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Otros horizontes: la exploración de hidrocarburos en la Argentina

Las campañas de exploración y la investigación geológica están encontrando y redescubriendo a todas las cuencas productoras. La transformación que provocó tecnología como la sísmica 3D y la motivación de Vaca Muerta.

Uno de los objetivos del régimen de inversiones petroleras del que se habla en el ámbito político e industrial es fomentar una mayor producción de hidrocarburos en todas las cuencas activas. Las campañas de exploración y los descubrimientos serán claves para transformar el perfil productivo de cada región, tal como ocurrió en la Cuenca Neuquina con la roca Vaca Muerta.

El Instituto Argentino del Petróleo y el Gas (IAPG) organizó una serie de sesiones técnicas para que las compañías cuenten en qué consisten sus últimos descubrimientos y las posibilidades que revelan sobre estos reservorios los datos geológicos. Estas conferencias, bajo la modalidad de webinar, aportaron información respecto de lo que se está haciendo en las distintas cuencas.

Otras formaciones geológicas importantes están en la Cuenca del Golfo San Jorge. De hecho, la formación Comodoro Rivadavia es la que aporta buena parte del petróleo de los yacimientos explotados. De acuerdo con los datos de Regional Investment Consulting (RICSA), de Vaca Muerta surge el 28,9% del petróleo que se produce en la Argentina y de la roca Comodoro Rivadavia, el 17%.

En este contexto, en la cuenca compartida por Chubut y Santa Cruz destacan los hallazgos en la formación Pozo D-129, una roca madre considerada como una “mini Vaca Muerta” en el sur de Chubut. Allí, YPF concretó un pozo horizontal en El Trébol para llegar a esa roca y obtuvo shale oil, pero con el tiempo los resultados dejaron de ser atractivos aunque la compañía mantiene el proyecto para seguir investigando a Pozo D-129.

Pan American Energy (PAE) tiene la operación de Cerro Dragón, el gran yacimiento de petróleo convencional del país. Un informe presentado por la compañía en los webinars del IAPG indica que los reservorios de Pozo D-129 están a una profundidad de entre 2700 y 3100 metros. Desde el techo de la formación, PAE consiguió más gas y así elevó sus reservas gasíferas y tuvo un impacto significativo en la producción de gas.

Además de Pozo D-129, también hay oportunidades de tight gas en la formación Mina del Carmen, en el subsuelo chubutense. Con la información geológica expuesta en las jornadas del IAPG, el Golfo San Jorge ya puede considerarse productor de gas y no solamente de petróleo, como siempre se lo etiquetó.

¿Qué está pasando en la Cuenca Cuyana? Mesa Verde es un bloque de YPF que produce petróleo desde la formación Río Blanco. Ya tiene 30 pozos perforados en sus 260 kilómetros cuadrados. Gracias a la sísmica 3D, una de las tecnologías que produjo una considerable mejora en la exploración de hidrocarburos, pudo mapearse la trampa estratigráfica en esta área.

La Cuenca Noroeste es una de las más sufridas del país. Viene decayendo fuerte su producción de petróleo y de gas, a pesar de tener un enorme potencial dado que geológicamente sigue una línea directa con las cuencas de Bolivia e incluso de Perú. En el ciclo de conferencias del IAPG, la empresa High Luck contó que exploraron subcuencas como Lomas de Olmedo, cuya producción llega de las roca Yacoraite y Palmar Largo. Las reservas descubiertas fueron de 23 millones de metros cúbicos de petróleo. High Luck entiende que los descubrimientos abren nuevas perspectivas exploratorias en el norte del país.

El rol de los expertos en geología es importante para seguir descubriendo y redescubriendo las diferentes cuencas. Así está ocurriendo en la Cuenca Austral: en el sur de Santa Cruz, CGC comenzó a realizar pozos no convencionales para explotar el tight gas, y para este año quieren indagar en el shale de la roca Palermo Aike.

Aquellos recursos marginales

El IAPG realizó en el año 2007 un informe sobre las cuencas onshore no productivas. Buena parte de las investigaciones son antiguas, y que si tuvieran una revisión con la nueva tecnología podría haber sorpresas. “No hubo, por décadas, una difusión y conductas proactivas por parte de las autoridades energéticas, salvo algunas pocas excepciones”, explica ese documento del IAPG.

Gran parte de los pozos fueron realizados por la YPF estatal en las décadas del 60, 70 y 80. Incluso hubo tareas de exploración de hidrocarburos en la meseta chubutense y hasta en la Península Valdés.

Un caso bastante particular es Ñirihuau, una pequeña área-cuenca que es compartida entre el noroeste chubutense con Río Negro, cerca de la comarca andina. Hubo pozos e intentos de licitación, sin éxito.

La exploración, los hallazgos y los redescubrimientos son gracias a las nuevas tecnologías como la sísmica 3D, pero por sobre todas las cosas a la tenacidad de los geocientistas.

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> Offshore, la otra frontera petrolera

En el gobierno de Mauricio Macri, la ronda de licitación de bloques para exploración en el mar fue exitosa y convocó a muchas empresas extranjeras. El gobierno de Alberto Fernández también piensa en lanzar una ronda licitatoria para seguir ampliando la frontera petrolera.

En la historia, la mayor actividad de exploración y producción de crudo del subsuelo marítimo se concentro en la Cuenca Austral. Otra region que tuvo un esfuerzo exploratorio es la Cuenca del Golfo San Jorge, donde se perforaron treinta pozos, algunos de los cuales durante 2008/2009, con resultados negativos. Otras zonas en el mar que están subexploradas son las cuencas de Salado, Colorado, Rawson, San Julián y Malvinas.

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> Una historia previa: las exploraciones antes del hallazgo de 1907

Entre 1865 y 1907 hubo iniciativas en distintas provincias para dar con yacimientos de petróleo.

Mucho antes de la histórica fecha del 13 de diciembre de 1907, hubo hallazgos de hidrocarburos en Mendoza, Salta y Jujuy. En 1787, un fraile franciscano dejó constancia de “un manantial de brea” en la provincia de Salta. También en Mendoza se utilizaba para asfalto, pero los yacimientos no eran comercialmente viables.

Entre 1865 y 1907 hubo emprendimientos privados para la exploración y explotación de petróleo, la mayor parte en zonas de Mendoza, Salta y Jujuy y, marginalmente, en Neuquén.

Pennsylvania Rock Oil Company se constituyó en 1854 y comenzó la búsqueda del “oro negro” en Estados Unidos. En la Argentina, la Compañía de Kerosene de Jujuy se formó en 1865. Así empezaba la carrera por la exploración de petróleo en el país y no fue hasta 1906 cuando se creó la Compañía Anglo Argentina de Petróleo.

En toda esa “prehistoria” petrolera argentina, hasta 1907 unas 14 empresas privadas habían solicitado 66 pertenencias mineras en Mendoza, Salta, Jujuy y Neuquén, con un total de 57 pozos perforados.

Todos aquellos emprendimientos fueron los primeros pasos de la industria hidrocarburífera, que luego tendría

un momento bisagra aquel 13 de diciembre de 1907 cuando un equipo del gobierno nacional encontró petróleo en el pozo explorador en Comodoro Rivadavia.

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