Pedro Nardanone y Patricio Sesnich, entre los procesados por la desaparición de Sergio Ávalos: quiénes son los 19
Los embargos a Sesnich y Nardanone suman 90 millones de pesos. Quedaron procesados, junto a otros funcionarios, por desaparecer a Sergio Ávalos.
La Justicia Federal dictó el procesamiento de 19 personas, bajo la figura penal de desaparición forzada de personas, por la desaparición de Sergio Ávalos. Entre los imputados se encuentran funcionarios públicos que trabajaban en el boliche de Pedro Nardanone y Patricio Sesnich, dos de los principales sospechosos del delito de lesa humanidad.
Sus nombres se repitieron a lo largo de 22 años: Nardanone era el dueño y Siesnich el encargado del boliche Las Palmas, donde en la madrugada del 14 de junio de 2003, Sergio Ávalos, de 18 años, oriundo de Picún Leufú, concurrió con un grupo de amigos. Cursaba el primer año de Contador Público en la Universidad Nacional del Comahue y nunca más regresó.
El caso de la desaparición del joven estudiante transitó laberintos y estancamientos judiciales. Sin embargo, la familia con su hermana Mercedes y su padre Asunción Ávalos, de 91 años, nunca se dieron por vencidos. Ahora, con el procesamiento, están cada vez más cerca de un juicio por la verdad.
Nardanone y Sesnich procesados por delito de lesa humanidad
Los nombres y apellidos de las 19 personas procesadas por el Juez federal Gustavo Villanueva resultaron totalmente conocidos: son policías, militares, personal de seguridad civil, empleados municipales, parientes y nada más ni nada menos, que el dueño y el encargado del boliche Las Palmas, como principales sospechosos del delito de desaparición forzada.
Patricio Sesnich, mecánico dental, guardavida y comerciante, fue señalado por el juez como coautor del delito. Como se mencionó anteriormente, era el encargado de Las Palmas la noche en que desapareció Sergio. La resolución judicial ordenó un embargo de sus bienes por 48 millones de pesos, la cifra más alta entre todos los imputados.
En 2022, LMNeuquén, informó las condiciones de su libertad a lo largo de los años de libertad: una vida en un exclusivo barrio privado de Rincón Club de Campo, donde conviven personas de alto perfil económico, como políticos y jueces.
Pero lo más llamativo de todo, era que trabajaba como Guardavidas por temporadas en la Municipalidad de Neuquén, y tenía un prontuario delictivo pesado, con causas judiciales, provinciales y federales por distintos delitos como estafas y aprietes extorsivos a deudores del boliche.
En un informe que solicitó en 2017 la Justicia Federal a la Policía de Seguridad Aeroportuaria para establecer el paradero y actividad de todos los integrantes del boliche Las Palmas al momento de la desaparición forzada de Sergio Ávalos, se determinó que Sesnich trabajaba en el área de Comercio del Municipio.
Cabe señalar también que el boliche de Pedro Nardanone, cuenta con un expediente de muerte, violencia que Sesnich, como encargado, pudo mantener en la oscuridad. Años antes de ser Las Palmas, se llamaba El Monumental, donde el domingo 8 de abril de 2001 a la madrugada, un joven de 21 años tuvo un accidente fatal. En julio de 2002, Sesnich había iniciado el nuevo trámite para intentar esquivar la demanda por la muerte.
Pocos meses antes de la desaparición de Sergio Ávalos, un caso previo destapó nuevamente la olla. En mayo de 2003 una joven denunció que fue desfigurada por el personal de seguridad de Las Palmas. Tras esa denuncia, Sesnich salió a desmentirla públicamente: “Nosotros no negamos que a esta chica alguien la golpeó, pero no fueron patovicas, porque no tenemos; ni personal de seguridad del boliche, que son militares o policías”. Es decir, admitió la ilegalidad, porque los efectivos de las Fuerzas Armadas no pueden prestar servicios de seguridad mientras están en actividad.
Si bien, luego en medio de la investigación, el teniente coronel Walter Ovidio Temperini, jefe del batallón del ejército, reconoció el hecho y las llamó "changas", el dato daba cuenta de la impunidad y connivencia estatal con que operaba el boliche.
“La seguridad actuaba con suma violencia, y eso está acreditado en el expediente”, dejó trascender un funcionario federal en medio de la investigación. Los testimonios daban cuenta de que “Sesnich sabía todo lo que ocurría dentro del local” y era él quien manejaba la seguridad y el destino de los muchachos que eran golpeados por los custodios del boliche.
