El boom de los runners de Neuquén desborda Parque Norte: quieren ampliar los senderos a límites inimaginados
Con 20 mil visitantes por fin de semana, los caminos de bardas quedaron chicos. La Municipalidad proyecta extenderlos. El dato ambiental a tener en cuenta.
Con más de 20.000 visitantes por fin de semana, los caminos de las bardas parece que están quedaron chicos. La Municipalidad de Neuquén proyecta extender los senderos de Parque Norte, hacia el sector del cañadón de las cabras, casi en el límite con Centenario.
Se trata de un área protegida y un desafío ambiental enorme, ya que es uno de los pocos pulmones verde de la ciudad, rodeado de urbanizaciones, loteos y barrios residenciales. Todavía no es un proyecto que esté en marcha, sino una idea que necesita un poco más de profundidad. Es una de las pocas tierras fiscales en pie que no fueron lapidadas por el mercado inmobiliario.
"Se está trabajando con ese tema, es algo que necesita de intervenciones adecuadas para el medio ambiente", dijo a LM Neuquén Alejandro Nicola, secretario de Infraestructura de la Municipalidad de Neuquén.
El sol todavía no salió del todo y ya se escuchan pasos en uno de los puntos más altos de la ciudad de Neuquén, donde cientos de corredores de alto rendimiento, grupos amateurs, y amigos que lo hacen solo para una caminata saludable, concurren todos los días a Parque Norte.
Recorren no sólo a los senderos "blandos" en el medio de los circuitos de pino ponderoso, sino por las bardas y cañadones naturales que son el parte del paisaje característico de la estepa patagónica y de aquel viejo Neuquén. Hay circuitos más exigentes, con más tiempo y para todos los gustos. Parque Norte de Neuquén cuenta con una red de senderos de unos 16.420 metros (16,42 km) repartidos entre los senderos de la Barda y los del Bosque.
En los últimos años, este espacio natural se convirtió en el epicentro del boom de los runners neuquinos, sobre todo con el punto de inflexión de la pandemia, donde se naturalizó la palabra "runner", y el hábito de salir por los senderos de las bardas, aislados de la ciudad. Cada fin de semana lo visitan unas 20 mil personas que caminan, pedalean, trotan o simplemente contemplan el paisaje.
Si bien alguna vez fue un proyecto de preservación ambiental, hoy tiene otro objetivo, ante el crecimiento de la población y las actividades saludables. Es la de dar respuesta al imparable del uso deportivo, y los senderos parece que ya no alcanzan.
Parque Norte: los tres senderos que entre las bardas
Está el sendero azul, de 1,55 kilómetros, que se interna entre los árboles del Bosque Antonini. Es un circuito breve, ideal para principiantes, que parte desde la Avenida Argentina casi Albardón y serpentea entre sombras y piedras hasta terminar frente al Observatorio, en calle Jesús María.
El sendero naranja, en cambio, es más concurrido y se extiende 4,1 kilómetros desde la rotonda de acceso a Parque Norte hasta el circuito de Motocross Club Neuquén. Su terreno, de arena compacta y desniveles leves, lo hace perfecto para correr a ritmo constante. Al final, una subida conocida como “La Antena” lleva al bosque Antonini, donde los árboles suavizan un poco el sol y el ruido de la ciudad.
Y también está el sendero blanco, de 5,8 kilómetros y dificultad media a alta, es el preferido por los más exigentes. Comienza antes de la última subida al bosque Antonini, alterna tramos de arena, piedra y pendientes muy exigentes. De hecho, hay personas que rompen los senderos y escalan directamente las laderas de las bardas más empinadas. Su señalización con palos blancos y cintas reflectivas permite recorrerlo también de noche, linterna en mano.
Los tres circuitos atraviesan zonas del Monte de Llanuras y Mesetas, una eco región que la ordenanza municipal busca preservar. Allí, entre jarillas y zampas, también anidan decenas de especies de aves que atraen a observadores de toda la Patagonia. A pesar de que pareciera no ser tan grande esa zona, se produce una suerte de microclima entre las bardas. Y la temperatura en invierno baja mucho.
El Parque Norte fue concebido como un área protegida para resguardar el paisaje de bardas y su biodiversidad (no sólo las jarillas y zampas, sino que aparecen hasta zorros), pero con el tiempo se transformó en un punto de encuentro masivo para actividades aeróbicas, recreativas y educativas. Su cercanía con la ciudad lo hizo irresistible e incluso lo visitan caminantes y deportistas de otras localidades.
El director de Eventos y Espectáculos Deportivos, Martín Romero, explicó que cualquier modificación debe pasar por instancias legales y ambientales.
“Con respecto a la organización de los senderos, es un área protegida y los senderos están bajo una ordenanza. Entonces la consolidación y la señalización no es tan sencilla. Hay que hacer un laburo legal con la Dirección de Áreas Protegidas, con Medio Ambiente, y después consolidarlos al nivel de la ordenanza municipal”, señaló.
Romero agregó que, antes de la pandemia, se realizó un relevamiento de grupos que usan el parque, pero hoy el panorama cambió por completo. “La pandemia cambió muchas costumbres. Hay grupos grandes identificados, con profesores de educación física registrados, pero también un montón de grupos chicos, organizados y no organizados. Algunos clubes hacen ahí la pretemporada y después desaparecen. Otros son amigos que se juntan a entrenar. Es bastante dinámico el Parque Norte en ese sentido”, indicó.
La expansión soñada: un estudio por ser área protegida
La Municipalidad de Neuquén proyecta ampliar la red de senderos hacia la zona norte, con la idea de que lleguen hasta el Parque Industrial, al límite con Centenario. Sería una conexión inédita a través de las bardas, acompañada por puntos de hidratación, zonas de descanso y puestos de venta de alimentos saludables y bebidas.
El plan busca responder a la demanda del deporte amateur y del turismo local, pero tiene que ser planificado. Cómo hacerlo sin afectar el equilibrio ecológico de un área frágil, donde cada metro de terreno tiene valor ambiental.
“Queremos que los senderos crezcan, pero con respeto por el entorno. El Parque es un espacio natural que hay que cuidar entre todos”, remarcó.
Entre bardas, viento y comunidad
A las seis de la mañana, el parque vibra como una ciudad paralela. Grupos de corredores, parejas, ciclistas, familias con perros. El viento golpea en la cara, el polvo se levanta y el sol recién se asoma detrás del río Neuquén.
Desde lo alto del sendero blanco, se ve Neuquén despertando: autos circulando, el río dorado, el aire limpio. En el fondo, las cintas reflectivas parpadean en la oscuridad.
Parque Norte es un símbolo de la ciudad que corre, que busca equilibrio entre naturaleza y estar movimiento. Un paisaje que respira junto a su gente, en una zona cada vez más poblada.
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