El meteorólogo jubilado Rodolfo Merlino sigue adelante con su vocación, ahora desde su casa y con equipo propio. Predice fenómenos climáticos extraordinarios.
Sucederán eventos extraordinarios. Cada vez con más frecuencia, el clima regional y mundial experimentará fenómenos meteorológicos extremos, que irán cambiando la cotidianeidad del tiempo tal como la conocemos. La Naturaleza está mutando de una forma que pone en alerta a los científicos y provoca temor en la gente. El calentamiento global, potenciado por la actividad humana, sería el responsable.
El meteorólogo jubilado Rodolfo Merlino prácticamente no tiene dudas de lo que está aconteciendo. Tras cuarenta años de profesión, se ha convencido de que son demasiadas las señales que anuncian transformaciones profundas en los ciclos naturales de la atmósfera, los mares, los ríos, los hielos y el medioambiente de los continentes.
Por su vocación de observador del tiempo y pronosticador, el profesional sigue dedicado ahora desde su casa al oficio que tanto lo apasiona. Tiene el instrumental técnico necesario, con aparatos de medición instalados en el exterior de su vivienda y con computadoras acondicionadas para procesar la información que registra por su cuenta y la que, con el permiso debido, recibe del Servicio Meteorológico Nacional (SMN).
Pues bien, Merlino está muy atento, al igual que sus colegas de la región y de todo el mundo, por los fenómenos meteorológicos que presentan características inusuales, por excederse de los límites conocidos y derivar, en general, en trastornos para la población.
Tormentas inusitadamente poderosas, inundaciones singularmente graves, sequías que se prolongan con un exceso cruel, fuertes nevadas en lugares inesperados, desaparición de los glaciares de montaña, granizo de un tamaño descomunal, ríos que casi sin caudal amenazan con perderse, océanos cuya temperatura promedio está creciendo y corrientes marinas que podrían colapsar, se cuentan entre los hechos que tanto lo inquietan.
Y este año hubo en la región dos eventos naturales que le parecieron particularmente llamativos. Uno de ellos fue "el ciclón con características de tornado" que afectó a Cipolletti y localidades próximas a finales de enero. Nunca antes, en sus casi 30 años de servicio en la ciudad, había observado un fenómeno así.
Vientos y árboles caídos
Vientos con ráfagas de hasta 105 kilómetros por hora y lluvias copiosas dejaron a su paso un tendal de árboles y postes caídos, voladura de techos, anegamientos, cortes de luz prolongados en muchos lugares, interrupciones en el suministro de agua potable y momentos de pánico, en tan solo unos pocos minutos de pandemonium.
Como un cipoleño más que fue testigo de la furiosa tempestad, Merlino quedó sorprendido por lo vivido y cuando pudo consultar sus censores y procesar la información de que dispuso no salía de su asombro. Pronto decidió comunicarse con su colega Fernando Frassetto, de la Autoridad Interjurisdiccional de Cuencas, con quien "coincidimos que se había tratado de un ciclón, de un tornado", le contó a LMCipolletti.
El otro fenómeno que le llamó mucho la atención fue la reciente sucesión de días de frío polar, con temperaturas extremadamente bajas para Cipolletti y la región. Ocurrió entre fines de junio y principios de julio y se debió al ingreso de dos frentes de aire polar, con la particularidad de que el segundo llegó cuando el primero todavía no se disipaba, con lo que la superposición provocó un tiempo gélido casi sin antecedentes.
Magnitudes y continuidad
Durante sus años de labor en la Estación Meteorológica local, no había experimentado tamaña continuidad de jornadas con el termómetro marcando muy por debajo de los 0 grados Celsius. Tampoco las magnitudes del frío que se alcanzaron.
La temperatura más baja que había registrado antes, mientras estuvo trabajando en las instalaciones de Naciones Unidas e Yrigoyen, fue de 7,2 grados bajo cero, en tanto que ahora, con su propio instrumental, midió -9,5°. Además, sabedor de que en la zona de chacras las temperaturas por lo común son menores, se comunicó con productores que le confirmaron que la helada adquirió proporciones excepcionales en el entorno rural.
