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La historia de un profesor que apuesta por la cría de truchas en un pueblo ladrillero

Un docente del CPEM 37 de Mariano Moreno busca diversificar la economía local con un proyecto de acuicultura en un paraje rural del Valle del Covunco.

En Los Hornos, un pequeño paraje rural del Valle del Covunco, donde la industria ladrillera ha sido la principal fuente de ingresos durante décadas, un profesor de escuela secundaria ha decidido innovar y diversificar la economía local mediante la cría de truchas.

El docente del CPEM 37, cuyo entusiasmo y dedicación han sido claves para este proyecto, ha invertido tiempo y esfuerzo en aprender sobre acuicultura y criar truchas en un entorno no tradicional. Su objetivo es no solo generar ingresos adicionales para la población, sino también promover la sostenibilidad y el cuidado del medio ambiente.

La iniciativa, que viene siendo impulsada desde hace cuatro años por Ariel Bezoky, quien además de ejercer la docencia es técnico agrónomo dependiente del ministerio de Producción provincial, ha generado interés y expectación en la comunidad local, que ve en este proyecto una oportunidad para revitalizar la economía y explorar nuevas posibilidades.

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Con su pasión por la enseñanza y su espíritu emprendedor, Bezoky está demostrando que incluso en lugares inesperados, la innovación y la determinación pueden llevar a resultados sorprendentes.

Su historia es un ejemplo inspirador de cómo una persona puede marcar la diferencia en su comunidad. Tanto es así que su proyecto ha servido de modelo para otros emprendedores que también se animaron a la experiencia y se sumaron de lleno al programa de “Pequeños Productores de Piscicultura Rural” que impulsa a lo largo y a lo ancho del territorio provincial el Centro de Ecología Aplicada del Neuquén (CEAN).

“Rincón de Elías”

La chacra "Rincón de Elías" (ubicada en el paraje Los Hornos, a unos 8 kilómetros al este de Mariano Moreno) es un lugar con un significado especial para el profesor Bezoky, ya que lleva el nombre de su padre en homenaje a su dedicación y trabajo en el campo.

“Mi querido padre era un viejo loco como yo. Le gustaba demasiado el campo. El tuvo la posibilidad de ser un tipo que hubiese hecho trabajo de oficina toda la vida y no a él le gustaba más el campo. Le gustaba ponerse los chacareros (pantalones) decía y yo terminé igual que él poniéndome los chacareros”, contó el emprendedor.

Añadió que “mis hermanos y yo nacimos y nos criamos al pie del Cerro Michacheo en Zapala. Siempre hicimos actividad más de tipo ganadera, cría de ovejas y algunos vacunos, algo de tambo, lechería. Elaborábamos queso, manteca y ricota más que nada para consumo y siempre quedaba un excedente para la venta”. Ese contacto temprano con la tierra de alguna manera le marcó el camino.

“Es así que el amor por el campo uno lo mamó desde la cuna y me acompañó toda la vida. Hace muchos años don Elías vino y se instaló en este rincón de Los Hornos. Ya estaba jubilado y quería hacer un montón de cosas, pero tenía tres hernias de disco”, contó. Al mismo tiempo añadió que “tardaba una semana en hacer un pozo para plantar un poste por ejemplo. Y quedaba una semana tirado el viejo. Pero la cabeza siempre joven. Entonces cuando él falleció yo me hice cargo hace 12 años de su amada chacra”.

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Más adelante relató que si bien en la actualidad la actividad ganadera no es la principal, le dedica mucho tiempo a la parte hortícola.

La diversificación es clave en el emprendimiento”, sostuvo el profesor. Además de la cría de truchas, también se dedica a producir una variedad de productos como: Ajos, tomates, verduras de diferentes tipos y alfa y alfalfa (a menor escala) para forrajes.

Cría de truchas

La cría de truchas ha sido y es un gran desafío para Ariel Bezoky y para todos aquellos que decidieron seguir sus pasos, ya que en el entorno donde se llevan a cabo los emprendimientos el caudal de agua no es regular. “La falta o escasez de agua constante puede afectar la salud y el crecimiento de las truchas, lo que hace que sea crucial optimizar el recurso hídrico”, afirmó el profesor.

