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La Mañana Perón

Apuntes sobre la Triple A

Los debates sobre los años setenta no cierran, se mantienen en el tiempo alimentados por la carga de dolor que significó la tragedia que vivimos los argentinos.

Uno de los temas menos investigados es la violencia de las bandas de derecha genéricamente denominadas Triple A. Un tema que, para el antiperonismo de izquierda y derecha es un caballito de batalla para denostar la figura del tercer Perón, y para los peronistas, un tema tabú sobre el cual no hay respuestas.

Las llamadas Triple A, nunca fueron una organización única y centralizada. Lo más correcto es ubicarlas como una federación de bandas de derecha, integradas por integrantes de servicios de inteligencia, militares, policías, militantes de grupos de extrema derecha, custodias de algunos sindicatos y delincuentes comunes, en todos los casos digitados desde los servicios de inteligencia de las tres armas. Su objetivo fue golpear la llamada zona blanda o periferia de la guerrilla, y crear un clima de caos que, añadido al accionar violento de la guerrilla, inclinase la opinión pública hacia la consabida receta de “hace falta un gobierno militar para que ponga orden”. De hecho, estas bandas operaron hasta el mismo 24 de marzo, pero el día 25 desaparecieron de los diarios, porque fueron reemplazadas por los grupos de tareas formalmente organizados por la dictadura.

Quienes acusan a Perón

Sobre la historia de los 70 se han tejido una serie de relatos construidos con verdades a medias que luego son repetidos reiteradamente sin volver a verificar su origen. Internet contribuye de manera notable, pues es posible encontrar textos idénticos reproducidos en distintas páginas y autores, lo que genera una idea de diversidad de fuentes, cuando en verdad es siempre la misma.

Una mentira o un dato incorrecto dicho miles de veces se convierte en una verdad, de la que es muy difícil retroceder. E implica un enorme esfuerzo para rebatir, pues el dato incorrecto, la verdad a medias o la mentira ya está instalada.

Uno de estos relatos es que Perón fue el creador de la Triple A, una siniestra organización que es el antecedente directo de la mecánica represiva que van a utilizar los militares a partir de 1976.

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Es importante reflexionar, quienes se benefician con esta teoría.

En primer lugar, los beneficiados, son justamente los militares genocidas y sus cómplices internos y externos. Si la Triple A las creo o avalo Perón (como dicen algunos) quiere decir que el genocidio comenzó en plena democracia. Esta falsedad da lugar a que la camarilla militar diluya su responsabilidad legal e histórica asumiéndose como “continuadores” de una política iniciada en democracia.

Dice el dictador Jorge Rafael Videla en su testimonio a Ceferino Reato (libro Disposición final pág. 169): “Qué fue la Triple A, sino la intervención directa personal de Perón, en el conflicto dentro de su movimiento con los grupos de izquierda que le disputaban el liderazgo la conducción. Luego del asesinato de Rucci hay una reunión secreta en Olivos promovida por Perón con las cabezas del peronismo. donde Perón mostró su enojo contra el ala izquierda de su movimiento. Allí se decidió que la cúpula del peronismo tomara la iniciativa, según una directiva, avalada por Perón, del Consejo Superior del peronismo, que deriva en una guerra clandestina contra el ala izquierda en eso juega Perón personalmente. El elemento la mano que ejecuta es López Rega. Luego de la muerte de Perón la Triple A y el propio López Rega fueron inmanejables. Al final López Rega termina alejado del país por presión nuestra: nos molestaba porque la gente no sabía si las acciones de la Triple A eran de López Rega, o eran “chistes” de nosotros.”

Lo que no dice Videla aquí es que luego de la ida de López Rega en julio de 1975, las bandas paramilitares siguieron asesinando gente hasta el mismo 24 de marzo, momento en que cesaron para dar paso a los grupos de tareas ya oficiales de las fuerzas armadas.

En segundo lugar, esta teoría satisface a los “espíritus gorilas” de izquierda y derecha, que justifican así su desprecio a la figura de Perón. Porque este “tercer Perón facho”, vendría a ser la “continuidad” de aquel Perón “nazifacista” del 45, cuando izquierda y derecha se unían en la Unión Democrática bajo el mando del embajador Spruille Braden. Es darse el “gusto histórico” de decir “nosotros teníamos razón”.

Lamentablemente varios investigadores e historiadores que se dicen o consideran más o menos peronistas, adhieren con fervor a esta teoría.

