El impactante hecho ocurrió ante la presencia del padre del pequeño, un agente de la Policía Militar de Brasil. Se conocieron imágenes de las cámaras de seguridad de la casa.
La ciudad de Río Verde, en Brasil, se encuentra conmocionada por un hecho trágico que involucra a un niño de apenas dos años, una pistola reglamentaria y una muerte que podría haberse evitado.
Según pudo confirmarse, todo ocurrió mientras la familia compartía una cena. En un momento, el pequeño tomó el arma de fuego que su padre, un agente de la Policía Militar, había dejado sobre la mesa, y en cuestión de segundos, el nene se puso a jugar y disparó, matando a su madre, Déborah Rodrigues Monteiro, de 27 años.
El episodio ocurrió el viernes, aunque en las últimas horas se conoció públicamente, luego de la difusión de las imágenes captadas por una cámara de seguridad instalada en la propiedad. En el video se observa el momento exacto en que el menor se acerca a la mesa, manipula el arma, y sin que nadie intervenga, acciona el gatillo. La madre recibió un disparo en el pecho, intentó caminar unos pasos pero cayó desplomada.
Su pareja reaccionó con desesperación y salió corriendo en busca de ayuda. Déborah fue llevada al hospital municipal, pero los esfuerzos médicos no lograron salvarla. Murió pocas horas después como consecuencia de las lesiones provocadas por el proyectil.
La pistola, una 9 milímetros, estaba registrada a nombre del padre del niño, que se desempeña como agente de la Policía Militar en Mato Grosso. La Policía Civil de ese estado incautó el arma junto a un cargador con 18 municiones. También tomó testimonio al hombre, quien permanece en libertad mientras se evalúa si corresponde imputarlo por homicidio culposo.
Fuentes judiciales y policiales confirmaron que la pistola no contaba con ningún sistema de seguridad activado en el momento del disparo. Tampoco se encontraba en una funda ni alejada del alcance del menor. Según las declaraciones brindadas por las autoridades a medios locales, la escena transcurrió sin que los adultos advirtieran lo que estaba ocurriendo, hasta que fue demasiado tarde.
“Fue una desgracia. El nene agarró el arma y nadie llegó a verlo hasta que se escuchó el disparo”, declaró una fuente cercana a la investigación.
El caso desató un nuevo debate en Brasil en torno a la portación de armas por parte de agentes de seguridad, especialmente en contextos familiares. Aunque el arma estaba registrada y el policía contaba con autorización legal para portarla, el hecho de haberla dejado cargada y al alcance de su hijo configuró una posible negligencia que ahora estudia la Justicia.
El Ministerio Público del estado analiza si corresponde imputar al padre por no haber tomado los recaudos necesarios para proteger al nene. La situación generó repercusiones en la prensa nacional e internacional, no solo por la magnitud del hecho, sino también por la difusión del video que muestra en detalle cómo ocurrió todo.
Mientras tanto, familiares y allegados de Déborah Rodrigues Monteiro se manifestaron en redes sociales con mensajes de dolor y pedidos de justicia. En las próximas semanas, la causa podría avanzar con imputaciones penales, aunque por ahora no se adoptaron medidas restrictivas contra el policía involucrado.
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