El Gobierno va por un Plan B para cumplir con los bonistas en enero
Luis Caputo tiene que conseguir unos u$s5.000 millones para cancelar un vencimiento. El retorno a los mercados quedará para el 2026.
El Plan A del Gobierno para conseguir los u$s4.800 millones que le permitan cumplir con los bonistas en enero no va a ser posible. Se trata de “rollear” el compromiso con una nueva emisión de bonos. Pero como viene ocurriendo desde que asumió Luis Caputo en el Ministerio de Economía, las condiciones no están dadas para ello.
El riesgo país muestra problemas para romper el piso de los 600 puntos, que es una de las condiciones para el retorno al club de países que toman deuda en el mercado.
Esta semana será clave para determinar si ese indicador avanza hasta un nivel que le permita al Ministerio de Economía hacer una emisión en los mercados voluntarios, ya pensando en febrero o marzo del 2026. Tiene que caer a nivel de 400 puntos.
El Plan B del gobierno es conseguir un préstamo de bancos. La semana pasada se armó una polémica con Caputo quien salió a decir que nunca había aspirado a conseguir unos u$s20.000 millones por esa vía. En rigor serían unos u$s5.000 millones.
Santiago Bausili, presidente del Banco Central, dice que no va a comprar dólares a cualquier costo
Pero el préstamo que se estaría negociando sería un REPO, que es un intercambio de activos por un plazo determinado. Al concluir las partes se devuelven los valores y el que pidió el dinero para una tasa. Argentina entrega bonos y los bancos dan el dinero.
Si el REPO fuera de u$s5000 millones, como señala una versión del Wall Street Journal de la semana pasada, entonces el dinero que entraría a la Tesorería argentina sería inferior, y por lo tanto, habría que completar el pago desde otro lado. Los REPO no son en general al 100% y eso tiene que ver con el riesgo del que lo recibe.
Esta sería la viable hasta que en febrero o marzo el gobierno vuelva a los mercados. Allí conseguiría el dinero que le prestarían ahora.
El Plan C
El Plan C sería el menos recomendable. Consiste en activar una parte más del swap con Estados Unidos(del cual ya se activaron unos u$s2.700 millones) y con ello cumplir. Como decía un broker importante del mercado de capitales, “la plata va a estar” para los bonistas, el problema es cómo se consigue.
El mercado le está reclamando al Banco Central que compre dólares para las reservas internacionales. De acuerdo con una investigación reciente del Centro de Estudios del Banco Provincia de Buenos Aires, en general, los países latinoamericanos que tienen un riesgo país de unos 400 puntos, tienen reservas acumuladas por el equivalente al 20% del PBI. En el caso de Argentina, tendrían que ser unos u$s140.000 millones. Pero en realidad hoy tiene u$s40.000 millones en bruto. Si se despejan todos los dólares que el BCRA recibió como fruto de préstamos a menos de un año, la cuenta es negativa en unos u$s8.000 millones.
Eso implica que la Argentina no va a cumplir con una de las principales metas acordadas en julio de sumar dólares luego de haber pedido un waiver (dispensa) en julio, precisamente por no haber podido cumplir con el compromiso anterior de acumular divisas.
Las deficiencias de acumulación de divisas se explica por una decisión del propio Gobierno, que no quiere emitir dinero para comprar dólares.
El presidente del Banco Central, Santiago Bausili, ha dicho la semana pasada que no va a comprar dólares “a cualquier costo”. La idea del equipo económico es ir comprando dólares, pero en la medida en que vaya creciendo el PBI. Con una economía más grande se necesitan más pesos. Es lo que conoce como “monetización”.
Crecimiento escuálido de la economía
El problema es que la economía real da señales de estancamiento o a los sumo de un crecimiento escuálido precisamente porque se considera que el actual tipo de cambio es bajo, lo que no ayuda a la producción industrial, que ve encarecidos sus costos en dólares.
La prioridad de la política de Javier Milei es reducir la inflación. La actual configuración de la economía ayuda a ello, porque la emisión es cero y hay superávit fiscal. Pero retrasa la recuperación de la actividad. Ese tiene que ser el próximo paso de la política económica. Generar condiciones para que la estabilidad esté acompañada de crecimiento y empleo..
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