Un argumento muy común para cargarle responsabilidad a Perón, es: “Perón no podía desconocer la existencia de estas bandas de derecha, por lo tanto, las permitía”. Este razonamiento podría ser valido en un proceso democrático normal como el que vivimos desde 1983 a la fecha.

Pero recordemos que el 25 de mayo de 1973, la guerrilla del ERP decidió mantenerse en la clandestinidad y seguir realizando atentados contra policías, militares, sindicalistas y empresarios. Otro tanto hizo una fracción de las FAP (Fuerzas Armadas Peronistas) y FAR y Montoneros que también continuaron su accionar militar, pero sin firmar, por ejemplo, la ejecución de José Ignacio Rucci.

Por lo tanto, en ese momento, que un ministro tenga una custodia civil fuertemente armada, que cada sindicalista la tuviese y que cada grupo de activistas tuviese armas, no era un secreto desconocido por nadie. Y con el mismo criterio de adjudicarle a Perón la protección de las bandas de derecha, se le podría querer adjudicar la protección de la guerrilla, en tanto, 15 días antes del asesinato de Rucci, Perón estuvo dos largas horas reunido a solas con Quieto y Firmenich. Entonces, no faltara quien diga que Perón mandó a matar a Rucci.

Bonasso, Feinmann y el Somaten

Uno de los propulsores de la teoría de Perón creador de la Triple A es el conocido escritor Miguel Bonasso quien en su libro “El Presidente que no fue” toma una frase que escucho de Gloria Bidegain para fundamentar su teoría.

Dice Miguel Bonasso: “En una de esas tertulias, en las que había algunos extraños que Gloria no conocía, Perón se volvió hacia Don Oscar y dijo algo extraño, que la jovencita tardaría años en descifrar. “- Lo que hace falta en Argentina es un "Somatén". Mucho después, la hija de Bidegain creyó recordar que el Somatén había sido un cuerpo represivo no oficial probablemente creado por Franco, que había actuado después de la caída de la República. La sombra de aquella charla se extendería sobre los cadáveres que la Alianza Anticomunista Argentina sembraría en los bosques de Ezeiza, alimentando una sospecha que Gloria no podría confesarse nunca: la idea de la Triple A no había nacido de la cabeza de López Rega, sino en la del propio Perón.”

“¿Por qué el General había exhumado el Somatén ante el padre de Gloria? Porque estaba bastante confundido respecto de Bidegain. Creía que seguía siendo un nacionalista de derecha y depositaba en él esperanzas que luego se irían desvaneciendo. Que tal vez empezaron a desvanecerse en ese mismo viaje. Merced al candor de una joven de veinte años.”

Jose Pablo Feinmann reproduce lo de Bonasso en sus cuadernillos de Página 12, luego editados como libro. Allí es que Gloria Bidegain escribe una carta de respuesta que transcribimos:

“Estimado Sr. Feinmann:

“Le escribo porque sigo atentamente sus cuadernillos sobre Peronismo en Página/12 y deseo agregar un par de detalles, en lo que a mí respecta, al del último domingo. Soy la ya no tan joven Gloria Bidegain, acompañante de mi padre, el entonces gobernador electo de la provincia de Buenos Aires, en la visita al general Perón novelada por Bonasso a que usted se refiere. Efectivamente, Perón mencionó al Somatén, como lo hizo otras veces, delante de otras personas, incluso de la Juventud Peronista, como consta en bibliografía de la época. Eso es todo. Los sentimientos, “sospechas terribles”, pensamientos, etc. que se me atribuyan corren por cuenta del escritor Bonasso. Yo no sólo no los comparto, sino que los combato, ya que es tan absurdo creer que Perón fue jefe de una banda de asesinos terroristas como las tristemente célebres Tres A, como útil para quienes quieren convertirnos a los peronistas en victimarios cuando siempre hemos sido víctimas.”

“Prueba de ello es que, a pesar de los pesares, sigo siendo peronista, diputada de la Nación y presidenta del Partido Justicialista de Azul, todos lugares desde donde apoyo a nuestro gobierno con total decisión y compromiso, venerando el recuerdo de Perón y Eva Perón y recordando cada día a los héroes y mártires de nuestro movimiento y a tantos compañeros caídos en la lucha que también usted nos recuerda permanentemente en sus artículos y documentos por críticos que éstos sean. Y con todo el derecho y el deber de serlo si así lo cree.”

