El clima en Neuquén

icon
20° Temp
37% Hum
La Mañana parto

Tres cesáreas y un parto en el hogar, una experiencia en primera persona

Sabina Costa contó cómo vivió el parto de su hija en la intimidad de su casa y qué la llevó a tomar la decisión de no hacerlo en un centro de salud.

La historia de la llegada de la pequeña Eva al mundo bien podría convertirse en un guión para proyectar en la pantalla grande. Una mamá que, tras padecer tres cesáreas, se comprometió a recibir a su cuarta hija con un parto vaginal y que, al no ser acompañada en diferentes centros de salud, decidió dar a luz en la intimidad de su hogar.

Con fecha de parto para el 21 de diciembre del 2022, palpitó los infartantes partidos de la selección Argentina en el Mundial de Qatar y su consagración como campeona del mundo, durante el último tramo del embarazo. Por si fuera poco, celebró una Navidad con expectativas y contracciones, una mudanza a contrarreloj entre fiestas y un cambio de planes para los festejos por Año Nuevo que dieron lugar a una bienvenida por partida doble.

La historia de Eva y su familia es, a su vez, una invitación a problematizar, debatir y reflexionar sobre las posibilidades que habilita la ley nacional 25.929 de Derechos de padres e hijos durante el trabajo de parto -conocida también como ley de parto humanizado- y los escollos que aún persisten en el cumplimiento, tras su sanción en agosto de 2004 y reglamentación en el 2015.

SFP Parto respetado Plottier (3).JPG
Sabina y la pequeña en su hogar.

Sabina y la pequeña en su hogar.

"Eva es la primera de mis cuatro hijos que nace en casa. Los otros tres embarazos fueron embarazos súper sanos, pero terminaron todos en cesáreas innecesarias, que no fueron ni deseadas ni planificadas. Situaciones muy traumáticas y dolorosas desde la recuperación quirúrgica y la sensación que queda, por lo que se vive en un contexto donde no hay respeto ni nada de lo que sí tuvimos con Eva", dijo Sabina Costa, haciendo una comparación entre la llegada de Morena, Tomás y Camilo con la de la bebé de cinco meses que coronó la despedida del 2022.

"Con Morena tuve una partera súper recomendada, pero yo no tuve buena experiencia ya que todo lo que yo quería, ella me lo corregía o me retaba. Yo quería ir al baño y me volvían a la cama constantemente", recordó, al tiempo que se le vino a la mente la imposibilidad de tener de inmediato a sus hijos en su pecho o la presencia de sus respectivos padres en el nacimiento.

Sabina Costa 01 final.mp4

"De todas esas cesáreas quedó una marca que duele y que no quería volver a tener con Eva. Pasar por lo mismo no era una opción para nosotros", agregó la neuquina de 33 años, haciendo alusión a su pareja - Jeremías-, antes de repasar el periplo que los llevó a jugársela por una alternativa poco habitual: el parto domiciliario.

SFP Parto respetado Plottier (12).JPG
Sabina y Eva despidiendo a Camilo y Tomás antes de que partan a la escuela y de entregarse a una charla con LMN.

Sabina y Eva despidiendo a Camilo y Tomás antes de que partan a la escuela y de entregarse a una charla con LMN.

"Previo a buscar a Eva, que fue gestada con un deseo muy grande, estudié, investigué, vi documentales y leí sobre los beneficios de intentar un parto natural -donde se respete toda la fisiología-, antes de programar directamente una cesárea. Obvio que siempre y cuando no haya riesgo", aclaró.

"Como yo había tenido tres cesáreas, en todos lados me contraindicaron el parto natural. Hubo ginecólogos que ni siquiera me tomaban como paciente. La condición que me ponían era que tenga una cesárea programada. Como yo no estaba de acuerdo, no había posibilidad siquiera de que hicieran el seguimiento del embarazo. No había médico que nos dijera que nos iba a ir bien, para todos yo era una paciente de riesgo solo por haber tenido tres cesáreas", lamentó Sabina.

"El sistema de salud no acompaña, no aloja si no sos como el estereotipo de madre ideal. No había posibilidad de que me atendieran en una clínica u hospital cuando empiece con el trabajo de parto. Aunque no hubiese riesgo, iba directamente a cesárea", explicó.

SFP Parto respetado Plottier (4).JPG
Sabina Costa y la pequeña Eva, en su casa de Plottier.

Sabina Costa y la pequeña Eva, en su casa de Plottier.

