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Preocupación ante los casos de niños golpeados o abusados en sus hogares

Cada vez son más las intervenciones del personal de jardines de infantes por chicos maltratados en sus viviendas. Cada institución busca diferentes formas para afrontar la problemática.

En un solo jardín de la ciudad, los directivos realizaron 30 denuncias en 2010 en la Defensoría del Niño y el Adolescente.
 
Neuquén >
Asumir el compromiso social y no desviar la mirada hacia el costado parece ser el motivo que impulsa a docentes y directivos de instituciones educativas estatales a denunciar cuando reciben niños golpeados o abusados. Sólo en el Jardín 17 del Parque Industrial el equipo directivo denunció frente a la Defensoría del Niño y del Adolescente unos 30 casos de niños golpeados que se registraron en lo que va del año.
“Este año desde que empezó el ciclo lectivo hasta fines de septiembre ya van como 30 denuncias que realizamos ante la Defensoría del Niño y que son avaladas por los informes desde el Centro de Salud del barrio”, afirmó la directora del Jardín 17 “Antú Lihué” del Parque Industrial, Mariel Chidichimo.
La directora admitió que este año vieron mucho maltrato tanto en sus alumnos como en las mamás.
“Están aquellas que vienen muy sumisas, cabizbajas, tapándose el rostro con anteojos. O también están las que son violentadas en sus casas y cuando vienen a nosotras nos agraden. Trasladan toda esa bronca que no pueden descargar en su hogar”, indicó.
Y por esa razón es que abordaron desde cada una de las salitas sobre el derecho de los niños porque alegan que este año se han visto muy vulnerados.
Por su parte, en el Jardín de Infantes 21 de calle Catriel al 1.100 del barrio Islas Malvinas el panorama es similar.
“Como institución educativa no escapamos a la problemática de toda la sociedad y estamos siendo la caja de resonancia de lo que pasa afuera. La sociedad está violenta. Estos problemas existen y los vivimos a diario. Obviamente el jardín tiene algunos casos que tienen que ver con la violencia, con el abuso, con situaciones de riesgo para los nenes”, sostuvo la directora Bettina Cippitelli.
Cada jardín encontró una forma distinta de encarar el problema que reciben a diario.
En el de Parque Industrial optaron por elaborar un protocolo de procedimiento propio que se ajuste a las necesidades de los menores en base a la propia experiencia y al conocimiento compartido con los profesionales del centro de salud cercano.
“Desde el CPE hay muchos cursos pero cuando me llaman a declarar estoy sola frente al papá agresivo que después lo veo en el jardín. No llaman al CPE”, dijo Chidichimo.
En el de Islas Malvinas además del centro de salud se apoyan en las herramientas que les proveyó el CPE a través de su equipo interdisciplinario.
“Cuando indagamos con las mamás acerca del comportamiento agresivo de su hijo a esta altura ya nos damos cuenta cuándo nos mienten. A veces los nenes vienen directamente y te dicen: seño, yo te quiero contar tal cosa, mi mamá me pegó con un palo en la cabeza porque dijo que yo había tirado el jugo. Lo mirás y tiene un tajo”, dijo Chidichimo.
Realizan un registro de la situación e intervienen los profesionales de la salita, quienes a su vez conocen el historial familiar porque usualmente son sus pacientes, todos provenientes del Parque Industrial, de Nueva España y de la Meseta. Posteriormente elevan un informe a la Defensoría del Niño y la sala otro avalando el procedimiento.
“No significa que desde Defensoría llegue la solución rápida porque ahí es donde hacemos agua. Nosotros nos quedamos con el problema todos los días porque recibimos a ese nene que viene golpeado y llorando. También ellos llegan a un punto y quedan desbordados. Y desde la Justicia lo ven a largo plazo. Acá se denuncia porque nuestro compromiso está con la sociedad”, aseguró la directora del Parque Industrial.
 
La mirada docente
Cippitelli coincidió: “Somos docentes y tenemos un compromiso social, no podemos mirar al costado cuando hay un chico que está siendo vulnerado en sus derechos. Sabemos que la intervención hay que hacerla, de eso no tenemos dudas”.
La directora del Jardín 21 explicó que el relato testimonial de un niño es incuestionable y la mirada del docente se ha ido agudizando. “Si el nene cuenta que fue golpeado no lo hablamos con los papás porque es volver a victimizarlo, hacemos otra intervención que puede ser el 102, la Defensoría o al centro de salud”, añadió.

Trabajo conjunto entre organismos

Neuquén > “Cada vez hay más casos de niños golpeados y abusados. Va en aumento ya sea porque se denuncia desde las instituciones educativas o de la misma sala”, apuntó el jefe del Centro de Salud Nueva Esperanza, Fernando Guilbert. Desde este organismo trabajan en forma conjunta con las autoridades del Jardín 21 desde hace 15 años, donde brindan semanalmente charlas informativas a los padres. Señaló que conformaron una red interinstitucional para la apertura de un Centro de Salud Integral en un espacio propio destinado a fortalecer cuestiones de salud, desarrollo social, judicial y cultural.

Situaciones que van en aumento

Neuquén > La médica y jefa del Centro de Salud del Parque Industrial, Nancy Soto, señaló que, si bien no cuentan con datos estadísticos precisos, los casos de niños golpeados atendidos van en aumento.
“Detectamos golpes en niños aún no escolarizados. La situación más frustrante que tenemos es que las respuestas de la Justicia no se corresponde con los tiempos que necesitan los niños”, se lamentó la profesional.
El equipo médico trabaja con la misma población que la de las instituciones escolares de donde son derivados e inclusive tienen conocimiento más acabado del resto de la familia. “A veces tenemos enfrentamientos con los familiares cuando asentamos denuncias judiciales. Algunos optan por no traer más a su hijo a atenderse. Por eso se aborda en forma conjunta en red con otras instituciones para estar fortalecidos y unidos”, dijo la médica y agregó: “Es una situación incómoda que empeora cuando no hay una rápida solución pero sabemos cuál es nuestra misión y no hay que desviar la vista ni hacer oídos sordos”.
Comentó que es de un gran apoyo la presencia cada 15 días de personal de la Defensoría del Niño y del Adolescente en el barrio porque permite agilizar los trámites.

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