Alertas por apagones y fallas en satélites: la tormenta solar extrema que impactará en la Tierra
Una llamarada, la más potente de 2025, ya está alterando sistemas de comunicación. Qué puede pasar con la electricidad, el GPS y la salud.
El pasado 14 de mayo de 2025, el Sol liberó una de las tormentas más poderosas registradas en los últimos tiempos. Clasificada como una llamarada de clase X2.7 —la categoría más alta dentro de la escala que mide este tipo de fenómenos—, la explosión generó una eyección de masa coronal de dimensiones colosales que ya comenzó a influir en el campo magnético terrestre.
Según la NASA, el fenómeno no solo provocó interferencias en las comunicaciones de radio en zonas del Medio Oriente, sino que también activó alertas internacionales por sus posibles efectos sobre satélites, sistemas de navegación, redes eléctricas y salud humana. La tormenta coincide con el llamado “máximo solar”, un período en el que la actividad del Sol alcanza su punto más alto dentro de un ciclo de 11 años.
La eyección solar, que adoptó una forma que los científicos bautizaron como “Ala de Pájaro”, se extendió por más de 967.000 kilómetros, una distancia equivalente a unas 75 veces el diámetro de la Tierra. Esta gigantesca nube de plasma cargado viaja a gran velocidad y su choque con el planeta genera alteraciones geomagnéticas que podrían continuar durante varios días.
Interferencias, auroras y cortes: los efectos posibles de la tormenta
Las tormentas solares no son meras curiosidades astronómicas. Su interacción con el campo magnético de la Tierra puede provocar efectos concretos y peligrosos. Entre las consecuencias más probables se encuentran los apagones eléctricos en regiones cercanas a los polos, errores en sistemas de navegación satelital, fallas en redes de comunicación e incluso auroras visibles en lugares poco habituales, como el norte de México o el sur de Argentina y Chile.
Distintos organismos científicos —incluidos la NASA, la NOAA (Administración Nacional Oceánica y Atmosférica de EE.UU.) y la Agencia Espacial Europea— emitieron alertas para seguir de cerca el fenómeno y recomendaron a la población no depender exclusivamente de sistemas GPS, estar atentos a comunicados oficiales y limitar el uso de dispositivos electrónicos en los momentos de mayor actividad solar.
La física espacial Tamitha Skov, reconocida por su trabajo en predicción de tormentas solares, explicó que la estructura de esta erupción apunta directamente hacia la Tierra, lo que eleva las probabilidades de un impacto directo. Además, nuevas regiones de manchas solares comenzaron a orientarse hacia nuestro planeta, por lo que podrían producirse nuevas erupciones en los días siguientes.
Un fenómeno con antecedentes históricos y riesgos actuales
Aunque este tipo de eventos no resultan nuevos, las consecuencias podrían ser mucho más graves debido a la dependencia global de sistemas tecnológicos. En 1859, durante el conocido “Evento Carrington”, una tormenta solar provocó incendios en oficinas telegráficas y auroras visibles en zonas cercanas al ecuador. Más de un siglo después, en 1989, una tormenta geomagnética dejó sin electricidad a millones de personas en la provincia canadiense de Quebec.
En la actualidad, la infraestructura tecnológica es mucho más compleja y vulnerable. Los satélites, los sistemas de navegación aérea, las comunicaciones digitales y hasta los marcapasos podrían sufrir alteraciones si el nivel de perturbación magnética supera ciertos umbrales.
El Observatorio de Dinámica Solar de la NASA registró la erupción con imágenes de alta resolución, lo que permitió evaluar su potencia y alcance. Los expertos insisten en la importancia de monitorear constantemente la actividad solar para anticipar riesgos y tomar medidas preventivas.
En un contexto donde los fenómenos astronómicos pueden tener efectos concretos en la vida cotidiana, la vigilancia del clima espacial se volvió tan relevante como el pronóstico del tiempo terrestre.
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