"Una ginecóloga llegó a decirme que hiciera el trabajo de parto en mi casa y que me arriesgara a llegar a la clínica cuando la cabeza de la beba esté afuera. Más traumático todavía. También me sugirió que consultara con una doula para saber si estaba dispuesta a acompañarnos. Finalmente, esa doula nos facilitó el número de una partera y así llegamos a Belu y Priscila", manifestó con una sonrisa, haciendo alusión a María Priscilla Barreto y María Belén Criado.

Un acompañamiento diferente

Tras un primer contacto lleno de incertidumbre, en el que Sabina le contó a Priscila su historia y necesidad, la partera se tomó unos días para considerar el caso junto a su coequiper y finalmente terminó confirmando el acompañamiento con un mensaje que llenó de esperanza y felicidad a Sabina y Jeremías, quienes estaban a punto de resignarse y aceptar una nueva cesárea.

"Por la forma que ellas tienen de trabajar, yo no tenía que ir a ningún lado, sino que venían ellas, precisamente porque se estaba planificando un parto en casa. En el primer encuentro hablamos del deseo de que llegue Eva, de cómo habían sido los otros nacimientos, lo que implicaba un nuevo hijo en el proyecto familiar y la planificación del parto en casa, además de la propuesta que ellas manejaban. Acordamos seguir viéndonos mensualmente y cuando se fueron nos quedamos con una sensación re linda", relató.

Previo a buscar a Eva, estudié, investigué, vi documentales y leí sobre los beneficios de intentar un parto natural, antes de programar directamente una cesárea. Obvio que siempre y cuando no haya riesgo. Previo a buscar a Eva, estudié, investigué, vi documentales y leí sobre los beneficios de intentar un parto natural, antes de programar directamente una cesárea. Obvio que siempre y cuando no haya riesgo.

"Ya desde el embarazo, el acompañamiento que ofrecen las chicas es completamente diferente. Un contraste con lo que nos encontramos en el sistema de salud público y privado donde si estás 20 minutos en cada consulta, es mucho: te miden la panza, te toman la presión, te recetan vitamina o algún complemento y 'hasta el mes que viene'. En cambio, con ellas estábamos dos o tres horas en casa con pavas y pavas de mate. Eran encuentros para construir", subrayó.

"Para nosotros, Belu y Priscila son familia, son 'las chicas de Eva'. Logramos un vínculo re lindo y respetuoso que excede el acompañamiento de un embarazo, ya que se puso en juego cuestiones de afecto y complicidad. Ellas fueron parte de los procesos que vivíamos como familia. Está la idea de que las parteras están solamente cuando nace el bebé, y la realidad es que hacen un laburo súper integral y completo", destacó con gratitud.

sabina costa parto.jpg
Las parteras, Sabina y Camilo, su hijo menor, el día previo del nacimiento de Eva.

Las parteras, Sabina y Camilo, su hijo menor, el día previo del nacimiento de Eva.

"Ellas no imponen nada. Siempre nos escucharon para saber qué queríamos nosotros, cómo pensamos, qué cosas nos gustaría y cuáles no. Todo corrió para el lado que nosotros queríamos, no había nada planificado por fuera de nuestras costumbres familiares", remarcó Sabina.

Nacer entre el Mundial, las fiestas y una mudanza

La confirmación de que Eva estaba en camino vino de la mano con la puesta en marcha de la construcción de un nuevo hogar en el barrio Camino del Sol en Plottier, con la ayuda del programa nacional Procrear.

"La idea era mudarnos, instalarnos y esperar a Eva. En el caso que estuviésemos todavía en Neuquén, ella iba a nacer en la casa donde vivíamos allá. Fuera de eso, siempre tuvimos muy en claro que si algo se corría del curso natural, la opción era ir al hospital", indicó Sabina, para luego enfatizar que "nada estaba librado al azar".

Sabina Costa 02 final.mp4

"Yo tenía fecha para el 21 de diciembre, en el medio estaba el Mundial. Jere es fanático del fútbol y contábamos con la posibilidad de que el trabajo de parto empiece justo cuando jugaba Argentina. Cada partido pasaba con contracciones y molestias, pero pasaba; así como pasaron algunos cumpleaños familiares que tenemos en esa época, el cierre de la escuela de los chicos y Navidad", enumeró.