Es así que en el estanque que fabricó con sus propias manos y con las de su compañera de vida Cecilia Kukita, tuvo que utilizar técnicas y estrategias para gestionar el agua de manera eficiente. Es así que con esfuerzo y creatividad pudo implementar un sistema de recirculación de agua para minimizar la pérdida del vital elemento. “El agua que nosotros utilizamos para la cría de las truchas después la usamos para el riego de los cultivos. Es decir que le estamos dando un doble propósito. Lo único que estamos haciendo entre el cultivo y el canal principal de riego es desarrollar esta actividad y aprovecharla”, aseguró.

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Sobre el emprendimiento acuícola manifestó que “nosotros tenemos la suerte de contar con el CEAN en Junín de los Andes que tienen un programa para pequeños productores, para autoconsumo y algo del excedente para la venta”. Recordó también que “desde hace cinco años que comenzamos a soñar con esta propuesta productiva en un contexto adverso. Sin embargo en cada temporada estamos sacando una excelente calidad de carne de trucha porque las condiciones son muy naturales en general”, destacó. A su vez explicó que “el que cría truchas en forma comercial tienes piletones de cemento y con un sistema muy diferente y a veces hasta dentro de un galpón. Acá nosotros estamos criando al aire libre en un lugar donde tenés mucha influencia de la naturaleza”.

La siembra y cosecha

El ciclo productivo de las truchas en la chacra "Rincón de Elías" ya tiene un proceso bien definido, que se extiende desde septiembre hasta abril. Durante este período, el profesor y su esposa trabajan para criar y cuidar a las truchas, hasta que llega el momento de la cosecha. “Nosotros sembramos cuando largan el agua del canal principal. Siempre en primavera porque dependemos justamente del sistema de riesgo. Cuando llega el momento de cortar el agua para la limpieza de los canales que normalmente es fines de abril principios de mayo nosotros levantamos toda la producción y volvemos a sembrar en la temporada siguiente”, indicó.

Hace una semana atrás Bezoky, su esposa y con la presencia de ex alumnos y pasantes de la Dirección de Producción Municipal concretaron la siembra de truchas de la temporada 2025/2026.

“La participación de estos jóvenes fue una linda oportunidad para que ellos aprendan sobre la producción de truchas y desarrollen habilidades prácticas en un entorno real. Esto sin dudas fue muy beneficioso para su formación y desarrollo profesional”, aseguró el docente sobre sus ex alumnos del CPEM 37.

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Sin lugar a dudas el profesor ha generado un impacto positivo en sus estudiantes, quienes ahora están interesados en participar en proyectos productivos y sostenibles. Por su parte el área de producción municipal está apoyando iniciativas locales de producción que generan un sentido de comunidad y cooperación entre diferentes actores locales.

En cuanto a la cosecha, Bezoky la calificó como “un momento importante, ya que se pueden preparar distintas comidas y productos con las truchas frescas”. Al respecto señaló que “algunas de las formas en que comercializamos las truchas incluyen venta de truchas frescas enteras o fileteadas en las ferias de Pascuas de Mariano Moreno y en alguna ocasión las hemos puesto a la venta en una pescadería de Zapala”. Asimismo dio a conocer que también su esposa realiza algunas preparaciones de sushi y hay experiencias de otros productores que han elaborado patés.

El CEAN

La combinación de la cría de truchas y la agricultura en el “Rincón de Elías” es un ejemplo de cómo un emprendimiento puede ser sostenible y rentable, mientras también contribuye al desarrollo local. El profesor Bezoky se ha transformado en un verdadero emprendedor y un “activista” de la producción comunitaria y sostenible en el tiempo y que ha servido de inspiración a otros vecinos que se han sumado a la iniciativa que promociona y ejecuta el CEAN. Es justamente esta institución provincial la que respalda fuertemente los proyectos de truchas con la provisión de la “materia prima” y la asistencia técnica necesaria.

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A este propósito, en la siembra realizada en Los Hornos, Jorge Barriga (Auxiliar técnico del sector de piscicultura del organismo) explicó que “esto se enmarca en un proyecto que se llama “Pequeños productores de piscicultura rural” y ya en Los Hornos tenemos productores con cuatro años de antigüedad a quienes les entregamos 100 ejemplares de trucha arcoíris y ellos tienen hasta que termine la temporada para que crezcan y después poder comercializarlos o bien utilizarlos para consumo familiar”.

Agregó además que “esta vez les trajimos peces de cien gramos así que calculamos que si llegan bien a la temporada tienen que pesar tranquilamente entre un kilo doscientos o un kilo trescientos”. En esta siembra fue acompañado por el Técnico en acuicultura Walter Torres, quien es el responsable del departamento de producción y genética del CEAN.

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