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Día del meteorólogo: dónde estará la nueva Estación y qué es de la vida de Merlino

El "señor del clima" repasa con nostalgia su trayectoria, brinda detalles de la nueva estación y habla de su presente.

Ahora tiene más tiempo libre, pero igualmente "extraña". Suele pasar que tanto se desea la jubilación y una vez que llega cuesta soltar o acostumbrarse a la nueva vida.

No obstante, inquieto como siempre, Rodolfo Merlino, el "señor del clima" se las ingenia para mantenerse activo y brindarle a diario la información a los medios "porque nadie hace esa tarea".

"Estoy jubilado, disfruto la familia, cosas que antes quizá no podía hacer pero a la vez mantengo ese contacto con la prensa y, de algún modo, sigo vinculado humildemente a mi actividad", sostiene con la humildad que lo caracteriza.

En diálogo con LMCipolletti, lamenta que "la Estación Meterológica haya quedado acéfala". Pero al mal tiempo, buena cara... Es que el hombre confía en que con la futura mudanza la situación mejore.

"En meteorología solo está funcionando geomagnetismo, ya están en tratativas con la municipalidad para una nueva locación en la Isla Jordán al lado del vivero municipal y allí estaría funcionando la nueva estación metereológica donde se va a poner una estación automática con una persona para que haga mantenimiento y seguimiento", anticipa esta eminencia.

"El instrumental está todo guardado bajo techo en la oficina, nadie lo sabe usar, solo quedó afuera lo que puede quedar a la interperie sin deteriorarse", amplía.

Aún sorprendido por las recientes heladas, recuerda que "desde los '70 no sucedía algo así" y reitera lo que anticipó semanas atrás a este medio: "Pese a todo, podría darse un invierno un poco más benévolo que la media".

La historia de Merlino

Nació en San Luis y primeramente quiso ser geólogo, pero fue perseguido durante el gobierno de facto por integrar el “centro de estudiantes” de su Facultad y decidió abandonar la carrera. Como la materia de Climatología le había despertado la curiosidad, hacia allí entonces orientó sus estudios pasada aquella etapa tormentosa y luego de refugiarse en su pueblo puntano del que su abuelo era el intendente.

Entonces, estudió en Ezeiza, Buenos Aires y de allí levantaría vuelo… Su primera gran oportunidad laboral se presentó en Viedma, donde vivió tres años y medio. En pleno crecimiento profesional se mudó a Paso de Indios en Chubut para prestar servicios más de siete años. En marzo de 1996 recaló por estos lares y ya se quedó no solo hasta el último día de su extensa trayectoria, sino que “el resto de mi vida estaré en Cipolletti”.

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Llegó la hora del merecido descanso tras brindarse por completo a un oficio en el que “no hay feriados ni fines de semana, el tiempo está siempre afuera como decía un jefe mío así que hay que ir a buscarlo todos los días”, explica con nostalgia quien realizó sentidas publicaciones en redes sociales en las últimas horas para anunciar el adiós...

Incluso, por ese régimen particular y tan demandante, pudo haber pasado a retiro hace 5 años (a los 63) pero optó por seguir pues “no tenía reemplazos”, asegura en una muestra de su compromiso hacia la entidad.

Se fue, pero no tanto. Siempre hay una excusa para volver a su lugar en el mundo, allí en la histórica base de Yrigoyen y Kennedy. Merlino es justamente como el sol: aunque no lo veamos siempre está...

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