Luego de mencionar que "en casi todos los hospitales y clínicas el límite para un parto es la semana 40 -y más con cesáreas previas-", Sabina indicó: "Con las chicas, hasta las 42 semanas esperábamos tranqui. El tema es que pasaba el tiempo y nosotros no sabíamos qué hacer, si mudarnos o no. Lo consulté con Pri y ella me contestó: 'Lo que ustedes sientan va a estar más que bien'".

sabina costa parto 2.jpg
Sabina, embarazada y Jeremías, Priscila y Belén con Eva.

Sabina, embarazada y Jeremías, Priscila y Belén con Eva.

Con la confianza que le dio ese aval, Sabina y Jeremías encararon la mudanza que terminaron concretando el 29 de diciembre. "Yo no decía nada, pero tenía contracciones. El tema es que al haber pasado por otras experiencias, sabía que el parto no iba a ser ya. Me acuerdo que me acomodaba un poquito y me quedaba sentada un rato porque las contracciones eran fuertes. Por momentos me agarraba la panza y le decía a Eva: 'Sé que vos estás lista, pero mamá necesita estar en casa. Esperá un poquito más'. Por suerte pudimos armar todo. Lo básico, lo fundamental para que Eva pueda nacer, estaba", aseguró.

Tras ese desembarco, la pareja comenzó a organizar el festejo de Noche Vieja en su nueva vivienda. Hicieron las compras, un " primer asadito" y hasta un paseo para disfrutar de la paz y las alamedas que enmarcan a su nuevo barrio. Todo entre contracciones y algunos descansos, pero con mucha calma. "Estábamos con Camilo porque Tomi y More se habían ido con su papá, son hijos de mi anterior pareja. Limpiamos todo, nos fuimos a acostar y a las 3 y media de la mañana empecé con contracciones más fuertes", relató.

Tras la señal del inicio de la cuenta regresiva, las horas fueron pasando entre espasmos -con ritmos más marcados- y una espera que incluyó mates, una visita de Priscila, intercambio de mensajes y una nueva visita de las parteras a las dos de la tarde.

SFP Parto respetado Plottier (8).JPG
Sabina y su hija Eva, quien nació el 31 de diciembre pasado en su casa.

Sabina y su hija Eva, quien nació el 31 de diciembre pasado en su casa.

"Algo mágico pasó cuando llegaron, fue como que yo misma me habilité a soltar el control de todo. Ellas me brindaron un cuidado humano único que hizo que yo me relaje. Algo muy distinto a llegar a una guardia y que te atienda alguien que no viste en tu vida. Ellas fueron cero invasivas. Acondicionaron mi habitación para que no entrara luz, era como una cuevita. Me acuerdo que en el primer parto yo apagaba la luz y la partera venía y la prendía todo el tiempo y no me dejaba moverme. Acá tenía una libertad de movimiento total. Ellas me sugerían cosas, me acompañaban. Me hidrataban y hasta tuvieron el cuidado de dejar a mi alcance gajitos de mandarina y otros alimentos para no perdiera energía", recordó.

En medio de la incomodidad y el malestar por las contracciones, Sabina perdió la noción del tiempo. "Me acuerdo que estábamos todos respirando, cuando hice fuerza y salió la cabeza de Eva. Estábamos en el baño, así que no había posibilidad de que regrese a la habitación. Así que la terminé teniendo ahí. No sé como, pero estábamos los cinco ahí, hasta Camilo que filmó todo", dijo haciendo alusión a su hijo de 7 años.

Eva nació con un grito muy animal, salvaje. Ese grito fue como parirlos a mis cuatro hijos juntos, por lo que no había podido ser. Eva nació con un grito muy animal, salvaje. Ese grito fue como parirlos a mis cuatro hijos juntos, por lo que no había podido ser.

"Finalmente, todo se dio como tenía que ser. Nació con un grito muy animal, salvaje. Ese grito fue como parirlos a mis cuatro hijos juntos por lo que no había podido ser. Salió como un pescadito, como una sirenita salió. Fue re loco porque fue como sentir como si todo le marcara el cauce. Sentir cómo iba saliendo fue una mezcla de todo: euforia, placer, adrenalina; todo muy intenso", describió emocionada y los ojos al borde de las lágrimas.

"Belu acompañó para que se apoyara en mi pecho, la abrecé y ahí quedó. Fuimos a la pieza, me acosté con ella y se agarró a la teta enseguida. Con Eva vivimos en un mundo paralelo a lo que se vive en hospitales y clínicas, con todos los protocolos que se hacen enseguida sin un respeto a sus tiempos y su cuerpo. Acá no hubo nada invasivo, ninguna urgencia de pesarla y medirla apenas nació. Esperamos que nazca la placenta sin intervenciones y cortamos el cordón a las dos horas, luego de que absorbiera toda la sangre de la placenta. Eso no pasa en las instituciones", planteó.