Gloria Bidegain

Confesiones que los muertos no lo pueden desmentir

Luego de la desmentida de la Diputada Gloria Bidegain, el escritor Miguel Bonasso en su nuevo libro “Lo que no dije”, deja de lado la “teoría del Somaten”. Y ahora, respecto la Triple A, dice: “Pocos, pero informados, como el autor de la Constitución del 49, Arturo Sampay, la suponían creada y conducida por el propio Perón.”. Ya, en su libro anterior, dice que Sampay “me deslizo en privado, que la muerte de Mugica es la respuesta de Perón al retiro de Vds de la Plaza”

Sampay un peronista histórico fallecido en 1977, no tiene la posibilidad de Gloria Bidegain de desmentir al ex director del Diario Noticias. Estas frases no tendrían mayor trascendencia si no fuera porque han sido recogidas y multiplicadas miles de veces en Wikipedia y cientos de páginas de internet. Y cualquier joven que busque información sobre Mugica se encuentra con la “terrible hipótesis” (así la llama) de Bonasso.

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He recogido el testimonio de tres personas estrechamente vinculadas en vida al Don Arturo Sampay.

Jorge Francisco Cholvis, fue Profesor Adjunto de la materia Derecho Constitucional II Parte, en la U.B.A., de la Cátedra del Dr. Arturo E. Sampay, desde 1973 a de marzo de 1976. Fue, designado por el Dr. Arturo E. Sampay, jefe de Investigaciones del Instituto de Derecho Constitucional de la Facultad de Derecho. En el 2012 ha sido coordinador de la edición de las “Obras Selectas de Arturo E. Sampay”. Entre otros antecedentes. Discípulo y amigo de Sampay desde 1970 hasta su fallecimiento en 1977.

Jorge F. Cholvis en testimonio expresó: “En primer lugar debo aclarar que Sampay era una persona de profundas convicciones éticas, que tenía un gran respeto y aprecio por el General Perón, respeto y amistad que era mutua. Yo jamás escuche de su boca o por terceras personas que don Arturo opinase eso, a lo que se refiere el señor Bonasso. Y no dudo que si hubiese tenido una opinión de esa naturaleza se hubiese alejado de Peron y el peronismo. Sin embargo, aunque no cumplía funciones en el estado, Perón deseó conocer su opinión sobre el Tratado del Río de la Plata de 1973; y luego le pidió que prepare un proyecto de ley creando la figura de primer ministro. Isabel, a poco de asumir la presidencia pidió a Sampay que colaborara asesorándola en diversas cuestiones de Estado, tarea que realizo hasta el 24 de marzo. El 19 de febrero de 1976 el gobierno público el Decreto N° 620/76, por el que declaró programáticamente prioritaria, la reunión de una Convención Constituyente. Los fundamentos de este decreto fueron el ultimo aporte de Sampay en el intento de afrontar los momentos que se avecinaban”

Felipe A. González Arzac, ha sido amigo de Sampay desde 1955 hasta su muerte física, y compartido Catedra en la UBA. A mi respondió: “Que alguien me diga que el insigne maestro acusaba a Perón de haber ordenado matar al Padre Mujica, es un agravio a Sampay que no puedo admitir, porque él admiró a Perón desde que Jauretche lo llevó al peronismo, cuando el Peronismo nacía (ambos eran de origen radical e Yrigoyenistas).”

“Sampay no abandonó el Movimiento Peronista ni en los momentos en que la dirigencia secundaria trató de excluirlo y lo obligó a exiliarse. Y cuando el General estuvo en el exilio reconoció que la supresión de las reformas de 1949 habían sido el objetivo de la antipatria. Por su parte, el Maestro aceptó asesorar a la viuda del General, en la búsqueda de una solución jurídica para la situación política engendrada por la muerte del líder.”

“Por estas razones entiendo que una versión como la que me consultan no merece ser tratada y ofende las memorias de Perón, Sampay y el Padre Mujica.”

