Por primera vez en su vida, la abuela que vive en la Isla Verde se reunió con su sobrina y cuñada que viven en Valparaiso. Carmen, hija de su sobrina, reveló que llegaron a ella a través de un familiar por una nota publicada en LMNeuquén en marzo de 2024.
Tuvieron que pasar 91 años para que Siria Salgado Garabito por primera vez pudiera conocer a su sobrina Judith, de 70, hija de su hermano fallecido David Aurelio, a quien vio por última vez en 1949 cuando por ese entonces el joven chileno se despidió de su familia para cumplir el servicio militar obligatorio en Valparaiso, Chile. El emotivo encuentro se dio en enero pasado en la ciudad trasandina, en donde también se encontró con su cuñada: Flor, de 98 años.
La responsable de que esta asombrosa y emotiva historia se cristalizara fue Carmen, hija de Judith, quien en 2012 comenzó a rastrear a los familiares de su abuelo. Finalmente, la mujer de 36 años, que vive en Chile y es trabajadora social, encontró en redes sociales una nota de LMNeuquén de marzo del año pasado sobre la historia de vida de Siria. A partir de esta publicación, logró hacer realidad este emotivo evento al que consideraron ”súper necesario”.
Carmen, su mamá (Judith), su abuela (Flor) y su tío Tracy (68) están radicados en la región de Valparaiso de la comuna de Viña del Mar.
“Siria vino también en enero de este año producto de que mi tío (Tracy) fue a visitarla y ella aprovechó para venir. Estuvo en Chile un mes con nosotros. El encuentro fue sorpresivo y súper emocionante. No teníamos idea de lo que podía pasar, pero se generó esa conexión que te hace sentir que es familia”, contó Carmen.
“No importa los años que pasen. Y para mi mamá fue emocionante y está sumamente agradecida porque para ella fue un tema pendiente de toda su vida. Y desde ahí nació mi intención de comenzar la búsqueda. A Judith y Tracy (hijos de David) siempre les quedó la duda de cómo no iba a quedar un familiar. Y esa duda nos acompañó siempre”, reveló.
Despedida, servicio militar y ACV
David Aurelio Salgado Garabito partió de Curacautín, Chile, a la ciudad de Valparaiso para cumplir con el servicio militar obligatorio al que fue convocado. Corría 1949 cuando el joven de 18 años se fue a cumplir con su deber. Se despidió de su familia y nunca más se volvió a reencontrar con sus seres queridos.
Tras su salida del Ejército, David contrajo matrimonio con Flor Alba Muñoz Astudillo un 28 de julio de 1954. Tuvieron dos hijos: Judith y Tracy. Años más tarde, a finales del 59, Salgado Garabito sufriría un Accidente Cardiovascular al accidentarse con su bicicleta luego que otra persona lo embistiera. Golpeó su cabeza contra el piso y tuvieron que aplicarle una placa de platino. Como resultado de esa desgracia estuvo seis meses en coma en el Hospital Carlos Ban Vuren de Valparaiso.
“Para la época su accidente fue muy potente. Cuando se despierta no recordaba nada de su pasado y eso entorpeció lo que luego fue la búsqueda. Tenía vagos recuerdos de cómo era su familia. Nombraba a su hermana Carmen, a su mamá. Siempre decía que estaba en la Argentina”, reveló.
Producto de muy pocos recursos -sobre todos tecnológicos- e información para ubicar a familiares el encuentro no su pudo hacer rápidamente: “De hecho, mi abuelo murió pensando que no tenía familia”, aseguró Carmen. David Aurelio Salgado Garabito falleció en Valparaiso el 7 de marzo del 2000 tras un accidente vascular encéfalo.
Terremoto, búsqueda y estrategia
En mayo de 1960 a las 15:11, en Chile se produjo el terremoto más grande de la historia cuando el suelo tembló a lo largo de todo su territorio con una intensidad descomunal. En 10 minutos ciudades enteras se derrumbaron y los muertos se contaron por miles. El sismo alcanzó la intensidad de 9,5 en la escala de Richter.
