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Una historia reciente de la caída de equipos de petróleo

Los datos dan cuenta de que la industria cerró un mal 2019 y el coletazo final fue la pandemia. Los caminos que buscan las empresas para la reactivación.

Una de las variables que permiten sentirle el ritmo a la industria del petróleo y el gas es la perforación. Sin embargo, en la Argentina ocurrieron distintos motivos que sacudieron al sector, descendiendo poco a poco el número de equipos de torre destinados a perforar en los yacimientos del país. Según datos de la industria, a los que accedió +e, hay 31 perforadoras en el país, un número bastante lejano al panorama más optimista de principios del 2019.

La crisis macroeconómica que atravesaba el país el año, las corridas cambiarias y las incertidumbres que despiertan un año electoral tuvieron impacto en el total de unidades de perforación. En enero había 78 equipos y el número se mantuvo hasta un récord de 80 en septiembre. Todos trabajando en diferentes cuencas del país. En la Cuenca Neuquina había 53 de ellos, buena parte destinados a Vaca Muerta.

Pero algo iba a pasar pocos días después de las elecciones primarias. El ex presidente Mauricio Macri dispuso el congelamiento del precio de los combustibles por tres meses -que en la práctica no se cumplió, puesto que hubo al menos dos "descongelamientos" en ese periodo- y se reguló el precio del barril interno de petróleo en torno a los u$s 45. Para noviembre, los 53 perforadores mencionados pasaron a ser solamente 36 para la Cuenca Neuquina.

De acuerdo a los datos históricos obtenidos por +e, a nivel nacional los perforadores pasaron de 80 en agosto a 77 en septiembre, 72 en octubre, 69 en noviembre y 61 en diciembre. Entre enero y marzo el número de equipos rondó entre 60 y 62. La asunción de Alberto Fernández en la Casa Rosada también implicaba un cambio en el terreno político y la industria aguardaba las medidas a adoptarse.

En marzo, Fernández habló en el Congreso en su primer discurso presidencial y entre las prioridades de su gestión estableció una ley para atraer inversiones en la industria del petróleo y el gas. Apuntaría en especial a los no convencionales de Vaca Muerta, pero también se pensaba en aquellas operadoras que deben traer y adaptar tecnología como la terciaria o el offshore.

El problema del gas iba a ser otra preocupación. Si bien hubo un fuerte alza de la producción gasífera en los cuatro años de Macri, los cambios aplicados para acceder a los estímulos de la Resolución 46 llevó a muchas compañías de Vaca Muerta a invertir en petróleo. El gas empezaba a ser desatendido. Distintos analistas pronosticaban una fuerte caída, puesto que gran parte del crecimiento lo explicaba el shale gas, que declinan rápidamente sin inversión de capital y sosteniendo las fracturas.

Y el "Cisne Negro" rompió cualquier tipo de planificación para la industria. Ese evento inédito y que impactó a gran velocidad en nuestras vidas como es el COVID-19. Los perforadores activos desde abril a noviembre fueron bajando desde 60 hasta 30. La crisis fue inevitable puesto que las medidas de confinamiento en todo el mundo y los peligros que representa el contagio para los sistemas de salud son enormes.

El consumo de combustible y petróleo cayó en todo el mundo, hubo colapsos de los sistemas de almacenamiento y hasta el West Texas Intermediate (WTI), el crudo de Estados Unidos, cotizó en negativo: los productores pagaban hasta 38 dólares por barril para que se los lleven. "Nuestra industria está sangrando", dijo Mohammed Barkindo, secretario general de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP).

Mientras los perforadores destinados a extraer petróleo y gas en estos meses de pandemia tuvieron una fuerte caída a nivel nacional, las unidades de workover y las torres de pulling sufrían el mismo efecto. De abril a noviembre, los workover pasaron de 83 a 39 y los pulling de 77 a 56, siguiendo los datos que obtuvo este medio sobre el número de torres en actividad.

Si bien la industria hidrocarburífera es considerada esencial por el gobierno nacional, los estrictos protocolos en los yacimientos llevaron a trabajar con dotaciones mínimas de personal, incluso llevando a suspensiones con acuerdos de reducción de salario temporales. Esto podría empezar a cambiar con el Plan Gas, que trata de revertir la declinación de la producción gasífera que alertaban los expertos el año pasado.

La provincia de Neuquén espera producir unos 174 mil barriles diarios de petróleo y unos 64 millones de metros cúbicos diarios en 2021. "Vemos que los desarrollos de gas que se empiezan a ver son parte de la ventana de condensados de Vaca Muerta”, afirmó recientemente Alejandro Monteiro, ministro de Energía de Neuquén. YPF ya arrancó con la perforación en Rincón del Mangrullo y se fijó el horizonte de 45 torres, doce de ellas de perforación, para marzo.

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