El Doctor Arturo Enrique Sampay, hijo, actualmente se desempeña en el Poder Judicial de la Pcia. de Bs. As., ante la consulta respondió: “sobre estos temas de la violencia hablamos mucho con mi padre cuando éste guardaba cama, ya debilitado por el cáncer. Él estaba convencido que era muy riesgoso que los jóvenes se organizaran en forma armada, justamente por las trampas que podían tenderle los organismos de seguridad (regulares e irregulares) que con apoyo externo de toda índole custodiaban el "patio trasero" -no hay que olvidar que eran tiempos de la guerra fría-, pero jamás le endilgó a Perón ser partícipe de esas acciones antirevolucionarias. Es más, las poquísimas veces que personificó a la "inteligencia" que podía estar detrás de la desarticulación de los procesos de liberación que asomaban en América Latina, los nombres eran Robert Mac Namara o Henry Kissinger.”

De los tres testimonios podemos inferir dos conclusiones: primero; las “confesiones” que dice haber escuchado Bonasso, eran desconocidas para los más cercanos colaboradores de Sampay y para su propio hijo. Segundo, Sampay, colaboro con Peron y a su muerte fue convocado como asesor de Isabel Perón, estando en ese rol hasta el 24 de marzo de 1976. Difícilmente el Dr. Sampay hubiese aceptado colaborar si su pensamiento era el que dice Bonasso; y tampoco el gobierno lo hubiese convocado.

Don Arturo Sampay ya no está, para escribir una carta como Gloria Bidegain. Pero estos tres testimonios creemos son suficiente prueba para poner en duda la “confesión” recibida por el señor Bonasso. Esperamos que todos los que recogieron y repitieron su opinión como una “verdad revelada” incorporen estas tres versiones que lo desmienten.

La lista de la Latin American Studies Association

En el año 2005, el investigador Sergio Bufano publicó en la revista Lucha Armada una nota titulada “Perón y la Triple A”, elaborada en base a un estudio de la Latin American Studies Association. Este artículo y la lista publicada, son frecuentemente citados por distintos investigadores y escritores que se refieren a la Triple A.

Dice Sergio Bufano: “No es una herejía mostrar el lado oscuro del líder. En el contexto de una época compleja, Perón recurrió a métodos terroristas ajenos al mandato que la sociedad, ansiosa de paz y democracia, le había otorgado. “Si la memoria requiere de insumos precisos, la siguiente cronología contribuye a registrar la violencia paraestatal producida durante las gestiones de Lastiri y de Perón. La lista fue elaborada por el Latin American Studies Association y publicada por la Universidad Nacional Autónoma de México en 1978. Es incompleta y sólo se registraron algunos de los atentados dirigidos contra los grupos de izquierda, particularmente las organizaciones de base del peronismo vinculado a la organización Montoneros. La lista culmina un día después de la muerte del Presidente Perón.”

Voy a tomar las palabras de otra investigadora local, Araceli Bellotta, que en una nota publicada en la Nación refuta a Hugo Gambini sobre el mismo tema.

“Los historiadores cuentan con dos herramientas básicas para la construcción del relato de los hechos del pasado, los documentos y el estudio del contexto en el que sucedieron los acontecimientos.” “No es posible, siquiera, comenzar la tarea si no se dispone de fuentes fidedignas para sustentar lo que se afirma. Pero, además, muchas veces esas fuentes no corroboran con certeza la hipótesis con la que el autor se acercó a la cuestión.”

“Sin embargo, en los últimos tiempos, parece haberse instalado una nueva moda en la historiografía argentina que consiste en recortar los documentos o ignorar el contexto con tal de probar la propia mirada.”

Hay suficiente información ya publicada sobre cuál era el contexto de violencia de la época. Una violencia que no cesa el 25 Mayo cuando asume Campora, y que luego va creciendo en espiral a lo largo de los meses. Violencia alentada públicamente por el ERP y las FAP que no aceptaban ninguna tregua; por las acciones encubiertas de Montoneros; por las bandas del CNU; por algunas bandas sindicales y detrás de ellos por las manos de la inteligencia militar.

Entonces un análisis serio requiere diferenciar la violencia contextual de la época, de la acción de una organización parapolicial autodenominada Triple A. Dentro de la violencia contextual de la época, ubicamos también a las conductas represivas de la policía, que venía de años de dictadura y no se corregía en tres meses. La violencia entre diferentes grupos universitarios; la violencia entre la militancia que circulaba armada; y la violencia entre grupos sindicales.

Un ejemplo típico del contexto son dos frases de época. Una pronunciada por el Diputado de la JP Armando Croatto que el 20 de junio dio título para los diarios manifestando: “Nosotros no vamos a envaselinar las armas”. Y la otra de Felipe Romeo director de El Caudillo: “Sabemos tirar muy bien y no hemos dejado oxidar las pistolas.”