“La historia que a nosotros se nos contó era que todos los familiares de mi abuelo habían muerto en el terremoto que tuvo su epicentro en Valdivia en 1960. Fue el magno terremoto, el más grande de la historia. Ni siquiera hay una lista oficial de fallecidos”, comentó Carmen.
“Con esa historia crecí, con esa historia se desarrolló el sentir. Pero dentro de decir ‘fue un terremoto grande, efectivamente’, en la historias catastróficas siempre queda alguien para contar sostenía mi madre. Se buscó en Niebla (pueblo perteneciente a la comuna de Valdivia) y en muchas regiones. Mi mamá siempre decía ‘¿Cómo no va quedar alguien de la familia de mi papá?’’. Y los años ayudaron. En 2012 viaje a Santiago de Chile y fui a la Biblioteca Nacional a buscar esa lista o diario en donde supuestamente estaban los nombre de los fallecidos. Pero en la biblioteca me comentaron que no existía información. Después fui al diario El Mercurio y me dijeron que la lista no estaba disponible. Cada dos años, buscaba y buscaba…”, rememoró.
LMNeuquén, la conexión y el gran día
En una reunión familiar que se realizó en abril de 2024 el tema volvió a tener gran relevancia y Carmen retomó su trabajo de investigación. “La señora de mi abuelo (Flor) está con vida y le pregunté que recuerdos tenía y me ayudó mucho. Me metí otra vez en Google y puse familia Salgado Garavito y coincidió con la nota que LMNeuquén le había hecho a Siria con el tema de la isla”, reveló Carmen.
“Me llamó la atención su nombre y lo puse en una plataforma chilena que tengo en el trabajo y coincidió que Siria tenía cédula chilena. Luego descargué su certificado de nacimiento y descargué el certificado de disfunción de mi abuelo. Coincidió que ambos tenían el mismo papá, mamá y mismo lugar de acta de nacimiento”, reveló.
Tras realizar semejante hallazgo, Carmen decidió callarse la boca y no contarle a nadie para asegurarse de lo que sería un notición para su mamá: “Fui al Registro Civil a coincidir el acta de nacimiento y efectivamente eran hermanos (Siria y David). Luego usé todas mis redes sociales para dar con la familia de Siria en Neuquén y la respuesta no fue tan rápida como pensé. Hasta que una de la nietas de Siria me contactó e hizo varias preguntas por seguridad. Pensaban que era una estafa. Me creyó y comenzó la conexión”.
Con la emoción a flor de piel se iniciaron los intercambios de fotografías y resultó que los hermanos eran muy parecidos. “Se parecen mucho y tienen características físicas muy iguales. El mismo perfil. El 21 de abril de 2024 comenzamos a conversar por videollamadas y entre tantos diálogos Siria vino a Chile en enero de este año y estuvo un mes con nosotros. Luego quise ir a Neuquén a conocer al resto de la familia que también son parte de esta historia. La familia es muy grande”, contó.
Nueva página familiar y gratitud
En su estadía en la ciudad, Carmen tuvo enfrentar una situación difícil porque una de las hermanas de su abuelo (David) falleció. “No llegué a conocer a Ijidia y estuve presente en el funeral. Simbólicamente creo que también dice algo. Soy agradecida porque en estas historias en donde las distancias tuvieron sus altos y bajos no siempre se da esa aceptación de invadir en la vida del otro. Perfectamente le vínculo pudo no haber existido y tampoco me hubieran podido creer. Y era válido y respetable”, resaltó.
“A mis 36 años valoro mucho la historia familiar porque mi mamá pudo encontrar a su familia y abrir una nueva página de esta historia. A pesar de las distancias, las redes sociales ayudaron bastante. Siento que esa era mi labor porque tenía un nexo muy importante con mi abuelo David a pesar de su discapacidad producto de su accidente”, expresó con sentimiento.
