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Sexo, traición y muerte: a 15 años del crimen de la novia que mató a su amiga de un mazazo

Silvia Luna culpó a su mejor amiga de viralizar un video íntimo que arruinó su boda y la asesinó brutalmente. La estremecedora historia.

A 15 años de un crimen que mezcló morbo, traición y furia descontrolada, recordamos el espeluznante caso que conmovió a la localidad bonaerense de General Las Heras, donde Silvia Luna mató de un mazazo a su mejor amiga, Carola Bruuzzono.

El brutal crimen se desencadenó cuando Silvia, a punto de casarse, vio un video íntimo suyo que se filtró y expuso una infidelidad días antes de su casamiento y terminó con su boda. Convencida de que la responsable era su mejor amiga, decidió matarla a mazazos en el restaurant donde ambas trabajaban. Una historia donde el sexo, el escándalo y la traición se mezclaron con el morbo de todo un pueblo.

Hoy, turistas aún preguntan por el lugar del ataque como si se tratara de una curiosidad macabra. La historia, atravesada por la traición, los rumores y la violencia, truncó una boda, terminó con una vida y llevó a otra tras las rejas. En un pueblo donde “todos se conocen”, ese vínculo roto entre dos amigas se convirtió en “un infierno grande”.

Silvia Luna. Crimen
Silvia estaba a pocos días de casarse cuando se viralizó un video íntimo suyo que acreditaba que le había sido infiel a su futuro marido.

Silvia estaba a pocos días de casarse cuando se viralizó un video íntimo suyo que acreditaba que le había sido infiel a su futuro marido.

El principio del fin: así fue el crimen

Silvia Luna iba a casarse con su pareja Juan, el 24 de abril de 2010. El vestido blanco ya estaba elegido, las invitaciones entregadas y el salón listo para recibir a decenas de familiares y amigos.

Pero en los días previos, algo comenzó a torcer ese rumbo: un video íntimo protagonizado por Silvia empezó a circular por los teléfonos del pueblo. La imagen era nítida. La mostraba practicándole sexo oral a un hombre en un hotel de alojamiento. No había dudas de su identidad. Y aunque había sido filmada más de un año antes, su aparición en ese momento lo contaminó todo.

La primera señal de alarma llegó una tarde cuando Juan recibió un mensaje por WhatsApp. El video no se descargó por falta de espacio, pero el texto que lo acompañaba fue claro: ¿Te diste cuenta de que sos un cornudo?”. Silvia, sorprendida, intentó convencerlo de que era una broma pesada. Pero esa noche no durmió. Sospechaba que lo peor aún no había pasado.

En los bares, en las verdulerías, en la plaza central del pueblo, el video era tema excluyente. Y junto a las imágenes, los rumores. Algunos decían que Carola Bruzzone, la mejor amiga de Silvia, planeaba vestirse de negro, emborracharse y proyectar el video en pantalla gigante durante la fiesta. Para Silvia, esa amenaza, jamás comprobada en sede judicial, se volvió una certeza y enfureció.

Video
La viralización del video provocó el crimen.

La viralización del video provocó el crimen.

La amistad entre Silvia y Carola que terminó en crimen

Carola no era cualquier persona. Habían nacido el mismo día, un 7 de noviembre, se conocían desde hacía años, y compartían largas charlas en los descansos del restaurante Matute, donde trabajaban: Silvia como moza, Carola como ayudante de cocina.

Fue en una de esas conversaciones donde surgió una propuesta que cambiaría todo. Silvia atravesaba un mal momento: vivía con su pareja, sus dos hijos adolescentes y su suegro viudo, enfermo de cáncer. Agobiada por las tensiones domésticas, escuchó el consejo de su amiga: que se distrajera, que buscara una aventura.

Tiempo después comenzó un vínculo con un proveedor casado, con quien se encontró en dos ocasiones. En la segunda, en febrero de 2009, se filmaron teniendo sexo en un hotel de Cañuelas. Silvia le mostró el video a Carola, sin saber que esa decisión marcaría su destino.