Lo que hace la cronología de la Latin American Studies Association es un recuento de los hechos de violencia con víctimas de izquierda que se produjeron desde julio del 73 hasta la muerte de Perón en julio del 74. Adjudicar esos hechos al accionar de la Triple A y/o responsabilizar a Perón de esta violencia es totalmente tendencioso e inexacto.

El accionar de la Triple A, se dio luego de la muerte de Perón y tuvo algunas características especiales: primero; como el objetivo era sembrar el terror realizaban amenazas previas y luego confirmaban a través de comunicados públicos.

Segundo; se caracterizaban por un gran despliegue de hombres y armamento, utilizando los ya temibles Ford Falcon y la protección de “zonas liberadas” por la policía. El mismo formato operativo que utilizaran después del 24 de marzo, con la deliberada diferencia que ya las víctimas no aparecerán al borde de las rutas y los diarios dejaran de publicarlas.

Analisis de la lista de Latin American Studies Association

Para el análisis vamos a tomar los primeros casos de asesinatos. De su observación se desprende que no se trata de crímenes realizados por una organización única y centralizada y mucho menos que Perón los avale de alguna manera. Creemos que estos ejemplos, dan por tierra la pretendida “seriedad” de la lista de Latin American Studies Associaton.

Caso1

Dice Latin American: “22 de Julio de 1973 (San Nicolás, Buenos Aires) Benito Spahn, miembro de la Juventud Peronista, que había sido objeto de amenazas por parte de gremialistas adictos a la CGT durante el proceso electoral de marzo, fue asesinado por Tomás Roberto Cardozo, guardaespaldas de José Rucci, secretario general de la CGT.”

Testimoni Roberto Karaman, quien en esa fecha era uno de los jefes de la JP/Montoneros de San Nicolás.

Roberto Karaman: “Yo conocía bastante al primo de Spahn. Benito, no era de la Tendencia. Era de la Juventud “Justicialista”. Había entrado en la lista de Concejales del Interventor del PJ Pariccini, que logro imponerla contra la nuestra (de la JP) y contra la de la UOM. A Spahn lo mata un tal Cardozo que era un protegido de la UOM. Se produce durante un baile, en una pelea. Tal vez habría alguna “pica” política, pero de ninguna manera fue un atentado contra la Tendencia y mucho menos de la Triple A.”

Caso2

Dice Latin American :”29 Julio de 1973(Córdoba) Eduardo Jiménez, liberado de su prisión el 25 de mayo, miembro del ERP, fue detenido y asesinado por la policía local.”

Está claro que lo mata la policía cordobesa. En ese momento el Gobernador de Córdoba era Obregon Cano y Atilio López su Vice. Nada indica que el gobierno provincial aliado a la Tendencia, alentase este tipo de hechos.

Caso3

Dice Latin American: “14 de Septiembre de 1973 en Campana, Provincia de Buenos Aires, el dirigente peronista Horacio M. Oróstegui, conocido como perteneciente al ala izquierda del movimiento, fue asesinado el día anterior. Interventor en el Partido Justicialista de esa ciudad, ocupaba el primer lugar en la nómina de diputados suplentes de su partido”

Horacio Manuel Orostegui pertenecía a la Agrupación “17 de Octubre Ortodoxia al Servicio de Perón”. Claramente esa Agrupación (con ese nombre) no era de izquierda, ni de la Tendencia. Además, el cargo de Interventor del PJ, difícilmente cayera en manos de militantes de la izquierda. Dos meses antes, habían asesinado a Alberto Armesto también de la ortodoxia del peronismo y este nuevo crimen se interpretó como una venganza. Su hijo Alberto Armesto (h) nos dio el siguiente testimonio.

Alberto Armesto: “Mi padre y Orostegui pertenecían al peronismo ortodoxo; no tenían que ver con la Tendencia. Siempre se habló que ambas muertes estaban vinculadas por alguna disputa, pero nunca de probo nada. Entre las hipótesis jamás apareció que fuesen obra de la Triple A.”

Caso 4

Dice Latin American: “5 de Octubre de 1973 (San Nicolás) Asesinan al periodista José Colombo, miembro del diario El Norte. Los atacantes manifiestan que ese medio está “lleno de comunistas”.

