El Gobierno habilitó un nuevo sistema de importación directa. Qué modelos aplican, cuánto salen con impuestos y qué documentación se necesita.
El Ministerio de Desregulación y Transformación del Estado presentó un nuevo régimen de importación directa de vehículos, con la intención de habilitar la llegada de autos como los de Teslasin intervención de concesionarios. La propuesta contempla tanto unidades nuevas como usadas, incluso se extiende a vehículos de trabajo vinculados a sectores estratégicos como minería y petróleo.
El ministro Federico Sturzenegger explicó que el nuevo sistema parte de una lógica simple: si un auto puede circular legalmente en Estados Unidos o en Europa, también debería poder hacerlo en Argentina. En lugar de exigir una licencia previa de importación, la persona interesada solo necesitaría realizar la Verificación Técnica Vehicular (VTV) nacional y presentar la documentación exigida.
Sin embargo, el esquema aún no tiene aplicación práctica efectiva. La implementación depende de una reglamentación técnica pendiente. Mientras tanto, la legalidad de la importación individual sigue en pie, pero está condicionada por normas complejas y costos elevados.
Cuánto cuesta traer un auto eléctrico
Uno de los ejemplos más representativos para estimar los costos es el Tesla Model Y, un vehículo eléctrico ofrecido en Uruguay por Autoimport SAS. Allí se comercializa por USD 69.900 con IVA incluido. Al tratarse de una importación extrazona (Tesla no produce en el Mercosur ni en México), se aplica una estructura tributaria completa.
Al restar el 22% de IVA uruguayo, el valor FOB estimado se reduce a USD 57.295. A ese número deben sumarse los siguientes conceptos:
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Flete y seguro: USD 2.500
Arancel de importación (35%): USD 20.053
Tasa estadística (3%): USD 1.719
Logística local: USD 1.000
Tributos nacionales y provinciales (10%): USD 8.256
IVA (21%): USD 19.073
El costo final para importar un Model Y por cuenta propia ronda los USD 109.896. Aunque el nuevo régimen podría eliminar algunos pasos burocráticos, no suprime impuestos, aranceles ni demoras técnicas. Además, el vehículo debe cumplir con las normativas vigentes en el país, como la exigencia del Control de Estabilidad (ESP), lo cual no siempre ocurre en todas las versiones vendidas en el exterior.
Qué obstáculos técnicos persisten y cuándo se pondría en marcha el sistema
Más allá del costo, existen barreras técnicas que hoy limitan la implementación del nuevo régimen. Una de las claves está en reemplazar la actual Licencia de Configuración de Modelo (LCM) por un Certificado de Seguridad Vehicular (CSV), que valide automáticamente vehículos ya aprobados en mercados como Europa o Estados Unidos. Esta modificación surge del decreto 196/2025, que modificó la Ley Nacional de Tránsito.
Actualmente, importar de forma individual requiere también la Licencia de Configuración Ambiental (LCA), emitida por la Subsecretaría de Ambiente. Se trata de trámites complejos, con plazos largos y una documentación técnica difícil de conseguir, especialmente para modelos que no se venden en el país.
Otro punto crítico es el acceso a repuestos. Los modelos sin presencia oficial en Argentina no cuentan con un canal de servicio postventa, lo que encarece y demora reparaciones. Por esta razón, muchas aseguradoras se niegan a cubrir estos vehículos o solo ofrecen seguros contra terceros.
El Gobierno también contempla incluir autos usados bajo condiciones más flexibles. Esta posibilidad podría atraer a quienes buscan modelos discontinuados o no disponibles localmente. En sectores industriales como el petrolero, se estima que la importación directa de camiones o maquinaria podría reducir costos operativos en hasta un 40%.
Desde la cartera que lidera Sturzenegger señalaron que la reglamentación técnica estará lista en dos semanas. Sin embargo, el anuncio original ya lleva más de un mes sin avances concretos. Hasta tanto se publique el texto definitivo, las promesas de simplificación continúan en suspenso.
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