Se juega con bastones y tiene algunas similitudes con el hockey.
Por Alejandro Olivera - [email protected]
El pueblo mapuche tiene un rico patrimonio cultural que es desconocido por un amplio sector de la sociedad neuquina. Dentro de las tradiciones ancestrales, que pasaron de generación en generación hasta la actualidad, se encuentra el palin, el deporte originario que se juega con bastones (wiño) y una pequeña pelota de madera recubierta de cuero (pali).
Si bien tiene ciertas similitudes con el hockey, la realidad es que se trata de un juego que tiene siglos de existencia. LM Neuquén dialogó con Lefxaru Nawel, miembro del lof Newen Mapu, para conocer más sobre esta actividad.
El joven contó que se practica en una cancha (paliwe) rectangular, dividida en dos partes iguales. En el centro tiene un pequeño hoyo (zuñil), donde se coloca la pelota y se la disputan los capitanes de cada equipo (logko palife) en el saque. “Antes de comenzar, se hace una formación inicial. Los jugadores de un mismo equipo se colocan uno al lado del otro, en paralelo a los laterales de la cancha y de frente a sus rivales”, precisó.
Este paso previo tiene una función específica en el juego, que es determinar la marca (kon) de los defensores (kaxilfe). “La defensa tiene que seguir de cerca al delantero que lo enfrentó en la formación para evitar que convierta puntos”, detalló Lefxaru.
Cada jugador tiene un espacio delimitado por el cual se puede mover: los delanteros (xipalfe) en el campo contrario y los defensores en el propio. Los logko palife son los únicos que pueden jugar con total libertad por toda la cancha.
El primer conjunto que logre sacarle una diferencia de dos tantos a su rival es el ganador. “Es gol cuando la pelota cruza la línea de fondo (xipalwe), mientras que si se va por el lateral (kaxilwe), se vuelve a sacar del medio.
Entonces, si estás muy complicado en defensa, la podés tirar afuera para ganar terreno, mientras que si sos delantero te conviene ir armando jugadas con tus compañeros”, explicó.
Además, cada vez que se suma un punto, se hace un festejo muy particular, al acercarse al medio del campo y chocar todos los wiños del equipo en el aire (malo wiñon).
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