En este caso también recurrimos a los testimonios de los entonces dirigentes de JP, Roberto Karaman y Guillermo Cappadoro.

Karaman: A Colombo lo mata el loco Sanz, con un secuaz, un tal Cardozo, al que “le faltaba un tornillo”. Sanz era un vasco chiflado, había peleado con los republicanos, después pasó por Cuba, pero acá era de la ortodoxia peronista. Se paseaba por San Nicolas con dos 45 y 2 granadas en los bolsillos. Cuando lo matan a Colombo, se escapan por la ruta 51 y en Arrecifes los para la caminera, le abren el baúl y estaba lleno de fierros. Los dos fueron en cana. Sanz murió preso y el otro chiflado salio y al tiempo lo mato la policía.”

Guillermo Cappadoro recuerda tambien a Sanz como un loco peligroso: “Cuando lo apresa la policía después del asesinato de Colombo, declara en la comisaría que el segundo de la lista era yo. Luego cuando estuve preso en la UP3 de San Nicolás en marzo de 1976, Sanz estaba como bibliotecario por buena conducta. Se asomó a mi celda, me acercó la lista de libros y me dijo: “elegí el que quieras. Vos tenés prioridad porque, te sabés jugar las pelotas y por eso te respeto, aunque quise matarte”.

El “loco Sanz” tampoco era un cuadro orgánico de la Triple A, ni tuvo protección policial ni judicial, fueron detenidos, juzgados y condenados.

Estos son cuatro de los primeros crímenes donde surge claramente que no fueron obra de la organización Triple A. Sino, fruto de un proceso de violencia ya instalado que lamentablemente se fue acelerando con las “venganzas” mutuas, en el correr de los meses.

Ahora nos vamos a referir al caso de Solari Yrigoyen que es el que siempre de presenta como la “primera acción firmada por la Triple A”

Caso 5

Dice Latin American “21 de noviembre (Buenos Aires) En el momento en que iba a poner su automóvil en marcha estalla una bomba de alto poder que hiere gravemente al senador nacional radical, doctor Hipólito Solari Irigoyen. En un comunicado hecho llegar a los diarios se responsabiliza por la acción un grupo autodenominado Alianza Antimperialista Argentina (AAA).”

Solari Irigoyen no era un cuadro de la izquierda, sino un senador radical que en esos días cuestionaba muy fuertemente la sanción de la Ley de Asociaciones Profesionales avalada por los sindicatos. Por eso la primera sospecha recayó sobre la UOM, cuyo líder Lorenzo Miguel, se apersono en la clínica donde estaba internado para ofrecerle su solidaridad.

isabel martinez de peron - lorenzo miguel

Los diarios de esas fechas, comenzando por Noticias (el diario de Montoneros) y las revistas El Descamisado, Militancia, y Estrella Roja que registraban minuciosamente los atentados de la derecha, ninguno mencionaba un comunicado y/o autoría de la Triple A, nombre que todavía era desconocido. Solari Irigoyen en declaraciones posteriores, hace mención que había recibido una carta con tres A y la leyenda “Alianza Antiimperialista Argentina”. La futura Triple A se denominará Alianza Anticomunista Argentina. Hoy existe información que el presunto autor el atentado habría sido el militar Héctor Vergez quien fue luego jefe del Comando Libertadores de América en Córdoba, lo que sería una “franquicia” de la Triple A dirigida e integrada por militares en actividad en el Tercer Cuerpo de Ejército.

La primera operación firmada públicamente por la Triple A, fue el asesinato de Ortega Peña, el 31 de Julio de 1974, treinta días después de la muerte del General Perón. Un operativo que por el despliegue de hombres y vehículos y la sospechosa cobertura policial, lleva el sello de lo que serán los crímenes de dicha banda.

Concluyendo, la mencionada lista de la Latin American Studies Association que se ofrece como “prueba” del accionar de la Triple A, es solo una recopilación de hechos de violencia tomados de los diarios. Donde no están incluidos los atentados y ejecuciones realizadas por las organizaciones guerrilleras.

En próximas notas seguiré desarrollando el tema de las dudosas fuentes sobre las que se asientan los relatos conocidos sobre la Triple A y el accionar de esta federación de bandas a partir de agosto de 1974, luego del fallecimiento del General Perón.

*Aldo A Duzdevich autor de La Lealtad- Los Montoneros que se quedaron con Perón y Salvados por Francisco

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