Procesados como coautores de la desaparición de Sergio Ávalos
Por su participación directa en la desaparición y encubrimiento, el juez también procesó como coautores del delito a:
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Osvaldo Daniel Carracedo: Suboficial Mayor (retirado) del Ejército Argentino.
Roberto Alejandro Costa: Suboficial Principal (retirado) del Ejército Argentino.
María Alejandra Siboldi: Sargento Ayudante del Ejército Argentino.
Irene Esther Fuentes: Sargento Primero de la Policía de Neuquén.
Juan Darío Arévalo Smith: Comisario Inspector de la Policía de Neuquén.
José Luis Flores: Comisario Mayor de la Policía de Neuquén.
Alfredo Humberto Cortínez: Comisario Inspector de la Policía de Neuquén.
Pedro José Sepúlveda Palacios: Empleado civil.
Eugenio Alejandro Tarifeño: Jubilado.
Rubén Ángel Ferreyra: Oficial Inspector de la Policía de Neuquén.
Estas personas, muchas de ellas con cargos jerárquicos en las fuerzas de seguridad, formaban parte del dispositivo de seguridad del boliche o tuvieron participación activa en el encubrimiento de los hechos posteriores. Los embargos fueron a Tarifeño, Ferreyra y Sepúlveda por $40.000.000 cada uno; y a Carracedo, Flores, Cortínez, Arévalo Smith, Costa, Siboldi y Fuentes por $44.000.000 cada uno.
Pedro Nardanone
Dentro del grupo de partícipes necesarios de la desaparición forzada de Sergio Ávalos está Pedro Nardanone, actualmente jubilado, quien figura en el expediente como el propietario del boliche Las Palmas y su colaboración fue indispensable para que se concretara la desaparición. El juez dispuso un embargo de hasta 42 millones de pesos sobre sus bienes.
Dentro de la historia de Nardanone cabe destacar que es un empresario de Villa Regina que se hizo dueño de toda la manzana de Primeros Pobladores al 2000 donde funcionó Las Palmas. Una de sus hijas se puso en pareja con Sesnich, y la pareja que vivía en un departamento en ese complejo al momento de la desaparición de Ávalos, le dio una nieta a su papá.
En la causa, hay testimonio de empleadas del boliche que cuentan que “la Chechu”, como se hacía llamar la pareja de Nardanone en ese tiempo, les daba cocaína a las empleadas que atendían las barras para que no les ganara el cansancio. También, como se mencionó, el empresario tenía como mano derecha a Sesnich y solían cambiar la razón social de los locales para evadir deudas.
Procesados como partícipes necesarios de la desaparición de Sergio Ávalos
Además de Nardanone, el juez procesó como partícipes necesarios del delito a siete personas que habrían colaborado material o logísticamente en el accionar delictivo y posterior ocultamiento del paradero de Sergio Ávalos.
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Diego Alberto Herman: Sargento Ayudante del Ejército Argentino.
Cristian Rubén Cepeda: Técnico Geomático de la Policía de la Ciudad de Buenos Aires.
Rubén Gustavo Escobar: Comisario Mayor de la Policía de Neuquén.
Pablo Martín Fantón: Oficial Principal de la Policía de Neuquén.
María Teresa Monsalve: Mandataria del automotor.
Ítalo Edgardo Soto: Obrero de la construcción.
Pedro Ángel Pacheco: Trabajador de la construcción.
En cuanto a las medidas adicionales, dictó un embargo a Herman, Cepeda, Escobar y Fantón por un valor de $39.000.000 cada uno, mientras que a Monsalve, Soto y Pacheco les embargó $37.000.000 a cada uno.
Los imputados deberán cumplir una serie de restricciones bajo apercibimiento de que, en caso de violarlas, podrían ser detenidos con prisión preventiva. Entre las condiciones impuestas por el juez se encuentran la prohibición de salir del país sin autorización judicial, la obligación de no ausentarse de su residencia por más de diez días, informar cualquier cambio de domicilio de forma inmediata y presentarse durante los primeros cinco días de cada mes ante la Secretaría del Juzgado —si viven en la jurisdicción— o en la comisaría más cercana —si residen fuera de ella— para acreditar su paradero.
En el caso de Pablo Martín Fantón, quien reside en Paraguay, se requerirá asistencia a Interpol para confirmar su domicilio actual, y se le exigirá que se presente regularmente ante la delegación diplomática argentina más próxima, en los mismos plazos que el resto de los procesados.
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