laboral a la tarea de la docencia, de la que se jubiló cuando era director del colegio secundario nocturno Nº102, que comparte el edificio con la escuela primaria Nº131, en el barrio Filipuzzi.
Además del trabajo docente, su gran pasión fue la militancia política en el peronismo. En la década de los '90 fue concejal y, por un corto tiempo, hasta presidió el cuerpo legislativo cipoleño. Antes del golpe de Estado de 1976 fue secretario de Obras Públicas del Municipio de Catriel y en 1988 revistó como secretario legislativo de la convención constituyente que sancionó la nueva Constitución Provincial.
Además de ex integrante del Deliberante cipoleño, otro cargo público que ocupó fue el de interventor del Pami, puesto que dejó en disconformidad con las políticas y gestiones que se desarrollaban en el organismo. En el partido, fue congresal y titular de unidad básica. Ferviente kirchnerista, defendió en todo momento la obra y el legado de los expresidentes Néstor Kirchner y Cristina Fernández de Kirchner. Durante la ex gestión presidencial de Mauricio Macri, realizó, junto con su agrupación Cipolletti en Defensa del Proyecto Nacional y Popular (CPNP), numerosos actos de oposición al gobierno de Cambiemos e, incluso, abrió un local partidario en Teniente Ibáñez casi La Esmeralda.
Solidario y comprometido con la causa de la lucha contra la injusticia social, nunca quiso dejar de militar. Cuando cumplió 70 años, tuvo la primera advertencia seria de sus problemas cardíacos y tuvieron que efectuarle una cirugía para un doble by-pass. Logró recuperarse y los médicos le prohibieron las actividades muy estresantes y que tensarán su sistema nervioso.
Hizo caso por poco tiempo y pronto volvió al ruedo político, con sus exigencias, sus discusiones, sus responsabilidades y sus reclamos de pasión y sentimiento. Así, al final, su destinó lo encontró en una reunión con otros dirigentes y militantes y, esta vez, por desgracia, no tuvo posibilidad de salir adelante.
Lo despiden sus dos hijos, Marcos Rodríguez Galera y Juan Cruz Rodríguez Berjolis, frutos de los matrimonios que compartió con Susana Galera y Cecilia Berjolis, respectivamente, y lo despiden también otros familiares, muchos amigos y una gran cantidad de militantes peronistas y del llamado campo nacional y popular que lo conocieron y lo tuvieron en alta estima. Sus restos mortales eran velados en la casa Ocaso y se preveía, así lo señalaron sus íntimos, la posterior cremación del cuerpo.
"Murió en su ley, militando en la política", dijo ayer su hijo Marcos, el mayor de sus dos descendientes, quien destacó la honestidad como el rasgo fundamental de la labor de su padre. Y así lo dijo todo, al referirse al auténtico militante que fue el peronista Oscar Rodríguez.
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