Fue mamá a los 13, tiene una extrema fertilidad y su esposo la dejó.
Uganda. Lamentablemente, África esconde miles de historias relacionadas con la pobreza, el hambre y la angustia por sobrevivir día a día. Pero la trágica historia de Mariam Nabatanzi, de Uganda, sorprendió a todo el mundo: una incontrolable fertilidad para la que los médicos no tuvieron respuesta provocó que a sus 39 años tenga 38 hijos y el padre de sus niños la abandonó, por lo que debe encontrar la manera de alimentarlos y cuidarlos día a día.
“Crecí llorando, mi hombre me ha causado mucho sufrimiento”, contó la mujer, rodeada por algunos de sus niños. “Toda mi vida se ha ido cuidando a mis hijos y trabajando para ganar algo de dinero. Comencé a tener responsabilidades de adulto siendo muy joven. No he tenido alegría, pienso, desde que nací”, se lamentó.
Actualmente vive en la aldea de Kabimbiri, en Uganda, y en total dio a luz a 44 hijos, seis de ellos murieron y hoy debe mantener a 38. Tiene cuatro juegos de trillizos, tres juegos de cuatrillizos, seis pares de gemelos. El resto nacieron en partos únicos.
El sufrimiento de Mariam Nabatanz estuvo marcado desde pequeña: su mamá la abandonó y su madrastra asesinó con vidrio molido en la comida a sus hermanos.
El sufrimiento estuvo presente desde que era niña: su mamá la abandonó y su madrastra mató a sus cinco hermanos agregándole vidrio molido a la comida mientras ella se había ido a visitar a un familiar. A los 12 años se casó, obligada por un pariente que la entregó, con un hombre que terminaría siendo otro problema en su vida.
“Toda mi vida se ha ido cuidando a mis hijos y trabajando para ganar algo de dinero. No he tenido alegría desde que nací y mi hombre me causó mucho sufrimiento”. Mariam Nabatanzi. La prolífica madre ugandesa.
“Mamá está abrumada, el trabajo la está aplastando, ayudamos donde podemos, como cocinando y lavando, pero ella todavía lleva toda la carga para la familia. Lo siento por ella”. Ivan Kibuka. Uno de los hijos de Mariam.
Su esposo tenía 40 años, era polígamo y tenía varios hijos con sus otras mujeres. Al año de haberse casado, Mariam fue madre por primera vez: tuvo gemelos. Dos años más tarde fueron trillizos y al poco tiempo cuatrillizos. En su sexto parto, ya tenía 18 hijos. Para detener esta descontrolada capacidad para quedar embarazada fue a ver a un médico, pero le dijeron que no se podía hacer nada porque tenía los ovarios inusualmente grandes. Se le recomendó no usar anticonceptivos, como pastillas, porque podrían causarle problemas de salud. A los 23 años regresó al hospital para buscar una solución y, otra vez, la respuesta fue negativa.
Hace tres años, la ugandesa fue abandonada por su esposo, por lo que quedó sola en su casa hecha de bloques de cemento y con techo de hierro corrugado junto a sus 38 hijos. Desesperada por dinero, Nabatanzi hizo de todo: peluquería, decoración de eventos, recolección y venta de chatarra, elaboración de ginebra local y venta de hierbas medicinales. Pero el dinero nunca es suficiente para alimentarlos y cuidar de la salud de ellos.
44 hijos tuvo Mariam.
Dio a luz a cuatro juegos de trillizos, tres juegos de cuatrillizos, seis pares de gemelos y el resto, en partos únicos. Seis de sus niños fallecieron. Fue madre por primera vez cuando tenía apenas 13 años.
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