“Me crie con él muchos años de mi vida y es súper potente entender que él tuvo que salirse producto de una historia familiar dura, difícil, de trabajo y esfuerzo. Y no volvió. Y en ese no volver le pasaron un sinfín de cosas y él sentía que no tenía familia. Siempre crecí escuchando esa historia tan catastrófica y al final quedan dos hermanas de él. Siria, y Marcela a quien no conozco”.
Marcela vive en San Luis y actualmente su estado de salud es delicado. Además de Siria, Marcela y David, la lista de hermanos se completa con Elías, Heriberto, Ijidio, Luis, Choly, Marta, Rosa, Ijidia y Carmen.
"En vivo y en directo"
Tracy, sobrino de Siria, fue el primero en pisar Neuquén una vez que las videollamadas se volvieron moneda corriente. Y fue así que en cuestión de horas cargó a su tía en su camioneta con destino a Valparaiso.
Apenas Siria hizo su arribo fue recibida con toda emoción: “’Acá me tienes en vivo y en directo’ fueron las palabras de mi mamá (Judith) mientras lloraba emocionada. Lo primero que compartimos fueron unas cervezas y a los pocos días el lazo fue natural. Siria cocinó, ayudó en la casa, hicimos compras, entre otras cosas. Cuando conocimos a su hijo Gustavo y su señora fue exactamente traspasar la cámara”, describió Carmen.
“Me di cuenta que en la estructura familiar se fueron dando jerarquías. La tía Siria tiene un carácter fuerte que se replica en mi mamá, teniendo el orden y control de las cosas pero a veces la vida no tiene ese control. Cada familia tiene su sintonía y desde ahí me di cuenta que las generaciones van marcadas. Desde el poder femenino es una mujer (Siria) muy fuerte y luchadora. La familias van evolucionando y de esa evolución estoy yo generando el encuentro y viviendo, respetando el espacio del otro”, explicó.
Las sensaciones de Siria
Hace cinco años, Siria viajó a Santiago de Chile y confesó que nunca se hubiera “imaginado” que le quedaban familiares en el país trasandino. Luego sentada en su sillón y con su estufa de hierro a leña que calefacciona toda su casa, la mujer nacida en Curacautín (Chile) pasó a detallar las sensaciones que vivió con sus seres queridos a los que nunca había visto en su vida.
“Fue tremendo cuando llegué. Judith y Carmen lloraban de alegría. Yo les decía ‘tranquila, tranquila, porque esto hay que tomarlo con alma. Acá estoy’. Fue una alegría tremenda. Me atendieron como una reina y nunca recibí tanto cariño. Lo pasé hermoso y me cuidaron”, contó Siria.
“Flor, mi cuñada, tiene 98 años y está súper lucida. Judith (sobrina de Siria) se hizo cargo de ella y la tiene muy bien cuidada. Siempre trataba de estar con Flor y le prestaba mucha atención. Después conocí a los dos hijos de Tracy y a los tres de Judith”, acotó.
Por otro lado, Siria comentó que visitó la tumba de su hermano que se encuentra en el cementerio Jardín del Edén: “Me llevó Tracy. Miré y le dije ‘hermanito, te dejé de ver tantos años y acá te vengo a visitar’. Y así fue… muy linda historia”, sostuvo.
La abuela de la Isla Verde destacó el gran parecido que tiene su sobrina con uno de sus hermanos fallecidos: “La cara de Tracy es igual a la de Ijidio, un hermano que vivía en Puerto Madryn. Elías fue otros de los hermanos que falleció en Puerto Madryn”.
“Lo más hermoso que puede haber en la vida es una alegría como esta. Misión cumplida dije yo y me fui tranquila. Me quedé enamorada de mi familia, una familia muy cariñosa”, concluyó la abuela neuquina.
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