¿Se cae Precios Justos? La advertencia si Camioneros no se va de las góndolas
El sector privado apunta a Sergio Massa por enviar a patotas sindicales para intimidarlos, al tiempo que se negocia la prórroga del acuerdo de precios.
Hay enojo de los empresarios argentinos por la actitud "patotera" del Sindicato de Camioneros, cuyos integrantes se presentaron en las góndolas de supermercados para controlar el programa del Gobierno Precios Justos. “Nos llamaron para pedirnos que pongamos el hombro. Lo pusimos aún cuando nos significa pérdida. Tiramos un centro y nos devuelven un adoquín. Confiamos en el Gobierno y la respuesta es desconfianza”, expresó un importante empresario argentino que firmó el programa.
La inserción de Pablo Moyano al programa de acuerdo de precios en calidad de “controlador” tensó la cuerda entre el Gobierno y el sector privado justo cuando el Ministerio de Economía busca convencer a los empresarios de prolongar el acuerdo hasta fin de año. Quien también se sumó a la movida de control es la organización social Barrios de Pie, que responde al dirigente Daniel Menéndez, quien además es funcionario del Ejecutivo nacional.
En este marco, Sergio Massa relativizó el asunto y dijo que el sindicato “no controla, sino que abastece el proceso de información”.
Pero el propio comunicado del Sindicato de Camioneros lo corrige y habla de control: “Es de suma importancia que los grandes centros de distribución cumplan con el abastecimiento y así garantizar que los productos se encuentren en las góndolas; a tal fin el Sindicato de Camioneros, luego de reunirse Pablo Moyano con el secretario de Comercio, comenzaron un trabajo en conjunto donde se realizan los controles en diferentes centros de distribución cómo es Coto, Carrefour y Disco, entre otros. El objetivo es garantizar la implementación del programa y así cuidar el poder adquisitivo de todas y todos los argentinos”.
En este contexto, este lunes el mismísimo Pablo Moyano, en una entrevista radial, expresó que “Massa y Tombolini nos pidieron una colaboración para controlar los centros de distribución”.
Por su parte, Barrios de Pie tuvo una reunión con Tombolini y se ofreció a trabajar como promotores de la app con la cual los propios consumidores pueden controlar precios. “Nosotros no vamos a ir a vigilar a nadie. Solo vamos a ayudar a difundir el uso de la aplicación”, lanzó.
Es cierto que Menéndez, comparado con Moyano, cultiva un perfil moderado en lo que hace a las relaciones con el establishment. “Con Menéndez se puede hablar. No es agresivo. Eso ya es un montón”, cuenta un empresario del rubro alimentos.
La molestia privada obedece a dos cuestiones centrales. La primera está atada a un debate ideológico. Moyano hijo es un habitual cuestionador del empresariado al que acusa de codicia y no-colaboración. La semana pasada cargó con agresividad contra el flamante Jefe de Asesores del Gobierno de la Nación -y ex CEO de Syngenta- Antonio Aracre, quien osó sugerir la necesidad de debatir un nuevo marco jurídico para el sistema de contratación laboral que permita la incorporación de los trabajadores al mercado formal. Moyano le dijo de todo: “Salí a la calle hermano, pelate el culo como se lo pelan los trabajadores camioneros dejando a su familia días y días para llevarse un mango más a su hogar”.
Los empresarios creen que el presidente Alberto Fernández debería “ponerle un freno” a Moyano. Pero no confían en que vaya a hacerlo: “No tuvo coraje para bancar públicamente a Aracre; lo llamó a integrar el Gobierno y a los dos días lo dejó solo. No llama la atención que ahora con su silencio avale esta locura de controlarnos a los empresarios”.
De hecho, Moyano subió la apuesta apenas comenzada la semana y le pegó al empresariado: “Los empresarios encanutan la mercadería y después remarcan los precios”.
La segunda cuestión obedece al orden de la técnica y de la confianza. Para los empresarios, el propio programa provee un mecanismo de control ciudadana. Se refieren a la aplicación (disponible tanto en IOS como en Android) con la cual la gente, con el celular, puede controlar el cumplimiento del acuerdo de precios.
Mientras el conflicto entre empresarios y Camioneros se acrecienta, el Gobierno tiene la dura tarea de buscar extender el programa, que finaliza en febrero, hasta fin de 2023.
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