Carola Bruzzoni.
Carola Bruzzoni tenía 38 años y se desempeñaba como ayudante de cocina en el mismo restaurante donde trabajaba Silvia Luna.

Carola Bruzzoni tenía 38 años y se desempeñaba como ayudante de cocina en el mismo restaurante donde trabajaba Silvia Luna.

Según la hipótesis que surgió durante el juicio, Carola pudo haber copiado el video en ese momento. También se ventiló un episodio anterior que habría deteriorado la relación: Carola, que sospechaba de una infidelidad de su marido, le pidió a Silvia que lo pusiera a prueba enviándole mensajes insinuantes. El hombre respondió al instante, proponiéndole un encuentro. Desde entonces, la amistad entre ambas cambió. Algunos jueces interpretaron que la difusión del video fue un acto de venganza, más que una broma cruel.

En ese clima, el sábado 17 de abril Silvia fue al restaurante a pedirle explicaciones a Carola sobre todo lo que se estaba diciendo en el pueblo. En la puerta, llamó a su jefe llorando: le dijo que no iba a trabajar más, que se había peleado con su amiga.

Adentro, Carola hablaba por teléfono en el patio interno. Silvia entró a la cocina y la acusó de querer traicionarla. Según la Justicia, discutieron y forcejearon a los gritos. Fue en ese momento que Silvia tomó una maza de medio kilo para machacar milanesas y le pegó en la cabeza. El golpe fue directo al lado izquierdo del cráneo.

Carola no se desplomó. Se levantó, gritaron, se empujaron. Hubo testigos. Se enfrentaron físicamente hasta que la herramienta se desarmó: una se quedó con el mango, la otra con el hierro. Aunque no era la primera vez que discutían, ese cruce superó todo lo anterior.

Finalmente, Silvia se fue del lugar. Carola, con un trapo y hielo sobre la cabeza, rechazó la oferta de ir al hospital. Solo aceptó que su jefe la llevara a su casa. Cinco horas más tarde, su marido notó que no hablaba con claridad. Fue llevada a una guardia, donde le dieron puntos por la herida. Pero cuando el médico palpó la zona, detectó un hundimiento. Era un hematoma extradural, un coágulo que requería intervención quirúrgica inmediata. La operaron tres veces. No sobrevivió. Murió el 26 de abril, dos días después de la boda que nunca ocurrió.

La asesina tras las rejas

Silvia fue detenida. En febrero de 2012 fue condenada a diez años de prisión por homicidio simple. Sin embargo, al año siguiente, el Tribunal de Casación Penal de La Plata redujo la pena a cuatro años, al considerar que había actuado bajo emoción violenta. Cumplió su condena en un penal de Florencio Varela y recuperó la libertad en 2013.

En su defensa, Silvia sostuvo que no había querido matarla, que el golpe fue producto del miedo a ser agredida y de la desesperación. La justicia descartó esa versión. El fallo señaló que no hubo ataque por la espalda, que el lugar y el contexto no indicaban premeditación, pero que el accionar fue violento y desproporcionado.

Silvia Luna. Crimen.
Silvia Luna junto a Juan, quien era su pareja en ese momento, antes del crimen.

Silvia Luna junto a Juan, quien era su pareja en ese momento, antes del crimen.

También destacaron que los rumores del video influyeron en su estado emocional. Para algunos, el crimen fue una consecuencia del escarnio y los chismes propios de un pueblo pequeño. Para otros, fue una reacción desmedida ante una traición no probada.

Después de recuperar la libertad, Silvia se mudó a Monte Grande con sus padres. Más tarde conoció a Leandro Scacheri, un interno que cumplía condena por robo con arma de fuego. Cuando él fue liberado en 2017, empezaron una vida juntos. Tuvieron un hijo y se instalaron en el sur del conurbano. Ella retomó sus estudios para ser enfermera. Nunca regresó a Las Heras ni volvió a tener contacto con Juan, el hombre con quien iba a casarse. Se recibió de enfermera y comenzó de nuevo.

Su hijo, que tenía 20 años al momento del crimen, se recibió de abogado inspirado por el proceso judicial que lo marcó.

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