Sabina Costa 03 final.mp4

"Pri y Belu no son improvisadas, chequearon que la beba respirara bien apenas nació. Luego, a su tiempo, la revisaron para regresarla nuevamente a mi pecho. Con mi cuerpo y mis tiempos también hubo mucho respeto. Nunca me pusieron un suero, no hizo falta medicación ni nada adicional. Me revisaron y no hubo nada para preocuparse", resumió.

Una opción que no es para todos

El balance de Sabina respecto a la determinación de jugársela por un parto natural en su hogar es positivo, sobre todo con el diario del lunes. Ella es consciente de las implicancias de esa decisión. "Para mi fue fundamental el acompañamiento de Jere. Si él no hubiese bancado, yo hubiera dudado de tener un parto domiciliario. Lo hablé también mucho con mi psicóloga y ella siempre me decía: 'Las decisiones implican riesgos, los riesgos siempre van a estar, el tema es qué decidís vos y hacerse cargo de las decisiones que uno toma'".

SFP Parto respetado Plottier (1).JPG

"Miedos hubo un montón. Teníamos temor a que, al ir a una guardia, Jere no pueda presenciar el parto y de las intervenciones de rutina que se hacen por protocolo que no son urgentes. Algunas ni siquiera son necesarias cien por ciento. Todo lo hablamos con las chicas. Incluso trabajamos sobre la mirada y condena social que hay cuando uno elige hacer algo que rompe la norma. Eso nos ha pasado con amigos y familia. Poco nos alentaron y acompañaron", contó.

"Hay poco acceso al parto domiciliario. Si no hay una cuestión de salud que requiera estar atendida y monitoreada en una institución médica, yo creo que la posibilidad del parto en casa debería estar", esgrimió la joven mamá, al tiempo que advirtió sobre una barrera económica y de información para quienes consideren esa alternativa.

Si no hay una cuestión de salud que requiera estar atendida y monitoreada en una institución médica, yo creo que la posibilidad del parto en casa debería estar. Si no hay una cuestión de salud que requiera estar atendida y monitoreada en una institución médica, yo creo que la posibilidad del parto en casa debería estar.

"Pareciera que para tener un parto respetado hay que estar dentro de un sector social privilegiado y con ciertos recursos", postuló para luego agradecer las casualidades del universo que hicieron que dieran con Belu y Priscila, dado que no existe un listado de parteras matriculadas para consultar.

¿Qué dice la ley?

La ley nacional 25.929 de Derechos de padres e hijos durante el trabajo de parto, conocida como Ley de Parto Humanizado fue sancionada en agosto del año 2004 y reglamentada en el año 2015. En 2009, la legislación se complementó con la Ley 26.485, de Protección Integral a las Mujeres que, entre otros aspectos, busca evitar la violencia obstétrica: el trato humillante por parte de personal sanitario, el abuso de medicalización y/o la patologización innecesaria.

Además de obligar a las obras sociales y empresas de medicina prepaga a brindar las prestaciones establecidas en el cuerpo legislativo, la Ley 25.929 establece que durante el embarazo, trabajo de parto y el postparto toda mujer tiene derecho a, por ejemplo:

  • "Ser informada sobre las distintas intervenciones médicas que pudieren tener lugar durante el embarazo, parto y postparto, de manera que pueda optar libremente cuando existieren diferentes alternativas".
  • "A ser tratada con respeto, de modo individual y personalizado garantizando la intimidad durante todo el proceso asistencial y la consideración sus pautas culturales".
  • "A ser considerada, en su situación respecto del proceso de nacimiento, como persona sana, de modo que se facilite su participación como protagonista de su propio parto".
  • "Al parto natural, respetuoso de los tiempos biológicos y psicológicos, evitando prácticas invasivas y suministro de medicación que no estén justificados por el estado de salud de la parturienta o de la persona por nacer".
  • "A ser informada sobre la evolución de su parto, el estado de su hijo o hija y, en general, a que se le haga partícipe de las diferentes actuaciones de los profesionales".
  • A estar acompañada, por una persona de su confianza y elección durante el trabajo de parto, parto y postparto.
  • A tener a su lado a su hijo o hija durante la permanencia en el establecimiento sanitario, siempre que el recién nacido no requiera de cuidados especiales.

Te puede interesar...

Lo más leído

Leé más

Noticias relacionadas

Dejá tu comentario