Temperaturas bajísimas
Los que resultan clave son los reportes de la Estación Meteorológica de Guerrico, que registró -12,5°, y de similar dependencia en el Aeropuerto de Neuquén, cuyas observaciones determinaron mínimas por debajo de los -11,5°. El especialista refirió que un chacarero cipoleño le contó que, con un termómetro propio, pudo comprobar la friolera de -14,5°. No es un dato que el SMN pueda validar, pero da una idea más sobre lo que aconteció.
Merlino lamentó el cierre de la Estación Meteorológica tras su jubilación, porque de haber estado en actividad se podrían haber consignados mediciones oficiales que hubieran permitido su comparación con registros anteriores. Lamentablemente, se tuvo que jubilar en agosto de 2024, poco después que la Estación cumpliera 122 años de labor ininterrumpida. Se recordará que fue fundada un 21 de julio de 1902, durante el mandato del presidente Julio Argentino Roca.
Calentamiento global
"Con el calentamiento global vamos a extremos. Entonces, si hay precipitaciones pueden llegar a ser muy intensas. Si hay nevadas, por ejemplo, en el hemisferio norte, ahora nevará mucho más, aunque así como nieva, la nieve se derretirá rápidamente", indicó. A fin de cuentas, los diversos fenómenos, sean de la naturaleza que sean, se producirán con el telón de fondo del aumento de las temperaturas promedio del planeta.
"Las temperaturas máximas han subido en todo el mundo y eso hace que se eleve la temperatura media", puntualizó y señaló también que, según la Organización Meteorológica Mundial, la temperatura del mar ha aumentado 1,6° en los últimos 30 años, un indicador clave por el papel fundamental de los océanos en el clima de la Tierra."
Fenómenos extremos y severos
"La actualidad es de fenómenos extremos. Es todo muy severo", enfatizó y sostuvo que las proyecciones científicas indican que la región marcha hacia un futuro "más seco y más cálido. Corremos el riesgo de caer en una mayor desertificación y si no hay suficiente precipitación en la cordillera nos podríamos quedar sin agua. Esa es la tendencia", remarcó.
Una muestra más de la realidad regional la da el hecho de que "venimos de unos 5 años de sequía", a los que siguió un año con más precipitaciones. Lo último se debió al fenómeno de El Niño, que ha sido muy breve, ya que de vuelta "estamos transitando La Niña, es decir, que viene otra vez un período de sequía".
El evento climático de El Niño se relaciona con un aumento de la temperatura superficial del océano Pacífico en la zona ecuatorial, que afecta con más vigor a las costas de Perú y Ecuador. Pero su impacto en el clima es global.
Vale consignar que, por la mayor parte de la costa oeste de América del Sur, circula la corriente fría de Humboldt, cuyo comportamiento sufre alteraciones en la mitad norte del subcontinente durante los períodos de El Niño. Al contrario, La Niña marca un enfriamiento del Pacífico central y oriental.
Más conciencia de los cambios
Merlino resaltó la necesidad de una mayor conciencia sobre los cambios climáticos que se están dando en el planeta, con una paulatina expansión de los desiertos, una preocupante disminución de los glaciares, catastróficos incendios forestales en distintos países, aleatoriedad y desmesura de lluvias torrenciales y sequías, todo asociado con una pérdida de la biodiversidad por la destrucción de ecosistemas y la contaminación.
Así las cosas, y en este cuadro, procurará seguir con su vocación meteorológica y continuará enviando información a una constelación de radios de Río Negro y Neuquén y de otras provincias, que reciben pronósticos en forma cotidiana. En el caso del Alto Valle, las previsiones del tiempo las realiza durante toda la semana, en tanto que para otras regiones y provincias lo hace de lunes a viernes, con el agregado de un pronóstico extendido para los fines de semana.
Además, prepara pronósticos para lugares concretos, aparte de la zona valletana. Así, sus referencias son recibidas en Catriel y 25 de Mayo, Río Colorado y La Adela, Las Grutas, Zapala y Chos Malal y varias localidades de Córdoba, San Luis y San Juan. Todo esto en jornadas comunes y tranquilas, porque cuando se dan circunstancias "especiales" y los fenómenos extremos arrecian "me llaman de todo el país". Al concluir, sostuvo que mantendrá su actividad "hasta que me dé la nafta y me canse, no pueda seguir y tenga que parar". Los nuevos retos que plantea la Naturaleza son un acicate más para no aflojar.
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