¿Será un conservador, un reformista o alguien inesperado? Una de las particularidades del cónclave actual es que la mayoría de los votantes fueron designados por el propio Francisco.
El Vaticano anunció que el miércoles 7 de mayo comenzará el cónclave para elegir al nuevo papa, luego del fallecimiento de Francisco. La ceremonia tendrá lugar, como marca la tradición, en la Capilla Sixtina, donde se reunirán los cardenales con derecho a voto.
Esta práctica, con raíces que se remontan al siglo XIII, pone en marcha uno de los eventos más importantes y herméticos de la Iglesia católica.
De los 135 cardenales electores en condiciones de participar, 133 ya confirmaron su presencia. Los dos ausentes lo harán por cuestiones de salud. Entre los presentes habrá cuatro representantes argentinos: Víctor Fernández, Ángel Rossi, Vicente Bokalic y Mario Poli. La participación sudamericana cobra un peso particular, dado que casi el 14% de los electores proviene de América del Sur.
Una de las particularidades del cónclave actual es que la mayoría de los votantes —108 sobre 133— fueron designados por el propio Francisco. Este dato no es menor: podría inclinar la balanza hacia figuras que compartan su visión pastoral. Aun así, las tensiones internas entre sectores progresistas y conservadores siguen vivas dentro del Vaticano.
Perfiles que concentran las miradas
En la lista de candidatos más mencionados aparecen figuras de distintos continentes y posturas ideológicas. El cardenal húngaro Péter Erd, con 72 años, representa una visión doctrinal tradicional. Opuesto a reformas en temas como el celibato sacerdotal o la bendición de parejas del mismo sexo, se lo considera uno de los favoritos entre los sectores conservadores.
En el otro extremo, el italiano Matteo Zuppi, de 69 años, aboga por una Iglesia más inclusiva. Se muestra abierto al diálogo con la comunidad LGBTQ, respalda el celibato como opción y propone una estructura eclesial más participativa. Su cercanía a las ideas de Francisco podría convertirlo en uno de los principales contendientes si prevalece la voluntad de continuidad.
Otro nombre clave es el de Luis Antonio Tagle, de Filipinas. Su estilo pastoral, centrado en la cercanía con los fieles y la justicia social, lo posiciona como un candidato que combina el perfil progresista con la capacidad diplomática. Su trayectoria al frente de Caritas Internationalis y su experiencia en Asia lo convierten en un actor central si se busca fortalecer la dimensión global de la Iglesia.
Tensiones, continuidades y expectativas
Entre las cartas fuertes de la tradición eclesial se encuentran también Robert Sarah (Guinea), Willem Eijk (Países Bajos) y Albert Malcolm Ranjith (Sri Lanka), quienes sostienen posiciones doctrinales inflexibles. Todos se oponen tanto a la modernización de la liturgia como a las reformas sociales promovidas por Francisco. En caso de que el cónclave opte por un perfil más firme y conservador, estos nombres podrían emerger con fuerza.
Por otro lado, el cardenal Pietro Parolin, actual secretario de Estado del Vaticano, surge como una figura de equilibrio. Se lo percibe como heredero natural del estilo de gobierno de Francisco: moderado, diplomático y con experiencia institucional. Algunos analistas sostienen que su elección podría representar un gesto de unidad interna, en un momento en que la Iglesia necesita cohesión.
Entre los posibles “tapados” aparece Pierbattista Pizzaballa, patriarca latino de Jerusalén. Su perfil combina fidelidad doctrinal con sensibilidad ante temas como el conflicto en Medio Oriente o la situación de los migrantes. Aunque su visibilidad mediática es menor, su presencia geopolítica lo convierte en una opción estratégica.
Una decisión que marcará el rumbo de la Iglesia
Las votaciones para elegir entre los candidatos comenzarán el mismo miércoles, con la posibilidad de realizar hasta cuatro rondas diarias. Si se logra un consenso de dos tercios, el humo blanco saldrá de la chimenea de la Capilla Sixtina para anunciar al nuevo pontífice. Mientras tanto, el mundo católico espera: ¿ Se mantendrá el espíritu reformista de Francisco o vendrá una etapa de repliegue conservador?
La elección de un nuevo papa no solo determina la dirección pastoral de la Iglesia, sino también su posicionamiento global frente a desafíos como la desigualdad, el cambio climático, las migraciones forzadas y los derechos humanos. Lo que ocurra en el interior del cónclave durante los próximos días marcará el futuro inmediato del catolicismo y su impacto en el escenario mundial.
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