La crisis del sector petrolero

Vaca Muerta y los despidos: los gremios pidieron la conciliación tras los 600 telegramas

San Antonio y Schlumberger tomaron la medida en un contexto de baja de la actividad, en un sector del personal que estaba dentro del esquema de rotaciones luego del decreto nacional que intervino en el precio interno del crudo.

Fernando Castro [email protected]

Dos empresas de servicios petroleros enviaron ayer unos 600 telegramas de despido en medio de la parálisis de las operaciones en el sector no convencional en Vaca Muerta. El secretario general del sindicato del Petróleo y Gas Privado de Neuquén, Río Negro y La Pampa, Guillermo Pereyra, anticipó desde Buenos Aires que ya pidieron la conciliación obligatoria en la secretaria de Trabajo de la nación.

Según pudo saber +e, se trata de personal que se encontraba stand by, es decir, sin funciones asignadas y formando parte del esquema de rotaciones instrumentado por las compañías luego del decreto 566 que marcó un antes y un después en la industria en el 2019.

La normativa, que puso un límite al precio del crudo en el país, algo normalizado tras 90 días, afectó los pozos proyectados para el segundo tramo del año y por consiguiente diseminó sus efectos en toda la cadena de valor petrolera.

De acuerdo a la información a la que pudo acceder +e de empresas de servicio y fuentes del gobierno neuquino en total son unos 600 telegramas enviados por las operadoras.

Las compañías son San Antonio y Schlumberger, la primera de ellas la que más equipos de torre tiene en el país. En los últimos meses hubo una baja pronunciada de la cantidad de perforadores perforando nuevos pozos en áreas de la formación Vaca Muerta: las operadoras frenaron el ritmo de inversiones y los planes hacia futuro en un momento en el que el precio del crudo que venían produciendo tenía la intervención del Estado nacional, que había fijado un límite al valor internacional y establecido un dólar a la baja adentro del país.

La semana previa los gremios habían anticipado este posible cuadro: el Sindicato del Petróleo y Gas Privado de Neuquén, Río Negro y La Pampa, había levantado la guardia ante la eventualidad de posibles despidos en el sector: el líder de la entidad sindical, Pereyra, había anticipado que el gremio estaba “preparado para cualquier situación”, en alusión a posibles despidos en la Cuenca Neuquina.

Los Petroleros Jerárquicos conducidos por Manuel Arévalo se habían reunido en la capital neuquina el lunes aunque no hubo un posicionamiento público luego de ese encuentro, si bien el gremio había convocado a una reunión para analizar la crisis de la industria no convencional a partir de las medidas nacionales adoptadas.

En medio del complicado contexto, hay una serie de escenarios que el envío de los telegramas puso a rodar. Por un lado, la resolución del contexto sindical. El gremio ya tuvo noticias de los telegramas con trabajadores que los enviaron al sindicato. Fue lo que en parte desató el pedido de conciliación.

De hecho, hay un antecedente cercano: la semana pasada el gremio entró en esta instancia a partir de 84 telegramas enviados por la empresa H&P. El sindicato que conduce Pereyra pidió la conciliación.

Por lo bajo, fuentes de la industria, explican que se "reestructuran posiciones que hoy están sin trabajo, y que estaban en un sistema de rotación provisorio". En principio, una de las empresas que busca desafectar el personal envió telegramas que implican la mitad de la gente que estaba en esta condición.

En paralelo, está la coyuntura política. En medio de la transición hacia el 10 de diciembre, impone una coyuntura de ambigüedad adicional. Está claro que el origen del problema se encuentra en agosto.

La entrada en vigencia del DNU 566 es la línea de largada para el actual proceso de parálisis de inversiones. La intervención en el precio del barril de crudo frenó a las operadoras, abrió un frente judicial de provincias petroleras, otro con las productoras e impactó en el nivel de regalías provinciales y no contuvo a la inflación: el precio de la nafta, objetivo con el que Nación justificó la medida, no atenuó la escalada inflacionaria y puso en crisis a un sector que había sido solo motivo de buenas noticias para un gobierno que las buscó con ansias en la producción shale.

Por otra parte, queda por ver cuál es el margen de maniobra que tendrá en medio del actual contexto, justo cuando se transita el camino hacia la recta final hacia la asunción de nuevas autoridades.

Acaso haya una clave también en eso. Uno de los temas que viene intranquilizando a las productoras tiene que ver con las políticas que aplicará Alberto Fernández para el sector.

Hace meses que las principales petroleras vienen manteniendo acercamientos con los cuadros técnicos de Energía del entorno del presidente electo. Si bien Fernández se ha manifestado a favor de la producción sustentable en Vaca Muerta, lo cierto es que las compañías no atinan a imaginarse como lo hará con las actuales restricciones externas y con tarifas "desdolarizadas".

Por lo tanto, el del futuro del sector, es un frente que en algún punto tiene incidencia en la coyuntura, si bien no lo desencadenó ni mucho menos. Pero las inversiones del 2020 se encuentran frenadas desde las casas matrices, a la espera de la resolución del contexto político. Es la famosa "incertidumbre" a la que se refieren las petroleras del shale desde cuando decidieron esperar en un año como el actual en el que preveían invertir en la provincia 5343 millones de dólares solo en el upstream.

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