Un contexto como caldo de cultivo

Por Fernando Osorio
Psicólogo y autor de Bullying. Matón o víctima. ¿Cuál es tu hijo?

Dados los acontecimientos siniestros que estamos viviendo en esta época respecto de los suicidios adolescentes, resulta evidente que ya no podemos pensar que los problemas psicológicos de un adolescente alcanzan como única explicación para determinar su comportamiento social. Hay un contexto que funciona como un caldo de cultivo propiciatorio para el desarrollo de estas conductas individuales. Cuando el entorno se presenta hostil, falto de perspectivas y normativas sólidas, el joven sin duda se enferma y estalla bajo las modalidades más diversas; el suicidio es una de esas formas.
En el caso de un joven suicida, la patología mental existía previamente y condicionó su conducta. Ser o transformarse en el victimario o la víctima de una situación de acoso como es el bullying en las escuelas (sea por condición sexual, raza, cultura) es parte de ese entramado de enfermedad mental. Un mundo falto de referentes y normativas hace que puedan desarrollarse con total impunidad las conductas de transgresión y acoso. Los adultos se declaran impotentes y se abstienen de “tomar decisiones”. Los docentes dicen que no se puede sancionar, los padres dicen que no pueden poner límites y la Justicia no sanciona al delincuente.  
Si bien la violencia y la agresión siempre existieron en el contexto escolar, los modos en que se presenta hoy son absolutamente inéditos.