Restaurante: una década de Mostrador Santa Teresita
El tradicional restaurante uruguayo que se expandió por varios países cumplió diez años. Entrevista a dos pilares fundamentales de su día a día.
Mostrador Santa Teresita es un sueño. Un proyecto de temporada llevado a cabo por amigos y socios que comenzaron a escribir el inicio de una relación importante con la gastronomía internacional.
“La revolución de lo simple”, se dijeron hace una década atrás Fernando Trocca, Martín Pittaluga, Gustavo Barbero y Guzmán Artagaveytia, cuando fundaron y crearon este hermoso y pequeño restaurante en José Ignacio, un pueblito costero a 30 kilómetros de Punta del Este, Uruguay.
El formato innovador, el culto a la sencillez, la frescura del concepto, las recetas, los productos, el servicio y sobre todo la materialización de la idea gastronómica en algo que perdura en el tiempo es realmente la clave del éxito.
En esa génesis y como altísimos responsables de tener el barco a flote se encuentran dos jugadores claves que lo dan todo desde hace años para mantener al genio de la lámpara comiendo, riendo y bebiendo, mientras los deseos se siguen tallando.
Stefano Mastracchio, jefe de cocina de este barco fantástico desde hace 7 años, y Bambou Pittaluga, socio gerente de mostrador, (un todo terreno que se formó dentro del mundo gastronómico de la mano de su padre Martín, personaje clave en la gastro rioplatense) quien viene respirando la historia desde su inicio.
Tal es el éxito de Mostrador que logró expandirse fronteras afuera de Uruguay.
Para conocer un poco más este magnífico y exitoso proyecto, conversamos con Stefano y Bambou cruzando mensajes entre el Alto valle rionegrino y la costa uruguaya de José Ignacio.
- ¿Cómo nace la relación con la gastronomía?
Stefano: “Yo creo que de chico cuando mis padres en el '94, a mis 6 años de edad, abrieron un restaurante en la playa brava de José Ignacio, que se llamaba Hook. Fue allí donde pasaba mis veranos. De temprana edad ayudaba con tareas fáciles, y generaba mucho vínculo con el personal del restaurante y ahí comienza mi curiosidad por la cocina”.
Bambou: “Mi relación empieza de muy joven, siempre que venían amigos a casa, mi viejo me pedía que los atienda, que les sirva el vino, siempre que venía mi abuela me hacía ir a buscar el hielo para el whisky y así fui aprendiendo una manera de agasajar a los huéspedes siendo buenos anfitriones. Mi viejo siempre guiándome. Así fue como comenzó mi relación con el servir y atender a clientes y estar en contacto con las personas a través del vino y la comida.
- ¿Qué significa Santa Teresita y cómo se viven estos diez años desde adentro?
Stefano: “ Yo solía comer en Santa Teresita con mis padres cuando tenía 5 años antes de que fuera Mostrador, desde ahí nace un cariño particular por la ubicación del restaurante. Hace 6 años que trabajo en el Mostrador junto a Trocca y desde que empecé al día de hoy sigo sintiendo el mismo compromiso y las mismas ganas de seguir creciendo. Los 10 años marcan un crecimiento y desarrollo exponencial de la empresa, que gracias a los profesionales que pasaron y junto al equipo que tenemos hoy en día podemos abarcar y cumplir objetivos.
Bambou: ” Santa Teresita significa mucho para mi. Trabajo hace diez años en el restaurante. Empecé a los 21, ahora tengo 31. Empecé de camarero, trabajé de bartender, hice un poco de todo, ahí fue mi crecimiento. Santa Teresita es como una segunda casa para mí. Me llevo muy bien con mis compañeros de trabajo y con los socios del restaurante, nos sentamos todos los días a tomar un café, a probar algo, trabajamos un montón y la pasamos muy bien. Nos ayudamos mutuamente de forma constante y eso es lo que más valoro desde adentro.
- ¿Qué le aportan ustedes a la gastronomía en la que trabajan?
Stefano: "Creo que aporto desde la creatividad con ideas, tomando inspiración en cocinas internacionales utilizando los productos locales, infusionándolos con técnicas de la gastronomía local".
Bambou: “Tuve una mirada más fresca, siempre traté de incorporar cosas nuevas, de hacer cambios, cambios que tienen que ver con la cuestión ambiental, de dejar de utilizar plásticos, de tener mejores productos, de dar el paso al café de especialidad, de buscar vinos que sean de menor intervención más naturales, orgánicos, creo que siempre mi visión fue enfocada a ese lado, re utilización de residuos y reciclaje".
- ¿Cómo ven el crecimiento de todos estos años de Mostrador Santa Teresita por fuera de Uruguay?
Stefano: “El crecimiento de Mostrador brinda la posibilidad de poder ampliar el trabajo que hacemos, manteniendo un equipo más estable y da la oportunidad de desarrollar productos, ideas y funcionamiento. Es una gran oportunidad para establecer un concepto de Mostrador”.
Bambou: “Muy contento. El primer proyecto que hicimos afuera fue en Los Hamptons, costa de Nueva York, empezamos hace 4 0 5 años, ya hicimos tres temporadas, una temporada no fuimos por la pandemia y esta va a ser la cuarta. Empezó muy chiquito, muy de a poco. Fuimos solamente cuatro de acá, con Stefano hicimos prácticamente todo nosotros, comenzó muy chiquito, pero la verdad que nuestros clientes de allá lo valoraron mucho, cuando fuimos post pandemia nuestros clientes nos estaban esperando. Es increíble la cantidad de gente que vino a darnos sus palabras de agradecimiento. Creo que eso tiene que ver con la calidad de las personas. A Stefano y a mí nos gusta lo que hacemos , que somos los que estamos más al firme, digamos. Nos gusta estar ahí y la gente lo ve y lo valora. El producto que brindamos es diferente a todo lo que hay ahí en la vuelta. Ha crecido mucho el restaurante allá y la verdad con este proyecto estoy muy orgulloso y contento. El resto de los proyectos en otros lugares han crecido mucho. Mostrador Olivos es realmente impactante cuando entras, todo de madera, vidrio, la verdad que la primera vez que fui quedé sorprendido de lo lindo que es. Se le da de comer a mucha gente y es muy grande. Mantener el nivel a ese volumen es algo muy difícil. Este último año en Nueva York, abrimos un Mostrador en la ciudad, que es un desafío diferente, nosotros estamos acostumbrados a trabajar restaurantes de temporada. En Olivos es diferente porque está Fernando Trocca con todo su bagaje allá, muchos años de experiencia de trayectoria y es diferente. Allá en Nueva York fue completamente nuevo, abrir en una ciudad, ahora está el invierno, es duro, no es fácil, estamos todos los días creciendo, ha tenido una muy buena aceptación por los clientes, la comunidad rioplatense de Nueva York, muy contentos. En Londres hicimos un pop up hace poco y tuvo muy buena aceptación por los clientes.
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